Día 24 después de la ruptura (26 de junio de 2017)

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Y es que ayer, mientras esperaba de vuelta su mensaje, manteniéndome despierta viendo una serie, comencé a pensar en lo diferente que sería todo si dijéramos exactamente lo que sentimos. Tal vez todo sería más fácil, diríamos exactamente qué queremos y sabríamos a qué nos podríamos arriesgar. Las desilusiones pasarían más rápido y olvidaríamos con mayor facilidad. Encontraríamos el amor en tantos lugares. Pero no lo hacemos. No sé la razón por la cual los demás no lo hagan, pero la mía es simple; miedo al rechazo y a ser vulnerable. Miedo a verme frágil. Tengo mucho miedo a que subestimen mis sentimientos y sientan lástima, a que, después de todo, los juzguen y me miren como alguien inocente. Ese es mi miedo y el por qué reprimo mis sentimientos más profundos y sinceros.
Lamentablemente, ahora me encuentro en mi cama con la ventana abierta, mojando mis pies con la ligera lluvia, mientras lloro al darme cuenta de lo hermosa que es. Recordando cada pequeño detalle de ella. Sus labios curveados, su nariz pequeña y delgada, las pecas en sus mejillas, y dos sobre su labio. Sus cejas a veces despeinadas. Sus ojos, con tonalidades cafés, verdes y azules. Su cintura tan delineada a la perfección, su cuello con los tres lunares que me gustaba besar. Su inteligencia, el saber que no es ignorante y platicar cosas fuera de lo normal, creando teorías propias. Su sinceridad ante muchas cosas. La seguridad que tenía, o mínimo que me daba. Y es ahí donde digo que mis sentimientos me hacen verme vulnerable, pues nadie lloraría, ni mucho menos sentiría, lo que ahora yo siento.

Sobre la ruptura y el tiempo de recuperación.Where stories live. Discover now