Día 28 después de la ruptura. (30 de junio de 2017/ 4:20 a.m.)

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Siento que este será el último capítulo que escriba, pero no puedo asegurar nada.

He escrito sobre tantas cosas en esta crónica, sobre mis sentimientos, sobre mi autoestima, sobre ella, sobre mi vida sin ella, sobre muchísimos factores. Pero aunque faltan pocos, éste será uno de los más importantes.

"Un corazón roto es un corazón que ha sido amado". Eso lo he comprobado ahora, después de darme cuenta que mi corazón ha estado lleno de sentimientos desde el día en que la conocí. Como he mencionado antes, muchísimos cambios han surgido en mi vida desde que la vi por primera vez, y cambios verdaderamente significativos y fuertes. Ningún cambio ha sido para mal, todos han traído un beneficio consigo, unos visibles, y otros no tan visibles. La mayoría han sido sobre mis sentimientos y madurez, sobre las tomas de decisiones, en estabilidad, en recuerdos que dudo que salgan de mi mente. Me ha ayudado en tantas cosas, que no me queda de otra más que agradecerle. Volviendo a la frase, ahora mismo yo no estaría rota si no hubiera sido amada, puesto a que lo que me lastimó, fue darme cuenta que los sentimientos cada vez disminuían, que la confianza hacia mí estaba perdida. Así que sí, he sido amada, y por consiguiente, he sido lastimada. Y ahora, estoy rota.

Y aun estando rota, he tratado de verle el lado positivo a todo, puesto a que sin su partida, no estaría a largas horas de la madrugada escribiendo algo que no ayudará más que a desahogarme. A liberarme y llenarme de paz, y conocerme a mí misma. Ella me ha permitido crear arte con sólo sentimientos y un par de letras perdidas sin solución.

Aunque me ha ayudado en las tantas cosas que he escrito arriba, falta la más importante; me enseñó lo que es el amor. No puedo jurar que ella será el amor de mi vida, ni mucho menos que ella volverá en algún futuro y el universo se alineará para que, por fin, estemos juntas sin problemas, o mínimo, sin tantas complicaciones como ahora. No puedo jurar que la amaré por siempre, y más como lo hago ahora, pero de algo estoy segura; siempre le tendré ese cariño especial. Tampoco puedo asegurar que nunca amaré a alguien de la misma forma en que la amo a ella, o hasta con más intensidad. No podré asegurar que ella se irá definitivamente, ni mucho menos que la olvidaré en un par de meses. Lamentablemente, no puedo tener la respuesta exacta a todas estas preguntas sin solución. Y no podré encontrar la respuesta hasta haber vivido una vida, y darme cuenta de la intensidad de mis sentimientos hacia las personas que me ayudaron a llegar hasta donde llegaré.

Por el momento, sólo me queda agradecerle infinitamente por haberme enseñado lo que es el amor. Lo que es amar sin dudas, sin restricciones. Lo que es amar sin límites. Me enseñó que las personas llegan cuando menos lo esperas, y que su partida puede ser tan inesperada como su llegada. Me enseñó a perdonar y a olvidar, a aceptar las tantas diferencias que me molestaban, y ahora sólo extraño. Me enseñó que el orgullo sólo es la batalla por el poder, por intentar ganar ante todo, pero yo nunca necesité ganar, porque sentía que con ella, no me faltaba nada. Me enseñó tantos sentimientos que juré que no existían, tantas teorías desconocidas sobre cualquier cosa. Me enseñó a dar todo de mí, sin esperar nada a cambio. Me enseñó a enfrentar mis problemas, a mantener la cara en alto y nunca darme por vencida. Me enseñó tantas cosas, que he pensado que tal vez perdí mi tiempo aprendiendo, sin darle ninguna enseñanza. Finalmente, si lo hice, ella será la única que podrá sentirlo y vivirlo. Sólo quiero agradecerle por tanto, por todo lo que pensé que sabía y no era desconocido, por mostrarme lo que en verdad era vivir en cada momento, por simplemente, enseñarme lo maravilloso que es amar.


Sobre la ruptura y el tiempo de recuperación.Where stories live. Discover now