Me levanté con dolor de cabeza. Las 7:45 y yo con estas pintas. Me aseé y me miré al espejo, lista. Se me hacía tarde y no podía llegar tarde otra vez. Bajé las escaleras corriendo y me apresuré a desayunar sin hacerle caso a mi madre. Cogí mi sándwich vegetal y sin decir palabra salí por la puerta. Fuera hacía viento, pero no el calor infernal que solía hacer aquí, en las afueras de Texas. El autobús se detuvo al final del largo camino de tierra que se abría paso entre los maizales. Empecé a correr cogiendo mi bolsa con fuerza para que no se fuera sin mí pero llegué tarde y se fue. La fastidié, las clases empezaban a las 8 y de la granja hasta el instituto había unos 20 minutos a pie. Empecé a caminar y efectivamente, llegué después de 20 minutos. Pasé el cartel del instituto donde estaba escrito con letras grandes: Coops High School. Atravesé las puertas de vidrio que daban paso a un largo pasillo. Me apresuré a llegar a mi primera clase y abrí la puerta con un estruendo.
-Maya Breed, llega tarde, como siempre- dijo Emma.
Emma era mi tutora y profesora de lengua y se puede decir que nuestra relación era… difícil.
-¿A qué espera? ¡Siéntese!
Pasé por delante de ella sin decir palabra y me senté al lado de Diana, mi mejor amiga. No hablamos mucho ya que en esa clase no podía sonar ni el zumbido de una abeja. Pero justo entonces, se le cayó la tiza y cuando se agachó a recogerla, se le partió la falda haciéndome reír exageradamente.
-Señorita Breed, al despacho del director ahora mismo.
Conocía aquel procedimiento como la palma de mi mano. Recogí mis cosas y me dirigí al despacho del director esperando en una pequeña salita con la secretaria que estaba tras una mesa amplia. Minutos más tarde el director, me hizo pasar.
-Que sorpresa, Maya Breed-sonrió sarcásticamente- dime, ¿qué te trae por aquí de nuevo?
-Me reí de la señorita Emma.
-Es viernes Maya. Has venido aquí 3 veces esta semana, me temo que tendré que llamar a tu madre.
-Haga lo que quiera-dije enfadada.
-Ya sabe lo que hay que hacer.
Salí de allí malhumorada. No me gustaba que me quitaran la razón. Me dirigí a la sala de castigados y allí vi a Carter.
-Menos mal que estas aquí-dije sonriendo.
-Esta es como mi segunda habitación. Siempre estoy aquí.
Carter había sido amigo mío desde el jardín de infancia y seguíamos manteniendo una maravillosa relación.
-A que no adivinas porque me han echado esta vez-dije poniendo mi mochila en la mesa de su derecha.
-Te has reído o has hablado.
-Increíble. Como me conoces.
Me pasé el rato hablando con él y después asistí a las pocas clases que me quedaban aunque estaba medio ausente. Acabé el examen que tenía a última hora más tarde que nadie por lo que salí la última y el autobús ya se había ido. Emprendí el camino hasta casa.
-Genial, 20 minutos caminando a casa-mascullé.
Unos minutos más tarde, una moto de tamaño considerable empezó a ir al mismo ritmo que yo.
-¿Te puedo ayudar en algo?-dije molesta.
-La verdad es que no, pero yo a ti sí. ¿Te llevo?
-Ni siquiera sé tu nombre.
-Me llamo Kyle.
-No, gracias. Prefiero caminar hasta casa.
-Tú misma.
Empezó a ir más rápido y el calor iba en aumento.
-¡Espera! Está bien…
Sonrió y paró en seco dejando que subiera y emprendiendo el camino a casa.
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Fallen Angel 1. Heavenly Fire
Novela Juvenil-¿Qué ha sido todo eso?-dije asustada. -Maya, no te lo he contado todo... -Hazlo ahora. -Sé que no vas a creerme y te parecerá raro, pero soy un ángel, tu ángel.