CAPITULO 2. KYLE

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Llegamos a casa después de unos silenciosos minutos y me bajé de la moto.

Información que recopilé: se llamaba Kyle, tenía dos años más que yo, osea 19, tenía el pelo negro y los ojos... pues no me fijé en sus ojos.

-Bueno, gracias Kyle...

-Denada- dijo sonriendo.

Le miré durante unos instantes y entonces...

-Maya, ¿quién es tu amigo?-dijo mi madre desde el porche de la casa.

-Nadie mamá. Él... ya se va.

-Oh, vamos. ¿Quieres tomar algo dentro?-dijo mi madre sonriendo.

-No mamá, no puede. Se tiene que ir a...

-Me encantaría señora Breed- se apresuró a decir Kyle- pero como su hija ha dicho, tengo que irme. Otra vez será.

Mi madre entró en casa y me quedé sola con Kyle.

-Gracias...Bueno, ya nos veremos.

-Dalo por seguro.

Subió a su moto y se fue. Yo entré a casa.

-Parecía un chico agradable Maya.

-¿Donde está papá?

-Está en el establo con Darren-dijo Lisa.

Lisa era mi hermana. Tenía 11 años, pelo rubio y ojos azules, el aspecto que toda chica quería tener y Darren, era mi perro. Un viejo pastor alemán.

-Está bien. Me voy arriba.

-¿No comes?

-No tengo hambre.

Subí a mi dormitorio. Era una pequeña habitación con una sencilla aunque cómoda cama, un escritorio iluminado por un flexo rosa y una silla, y un armario con espejo. Luego, estaba mi baño anexo a una de las paredes color crema de mi dormitorio.

Dejé la mochila en una esquina y empecé con trigonometría acabando por Lengua. Deberes hechos y solo eran las 5. Cogí el telefono y llamé a Diana.

-Dime-respondió ella alegre.

-¿Planes para esta tarde?

-Había planeado ir de compras.

-Bien.

-Te recojo a las seis.

Colgó y yo me arreglé un poco. La verdad era que no me entusiasmaba ir de compras. Siempre había sido la típica chica que prefiere unos pantalones cómodos a una falda ajustada. A las seis se presentó en mi casa.

-¿Donde vais esta vez Diana?-dijo mi madre al verla entrar.

-Solo haremos unas compras y supongo que iremos a cenar a algún sitio.

-Vale, que os divirtáis.

Nos fuimos y me subí al mini de Diana. El trayecto se hizo bastante corto ya que con ella siempre se me pasaba el tiempo volando. Entramos en la primera tienda que vimos y...

-¡Vamos sal!-gritaba Diana a la otra parte del vestidor.

-No quiero... Me siento ridícula...

-Maya, vamos. El baile de primavera es dentro de una semana.

Diana abrió la cortina y me miro.

-Estás preciosa-dijo.

Salí fuera y me puse delante de un espejo. Era verdad, parecía una princesa. Me había obligado a provarme un vestido. Era largo, llegaba hasta el suelo y la falda tenía dos capas: una de seda rosa y otra de tela con purpurina. La parte de arriba era sin tirantes y donde empezaba la falda había una tira de pedrería.

-Ahora los tacones.

-NI HABLAR. ESO SÍ QUE NO.

-Esta bien... Pero debes comprartelo.

En ese momento pasaron unos chicos, me vieron y se pusieron a silbar y a piropearme.

-Serán gilipollas. Ahora mismo salgo y...

-Ni hablar, ahora eres una señorita. Mantén las formas.

Al final se fueron y yo pagué el dichoso vestido.

-No se porque siempre te hago caso.

-Porque soy tu mejor amiga y me amas.

-Bueno, llevame a Peter's a cenar. Necesito una buena hamburguesa con triple de queso.

Cogimos el mini y fuimos a las afueras del pueblo donde estaba Peter's. Entramos y ahí estaba Amanda y su séquito de rubias de bote (Elsa y Layla). Formaban el equipo de las animadoras y Diana y yo no las podíamos ni ver. Nos pusimos a la cola e hicimos como si nada.

-Vaya vaya- dijo Amanda dándose la vuelta- las brujas han venido a engordar.

-Oh, lo siento. Siento no estar tan gorda como tú- dije yo.

-Para tu información, ibamos a pedir una ensalada vegetal- dijo Elsa con tono superior.

-Oh, ¿una qué? ¿Una ensalada vegetal? Vaya, no sabía que las ensaladas fueran vegetales- dijo Diana.

-Todos los días se aprenden cosas nuevas-respondí.

Nos empezamos a reír y después de amenazarnos, se fueron sin pedir. Nosotras pedimos lo nuestro y nos sentamos en nuestra mesa de siempre. Cenamos entre risas y charlando y luego Diana me llevó a casa.

-¿Seguro que no quieres ir a dar un paseo o algo?

-No, estoy cansada. Mañana hablamos.

-Vale, hasta mañana.

Entré en casa y mi madre me estaba esperando y no con muy buena cara.

-Han llamado del colegio.

-Lo siento...

-Maya, es la tercera vez esta semana. Tendré que castigarte sin salir mañana.

-¿Qué? Pero si mañana es fiesta...

-Y me lo pensaré el domingo.

-No es justo...

-Ni una palabra más jovencita.

Subí a mi habitación y me acosté en la cama. Tras un rato de darle vueltas al asunto, me dormí.

Fallen Angel 1. Heavenly FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora