Beautiful Birds

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"Ya escondí un amor por miedo de perderlo. Ya perdí un amor por esconderlo. Ya me aseguré en las manos de alguien por miedo. Ya he sentido tanto miedo, hasta el punto de no sentir mis manos."  

POV MORGAN

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POV MORGAN

Sebastián no había dicho ni una sola palabra desde que salimos de la casa de Claire, ni siquiera me había visto en todo el trayecto de camino a la mansión, no estaba segura de querer saber que era lo que estaba pensando, no había tenido el valor para pronunciar claramente lo que había pasado hace 14 años pero estaba segura de que lo había entendido, que había sumado una pista tras otra hasta comprender que era eso de lo que tanto huía.

-Espera aquí- le pedí apagando el motor del auto frente a la escalinata.

-Ni lo pienses.

-Sebastián por favor, sé que es tu hermana, se que temes perderla pero soy yo quien debe entrar ahí.

-¿Y en serio la salvaras? O elegirás de nuevo a tu madre- la rudeza en sus palabras lastimó mis sentimientos pero no era hora de compadecerme de mis heridas.

-Hare lo que es correcto, lo que mi padre haría si estuviera aquí.

-Tú padre por lo que se no era mucho mejor.

-¡Sebastián esto tampoco es fácil para mí! ¡Toda mi vida ha sido una mierda y todo este tiempo me pregunté porque debía ser así, aun no estoy segura de que haya una razón justa para la vida que me toco pero de algo si estoy segura, mi padre me amaba y de un modo u otro amaba a tu madre y a Elianna! Él iba a ir con ellas ¿no lo ves? Él las eligió a ellas por amor y si lo único que tengo para redimirme con él es encontrar a tú hermana sana y salva entonces lo haré, por favor- levanté mi mano para ponerla en su mejilla pero a medio camino entendí que no era muy buena idea –dijiste en Ámsterdam que yo no era como ellos, dame la oportunidad de demostrarlo.

-Tienes 20 minutos, si en 20 minutos no sales iré tras de ti- concedió con amargura pero al menos era algo, asentí y termine de salir del auto para entrar de nuevo en aquella fría mansión.

Se sentía como si no hubiera estado ahí desde hace siglos, justo como si volviera el tiempo hasta aquella oscura noche, tenia tanto miedo como aquella vez, aterrada por lo que sea que pudiera encontrarme detrás de las puertas.

Todo estaba en silencio, demasiado a decir verdad, ningún empleado apareció cuando llamé; caminé por las habitaciones buscando una señal de mi madre pero no había ni rastro de ella, las cosas estaban incluso tan perfectamente ordenadas que me resultaba aterrador, lo único que no estaba igual que lo demás eran los adornos y los marcos de fotos sobre el piso de la sala de estar.

Me agaché y tomé una de las fotos entre mis manos, era un retrato de bodas de mis padres, mamá sonreía desprendiendo jubilo en su semblante, papá en cambio la miraba embelesado haciendo caso omiso a la cámara, deje de nuevo que las lagrimas se hicieran presentes y sentí como una de ellas se deslizó por mi rostro hasta caer en la curva de mis labios, no me importaba si me hacía daño, nada podía doler más que ese agujero en mi pecho así que me deje ir cuando me flaquearon las piernas y apreté los dientes cuando los trozos de cristal mas grandes se me hincaron en la piel.

Cuerdas de LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora