Something Just Like This

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  "Y un día, al estirar los brazos, alguien encajará sus manos con las nuestras, y el cielo se pintará de esperanza y las personas volverán a creer en la magia. Porque estas cosas suceden tarde o temprano, si dejamos de tener tanto miedo a intentarlo y nos dejásemos llevar. Porque no hay cicatrices más bonitas que aquellas que te deja el intento de luchar por lo que más quieres. Y cuando volvamos a escuchar el timbre, será la felicidad quien esté detrás de la puerta, y para ese día habremos dejado de lado los pretextos. " 

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POV DECLAN

Miserable desgraciado ¿Cómo podía aparecerse tan campante después de lo que había hecho? no podía ser tan civilizado como Margaret, aunque había aprendido mucho del arte de disimular no podía negarme que lo único que quería era molerle la cara a golpes a aquel hombre. Esperé a que aparcara el auto y se acercara a la escalinata de la mansión, quería tomar mis 5 minutos de ventaja antes de que le avisaran a Margaret que Sebastián Scott estaba en la mansión.

-¿Qué hiciste con ella?- cuestioné sin darle la oportunidad de decir algo más.

-Señor Greene...

-No te hagas el respetuoso conmigo, ya te llevaste a mi prometida a la cama después de todo- no había sorpresa en su reacción, más bien se mostraba molesto ¿Qué derecho tenia de estar molesto? -¿lo disfrutaste? ¿Eh? ¿Aprovecharte de una mujer indefensa? Debimos haberte puesto tras las rejas desde el momento en que le robaste a la señora Cannon.

-Perdone que se lo diga pero yo no le robé nada a nadie y si tanto le preocupa lo que paso con su prometida tal vez debería preocuparse más por lo que pasa dentro de ella que por el que dirá la gente.

-Yo me preocupo por Morgan- respondí entre dientes con mis manos cerradas en puños a cada lado de mi cuerpo.

-¿Si? Porque ella no me dijo lo mismo- estampé mi puño contra su cara antes de que dijera algo más, cayó de bruces sobre la escalinata y vi como salía sangre de su nariz cuando se puso de nuevo en pie, me preparé para propinarle otro puñetazo cuando se aproximo a mí –.no sé qué clase de persona cree que soy señor Greene pero no me rebajare a su nivel.

-Declan, creo que deberías pensar mejor antes de hacer eso- escuché decir a Margaret a mi espalda cuando levanté de nuevo el puño hacia Sebastián –hasta que se digna a aparecer señor Scott- puso sus dedos esbeltos sobre mi mano obligándola a descender lentamente –disculpe a mi nuero, en algo tiene que parecerse a mi hija para que ella lo ame tanto ¿no?- dirigió sus ojos verdes y duros hacia mí.

Estaba furiosa conmigo desde el momento en que tome un avión a Las Vegas en busca de Morgan, había desobedecido sus ordenes de esperarla tranquilos en casa, no presionarla, darle su espacio ¿pero que esperaba? No podía quedarme de brazos cruzados mientras la mujer que amaba hacia sabia Dios que cosa al otro lado del país, necesitaba respuestas pero ver a mi prometida besando a otro hombre no era el tipo de respuesta que esperaba, aquella no era la mujer que conocía y me aterraba que había una parte de ella a la cual nunca me había dejado entrar.

Cuerdas de LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora