I'm not The Only One

12 2 0
                                    

"Sigo entonces preguntándome: tú, amor ¿estas buscándome o soy yo quien debe encontrarte? Si es la segunda entonces creo que no aprendí a ganar las escondidas."

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

POV MORGAN

-¡Morgan! Pensé que iríamos al parque de atracciones y te iba a llevar a Zaanse Schans estoy segura de que hubieras enloquecido en ese lugar, es hermoso con todos aquellos molinos y casitas tan verdes- reí y miré a Natalie con cariño, se había vuelto en una buena amiga pero no debía aferrarme a nada, a nadie, tenía un camino que seguir y ya era hora de partir.

-Debo irme Nat, ya no hay nada que buscar aquí.

-Te vas solo porque él también lo hizo.

-Me voy porque he terminado ya con este lugar- hace una semana que Sebastián había vuelto a América, me había tomado ese tiempo para pintar el fulano cuadro que a decir verdad no era más que un montón de manchas y trazos de colores sin forma alguna, Nate decía lo mismo que Sebastián en su momento, era una obra abstracta, a mí más bien me parecía el dibujo de una niña de 6 años pero opté por obsequiárselo cuando noté que en serio le gustaba.

-¿Nos visitaras? Tienes que llamar, enviar correos, mensajes, lo que sea.

-Si los llamare- vi el tren acercarse a la estación y le di un último abrazo a la pelirroja, Marcus como siempre estaba trabajando y Nate se había ido a visitar a su familia en Londres, solo éramos ella y yo –gracias por todo.

-Cuando quieras avecilla- me sonrió con malicia, sabía perfectamente que odiaba ese apodo.

Subí al tren junto con el resto de los pasajeros, volvía a ser una viajera con solo una mochila sobre los hombros, todo lo que había comprado en Ámsterdam lo había dejado atrás a excepción de unas pocas prendas que estaba negada a abandonar, lo peor de todo fue tener que elegir solo dos pares de anteojos para llevar, el resto que había comprado en mi locura de shopping debí dejarlos porque no me cabían en el equipaje. Podía haber guardado todo y llevarlo conmigo, después de todo tenía una maleta más grande en el apartamento pero intentaba convencerme de que todo lo necesario cavia en mi pequeña mochila, todo lo demás no era más que adornos.

El próximo destino en mi mapa era Ginebra, también había estado ahí antes no con mis padres, sino con Declan hace un año atrás, lo extrañaba, no podía negar que me hacía falta despertar a su lado y ver su sonrisa antes de que el sol entrara por la ventana, extrañaba sus dulces besos y sus abrazos, me sentía segura cuando estaba entre sus brazos. Saque el teléfono de mi mochila y busqué el número sin preguntarme si era o no una buena idea, últimamente no me detenía a preguntarme si era o no una buena idea lo que hacía.

-¿Hola?- su voz sonaba pesada y comprendí que en América seria aun plena madrugada.

-Te desperté- me lamenté.

Cuerdas de LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora