Be your love

20 1 0
                                    


""Cuando seas grande entenderás " y entonces entendí que la vida no es nada fácil, qué la felicidad no viene envuelta en cajas satinadas, qué las heridas invisibles son las más horribles de soportar."

POV MORGAN

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

POV MORGAN

-¡YEEEEEEEEEEEEEEEEEEESSSSSS!- estampé el vaso con Wisky contra la mesa y tome la montaña de fichas entre mis brazos, había ganado las ultimas 10 rondas seguidas, una vez tras otra a pesar de que Sebastián creía que me iría muy mal – ¿Lo ves?- puse la punta de mi dedo índice contra su pecho, era firme, la verdad es que tenia músculos muy bien delineados y firmes como para ser tan delgado – ¡soy una jodida campeona!

-Creo que has bebido demasiado Morgan- dijo cerca de mi oído provocando que nuestros acompañantes voltearan a otro lado.

-No he bebido tanto, tú mismo me has estado contando los tragos.

-Si bueno, ya llevas más de una docena de tragos en una hora, no creo que estés lista para eso aun.

-No seas aguafiestas Sebas, te pareces a mi madre y gracias a ella es que salí huyendo de Chicago.

-Oye sirena- me llamó uno de los hombres que jugaba el póker junto a mi -¿vienes o qué? Comenzaremos de nuevo.

-Ya nos íbamos-respondió Sebastián por mí a lo que hice un mohín.

-Aun no nos vamos- dije entre dientes aunque solo para que él me escuchara.

Amaba ese lugar, todo el Cosmopolitan era como un palacio de vanguardia, cuando estuvimos en el lobby fue mejor de lo que había imaginado, el techo blanco y diáfano, cristalería por doquier como una cascada brillante cayendo sobre nosotros, alfombras purpuras y los asientos, santo cielo los asientos eran alucinantemente hermosos, era justo el tipo de lugar del que jamás querría salir.

En realidad no lo hice, después de conseguir una habitación para mí y otra para Sebastián, esperé a que se cambiara de ropa y bajamos de inmediato al casino del hotel, era tan hermoso como todo lo demás, todo combinaba con mi cabello, amaba aquel lugar y todo lo purpura que podía ser.

-Morgan por favor mira, iremos a otros casinos ¿sí?- miró en dirección a la mesa, el hombre que me había puesto por nombre sirena me miraba con una sonrisa lasciva –solo prométeme que dejaras de beber tan rápido.

-Sebastián ¿has notado dónde estamos? Son Las Vegas, es como si le pidieras a un niño que no coma tantos dulces cuando lo has llevado a Dylan's Candy Bar.

-Vamos a otro lado- sentenció poniendo su mano en mi cintura para guiarme a la taquilla de cambio.

300.000$, eso me dieron al salir del casino, no estaba nada mal para iniciar la noche, había comenzado con tan solo la mitad.

-Ten- le entregué los billetes a Sebastián antes de salir al pasillo –estas a cargo del fondo de apuestas, no me robaras ¿verdad?

-Jamás lo haría princesa.

Cuerdas de LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora