Morgan tenia dos opciones: seguir caminando y casarse con el hombre que toda mujer sueña para vivir la vida que toda mujer sueña o tomar la dirección contraria y huir de ahí con un completo desconocido, sin rumbo, sin planes, sin reglas. Dos caminos...
"Es que hay veces en que te amo, pero mi mente me dice tanto que eso esta mal... "
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POV SEBASTIAN
-Debes venir aquí Sebastián, esto es espectacular. Natalie me llevó a una feria de las flores, si lo vieras no podrías creerlo, todos los colores que puedas imaginar, me sentí como una niña deseosa de correr de un stand a otro- el entusiasmo de Morgan al otro lado del teléfono era contagioso, había estado enviándome fotos sin parar desde hace dos días, costaba creer que en solo 72 horas había hecho tanto.
Enviaba foto de los café que visitaba junto con Natalie y Marcus, era tan buena congeniando con las personas, ya tenía sus guías personales para ir a cualquier parte que se le ocurriera, hace un par de horas había enviado un video de ella probando la infinidad de quesos que había en una tienda a la que había ido ese día, no paraba de sonreír en cada bocado, me di cuenta de que lo que más me gustaba de sus fotos y sus videos era su sonrisa, se veía tan feliz.
-Una niña me hizo una corona de flores, es hermosa, te enviaré una foto en cuanto colguemos debería hacerte más bien una video llamada así podría mostrarte todo mientras te sigo hablando- hizo una pausa para decir algo en neerlandés, asumí que había alguien más junto a ella –Marcus me enseñara a usar su motocicleta, nos costó mucho a Natalie y a mí convencerlo pero a la final nos ganamos su aprobación, deséame suerte.
-Si eres tan buena aprendiz como con el póker te ira muy bien, procura no hacerte daño ¿vale?- vi a Danielle correr tras las palomas entre risas.
-Suenas como mi padre, estaré bien no seas aguafiestas. Oye no dijiste nada de mi tatuaje ¿te gustó?- recordé la foto que había enviado dos días antes, la piel bajo la tinta seguía hinchada y enrojecida pero se podía detallar bien la grulla de papel salpicada de colores.
-¿A ti te gusta?- a mi me encantaba, me parecía sexy, un detalle que descubrir bajo la cortina de su hermoso cabello.
-¡A mí me encanta!-respondió animada.
-Es hermoso Morgan.
-Gracias- a veces era como una niña, casi como Danielle pero definitivamente no era tan inocente como ella –ven aquí Sebastián- pidió tomándome por sorpresa –ven aquí conmigo.
Danielle había desistido de perseguir a las palomas, en cambio se sentó en medio de la plaza con sus pequeñas piernitas cruzadas lanzando palomitas de maíz a su alrededor con lo cual logró atraerlas, me miró triunfante con aquellos ojitos que tanto se parecían a los de su madre, solo que aquellos estaban llenos de la inocencia y alegría natural de su niñez.
-No creo que sea lo más sensato Morgan- contesté muy a mi pesar.
-¿Por qué no? ¿Por Declan? Él ya ni quiere verme, además eres mi amigo y solo vendrás como eso.
Declan era lo de menos, solo uno de las cartas del mazo.
-Es tú aventura Morgan, no tengo papel en toda esa historia.
