- Capítulo 3 -

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- ya, señoritas, saben que éste es una cena digna y elegante, no vayan a cometer ningún error
- blablabla - imité remedando a la vieja pesá, mientras la Carol se reía tratando de ocultarlo. Después del estúpido y aburrido sermón de la jefa, salimos ordenadamente al salón y nos pusimos en fila tal como lo habíamos ensayado, mientras el alcalde hacía su discurso, miraba a los invitados, había gente que en mi vida había visto y otras personas que eran de alta alcurnia, cuicos y artistas invitados al festival, los miraba uno por uno, hasta que vi al tal Gustavo, pero volteé de inmediato, me estaba mirando desde que entré, me dio tanta vergüenza que quería irme.

- - -
- Zeta - llamé tratando de tener su atención - es ella - apunté
- ¿ella quién? - preguntó apenas, con comida en la boca
- ¿de qué hablan? - se unió Charly
- el miércoles conocí a una chica
- solo la vio - interrumpió Zeta
- y ayer le envié una carta
- le dijo que no
- ¿por qué sos tan pesado? - pregunté frunciendo el ceño
-¿y te dijo que no? - preguntó Charly sorprendido - entonces chao con esa mina
- lo mismo le dije - continúo Zeta de acuerdo con charly
- ¿y? Qué me haya dicho que no, no es impedimento, le voy a ir a hablar
- dios, no seas pelotudo, te va a tratar mal, si ya dijo que no hombre, dejala - aconsejó zeta, yo solo lo escuché de lejos mientras la veía a ella
- hola, disculpa - saludó una señora interrumpiendome el paso - lo que pasa es que mi nieta es fanática tuya, ¿me podrías dar un autógrafo para ella? Por favor - mierda, justo ahora
- sí, claro - no te muevas - ¿como se llama ella? - ¿a dónde vas? No, no te muevas
- Estela - respondió la señora con una gran sonrisa, escribía algo chueco mientras veía cada movimiento de ella - ahí está - le entregué el papel ansioso, pero no quería ser maleducado
- gracias, que la pase bien - se despidió y asentí con la mejor sonrisa que tenía, volví a mirar tal lugar y no estaba, la puta madre.

- ¿y cómo te fue - preguntó zeta
- no me vayas a decir que te gusta esa vieja - comentó Charly
- no - negué rotundo - ¿qué me creés? Esa señora me pidió un autógrafo y la perdí de vista
- dale, dale, ahí entró de nuevo, viene para acá
- ¿es ella? No está nada mal - dijo Charly entre dientes, mientras la observaba de abajo para arriba
- alejate - amenacé
- ella te dijo que no, ya no tenés oportunidad
- me la bajas y te mato
- bueno, gil - trató de tranquilizarme - era solo una broma
- ya, mirá, cuando se acerque nosotros nos vamos, para que puedas hablar con ella
- dale, gracias

Entre todos, la mirábamos de reojo, tratando de que no se diera cuenta hasta que al momento en que creímos que vendría, pasó de largo y nos quedamos mirando sin saber que pasaba

- oye, disculpame - me acerqué - ¿me podés dar uno? - pregunté amable, ella solo me acercó el plato - ¿de qué son? - traté de hacer que me hablara
- prueba y verás - contestó y enseguida prosiguió en lo suyo
- disculpa - intenté llamar su atención, tocando su hombro, ella se volteó, alzando las cejas y esperando a que yo dijera algo - ¿trabajás aquí? - pero qué pregunta más estúpida
- escucha, no puedo conversar contigo, estoy trabajando y me observan - miró a lo lejos a una señora que se encontraba en una esquina inspeccionando el lugar y a los demás, ella hablaba sin tener contacto visual, supongo que para qué no la atrapen hablando conmigo, se alejó un poco, pero no quería que se fuera y me quedé congelado tratando de pensar en algo, miré de reojo y vi a los chicos quiénes me observaban sigilosos, "háblale" decían a lo lejos
- ¿a qué hora salís? - lancé de la nada, ella solo miró de perfil, parando el paso y sonrió
- ¿te refieres a hoy en la noche?
- cuándo quieras, estoy dispuesto a esperar - bien, la hice sonreír, volteó y me miró directo a los ojos, mierda, su mirada me penetró por completo y sentí que el resto se congeló, tenía unos ojos algo desafiantes y su boca parecía querer comerme vivo, pero me llamaban, sin importar lo que me produjeran. Escuché mi saliva al tragar, me ponía nervioso y pude notar cada movimiento que hacía, como en cámara lenta, se acercaba cada vez más, aún mirándome, sin cortar la línea entre nosotros, seguía caminando hacia mi y al llegar a la altura de mis hombros, aún observándonos, se encontraba tan cerca que podía escucharla respirar y yo me sentí agitado, parecía tener cierta vulnerabilidad y mis sentidos se desordenaron.
- calle tupper, a las diez - me susurró al oído y siguió al mismo paso, me tocó sin hacerlo, dios, qué mujer
- - -
- ¡salen empanadas! - gritaron desde la cocina y vi salir a la Carol
- Carol - llamé - me habló
- me estai webiando - expresó sorprendida - ¿que te dijo? - me preguntó llevándome a un lugar un poco más vacío para que nadie escuchara
- nada, quería conversar conmigo y le dije que no podía acá po, si la vieja nos está mirando y... Me preguntó que a qué hora salía
- ¿te vai a juntar con él?
- supongo, como mi moto está en la calle de atrás, entonces le dije esa dirección
- weona, ¿y si te pillan?
- no sé, Carol, igual pensé en eso, pero yo creo que a un lugar me llevará po, si el tipo debe tener algún carrete por ahí
- cuídate, Mara, cualquier cosa, sabí que yo te apaño - me aconsejó

- - -
Fui al vestidor para sacarme el delantal, me cambié y me solté el pelo, vi la hora y ya era como las diez veinte, chucha, estoy atrasá, salí por el camino de siempre y no lo vi, disimulé que no buscaba a nadie y me subí a la moto
- hey, no me dejes - gritó del otro lado de la calle, apagando su cigarro y corriendo hacia mi - hola
- pensé que te habías ido, es tarde
- te dije que te esperaría
- oye, no sé si sabí pero andan milicos a esta hora, entonces, si me quieres llevar a algún lado dime ahora
- eh... - pareció distraído - no querés ir a mi habitación
- nada de piezas, no soy de esas
- calmate, no te he dicho nada de eso, tranquila - pareció reír, pero borró la sonrisa al notar que no me daba gracia
- apúrate, o me voy
- está bien, está bien, ya sé
- ya, súbete - se quedó parado - ya po, ¿o te da miedo?
- no, no, es que es raro que me lleves vos
- ¿qué acaso se te va a caer el apellido? Ven - éste se rió y se subió detrás de mi, tomándome de la cintura - agárrate bien, pero de ahí, ni se te ocurra tocar otra cosa
- dale, vamos - respondió riendo ante mi comentario

Girando En EspiralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora