- Bueno... chao - No sabía como despedirme, quería decirle que pasé la mejor noche, no sabía si acercarme para darle un beso en la mejilla o solo irme.
- Chau... - Se despidió sin mirarme, lo cual me puso un poco triste y abrí la puerta - Oye - oí casi cerrando la puerta
- Dime - Me incliné desde afuera esperando a que me dijera algo
- am... yo... la pasé muy bien contigo - confesó un poco tímido
- yo también - Respondí casi altiro, esperando a que dijera algo más, hubo un silencio algo incómodo, nos quedamos mirando, no sé si esperando a que el otro dijera algo o simplemente con algo atorado, quería decirle muchas cosas, más de las que le dije anoche, pero no dijimos nada y creo que nuestro silencio significó mucho más que algo que hubiéramos dicho, había algo en el aire, algo que no podía descifrar. - Bueno, me voy, gracias por traerme.
- De nada, cuando quieras - Lo tomé como insinuación, por lo cual no pude evitar sonreír pícaramente y cerré la puerta de su auto.
- Qué lentitud - Bufeé, suspirando aburrida y algo cansada
- Es lunes querida, ¿qué esperabas? lo fome es que ni siquiera hay algo para reponer, los pedidos llegan mañana.
- ¿No llegaban hoy? - pregunté tratando de conversar más para no aburrirme
- No, el vendedor no llegó el viernes, así que supongo que llamará o algo, no lo sé
- Tengo hambre
- ¿No desayunaste?
- No, no alcancé, me quedé dormida y me fui a la u
- a ver, voy a ir a ver atrás si hay algo para comer
- Voy a quedar sola
- No te preocupí, si a esta hora no viene nadie
Mi compañero se fue para atrás y yo me puse a leer los pedidos, en eso sentí la campana de la puerta, vi de reojo y alguien había entrado, no tomé mucha atención.
- Disculpe - Sentí una voz gruesa que me llamó la atención - ¿Tenés el álbum nuevo de soda?
- Está en... ¡Gustavo! - dije sorprendida
- shh... bajá la voz - Me dijo sonriendo, mirando a todos lados
- ¿qué haces aquí? ¿y por qué quieres comprar el disco de tu propia banda?
- Era para llamar tu atención, Mara
- ok, ok, solo tenías que decirme hola, si tu voz de argentino no se puede esconder, che boludo - Gustavo soltó una risa estruendosa
- Mara, me hacés reír
- Aveces soy chistosa, oye po, ¿qué hací acá?
- Es que... tengo que decirte algo
- ¿qué cosa?
- Aquí no, pelotuda
- No te pasí weón - dije en tono de broma
- Si te invito a salir, ¿me dirías que sí?
- Me dices que tienes que decirme algo como excusa para salir conmigo o de verdad quieres decirme algo
- Las dos - Bromeó - nonono, es enserio, pero si, quiero verte de nuevo y además hablarte sobre algo importante.
- Pero Gus, no podemos salir po, si hay toque de queda, yo salgo a las seis, acuérdate
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Girando En Espiral
أدب الهواةUna joven trabajadora conoce al ídolo del momento y frente a esto, se torna todo de forma extraña, dañando y cambiando sus planes futuros.