- ¿Vas a salir? - escuché de pronto, justo al tocar la puerta para salir
- eh... Sí
- ¿A qué hora vuelves?
- no lo sé, en una hora más, voy a comprar algo - mentí - a dar un paseo nada más
- ¿Con quién?
- sola, ¿Con quién iría? - reí un poco, tratando de ocultar lo nerviosa que estaba
- una hora más me dijiste... - confirmó
- sí, más o menos - hasta que por fin salí.Narra Gustavo:
¿Y ahora qué hago? ¿Me cambio? ¿Me veo bien? No debería de preguntarme tanto, vendrá en cualquier momento y yo aquí, en el espejo, y... ¿A dónde la llevo? ¿Deberíamos de salir? ... La llevo a comer, eso. Ay pero ¿Y si me hincho?- ¡YA BOLUDO, SALÍ, QUÉ ESTOY QUE ME CAGO! - gritó zeta golpeando la puerta súper fuerte
- Zeta - salí del baño y éste no demoró en entrar, en seguida se escucharon esos gritos de alivio y uno que otro ruido de dudosa procedencia, yo seguía ahí, esperando a que me correspondiera
- decime - avisó aún desde el baño
- yo... No sé que hacer, Mara viene ahora
- ¿Ahora? - preguntó mientras tiraba la cadena y se lavaba las manos
- Sí, la acabo de llamar y me dijo que la esperara en la calle donde nos encontramos antes - Zeta salió del baño y se posó en el marco de la puerta - no sé que hacer, estoy nervioso y no puedo pensar en si la llevo a alguna parte
- ¿Qué, qué? ¿A dónde la vas a llevar si no conocemos ningún pelo de acá
- ... Entonces
- mmmm... Yo creo que deberías relajarte primero y preguntarle qué quiere hacer
- ok... Ni siquiera sé si le gusto
- qué tonto que sos, si viene a verte es obvio que sí, ¿Por qué piensas tanto en eso? Es solo una chica
- Zeta, ella me gusta mucho, de verdad, me vas a decir que... No sé, que no es real
- Da igual, Gustavo, si ella te gusta, está bien, es que yo pensé que no, pero aunque no debería decirte nada, creo que no está bien - me quedó mirando extraño, de un segundo a otro pasó a ser como mi hermano mayor y yo solo lo escuchaba - nos vamos... ¿Cuándo? ¿En dos días más? Yo... Lo siento mucho, pero creo que es como un juego, aunque... Dejalo, quizás solo estoy divagando, no me escuches
- ¿Qué hora es?
- eh... Ni idea
- me tengo que ir - y solo salí corriendo de ahí, fue un impulso raro, no me despedí, no lo pensé, solo tenía esa imagen de Mara, esperándome, con esa cara de seria que tiene, pero que al final igual termina riéndose, mirando hacia otro lado.Llegué, todo sudado y con la respiración agitada, no había nadie, era extraño pero por ésta calle no parecía transitar algún alma, de todos modos, no esperé tanto, ella llegó al tiempo después, en su moto, paró en frente de mí y me hizo un ademán de "sube o muere"
- ¿A dónde vamos? - pregunté algo tímido, ella era imponente y me parecía dominante
- tienes suerte - rió por lo bajo - hoy voy a ser tu guía, pero súbete, rápido - y... Me subí, me puse el casco y la tomé como la última vez que me subí a su moto. Era una sensación linda, el viento, el día soleado y la ciudad, además de ella, la veía sigilosamente por el espejo
- ¿A dónde me llevás?
- Concón
- ah... ¿Qué es eso?
- ya vas a verEl trayecto fue algo largo pero hermoso, pasamos por la costa donde se hacían notar las salvajes olas, entre lugares vacíos, se llegaba a otros con mucha gente y así, me hacía pensar en el relieve, pero tanto baldío como lleno, el sentido era el mismo, el sol y eso que tiene de veraniego con relajo.
De pronto vi muchos puestos en la costa, eran pequeños restoranes pero que terminaban rápido, Mara estacionó su moto a unos metros más allá, en la playa, se bajó y se sacó el casco, caminó por la arena, para estar más cerca del mar y se sentó, no me dirigió palabra alguna, entonces la seguí, me senté junto a ella y no sabía que decirle, se veía casi dentro de las olas, podía verlo reflejado en sus ojos.
- Qué tiempo que no venía para acá - me dijo - me acuerdo que me escapaba para venir, en ese tiempo, esto era casi desierto
- ¿Cuando fue eso?
- cuando era chica, vivía un poco más allá
- ah... - quería preguntarle más, pero sentía que me intrometía.Ay, no sé qué decirle, quiero preguntarle tanto y ella se ve tan misteriosa, quiero preguntarle si le gusto o no, si hay algo entre nosotros, que por qué me rechaza... Pero no sé cómo.
- Mara - pronuncié, pareció que ni siquiera vino de mi, sino de una fuerza que vino dentro de mi, ella volteó y esperó a que continuara - ¿Por qué no viniste conmigo?
- ¿A dónde quieres que vaya contigo? - se rió - deja de preguntarme eso, solo disfruta esto, te traje a mi lugar favorito, dónde nunca había traído a alguien jamás
- yo... Lo siento, pero es que siento que me está ahorcando pensar en la manera en que me tratás, no sé qué querés
- quiero que disfrutes dónde estás, no vas a volver, quizás, no vas a estar como ahora.
- Debe ser eso - dije entre dientes
- ¿Eso qué?
- Zeta me dijo que no debería preocuparme, porque me voy - ella me miraba y pronunció una sonrisa
- sí es eso, pero está bien, es tu mundo, yo tengo otras cosas por las que preocuparme
- es eso, es eso, no lo puedo creer, osea que sí te gusto - no sé cómo pude sonar tan feliz, pero así estaba y ella se largó a reír, asintiendo con la cabeza
- da igual Gustavo, es efímero y cuando te vayas, te va a gustar otra persona y te vas a divertir también, está bien, es tu mundo
- no, no lo es, me gustás de verdad
- pues... Está mal, mi mamá... Se enamoró de un tipo más o menos como tú, así como bien guapo, simpático, tenía los ojos verdes, la seguía y era bien romántico, era extranjero, pero claro, se ilusionó y el tipo se fue, la dejó embarazada de mi - suspiró - no digo que contigo me va a pasar lo mismo, pero no quiero ilusionarme ni nada parecido, tengo cosas más importantes, como mi trabajo y mis estudios.Me sentí algo extraño, venía de un mundo en que las chicas eran iguales y tenían una vida similar, me acostumbré a verlo, pero Mara era una persona diferente y sobresaliente a lo que solía vivir, me dejó todo en claro y ahora no sé qué hacer, se me haría fácil si ella fuera igual a las demás, pero ahora el patrón cambia. De repente ella abrazó sus piernas y sentí que sonó algo desde sus dedos, sostenía sus llaves y de un descuido, se le cayeron, ella miró a la arena y de un impulso, las tomé y me paré a correr
- ¡heeeey, mis llaves! - gritó parándose
- ah, esto - se las mostré alardeando - a ver si las alcanzás - comenzó a seguirme y yo con risas, me dirigía al agua y casi me caigo por la fuerza de las olas, ella logró alcanzarme y buscaba mis manos para quitarme las llaves, reía tanto como yo. Me adentraba un poquito más y nos caímos.- ¡conchetumare, Gustavo! - reía tratando de pararse - ¡estoy toda mojada! - se volvió a caer, pero ésta vez en la orilla y sin pensarlo me acerqué a ella, me acerqué a su rostro, solo quería besarla
- ¡¿Qué hacen acá?! - se escuchó un grito a lo lejos - Mara volteó bruscamente
- ¡mierda! ¡Los milicos! - se paró rápidamente, yo me quedé intacto, no sabía qué hacer - ¡Weón, apúrate! - comencé a correr con desesperación, nos subimos a la moto y ella manejó de inmediato- ¿Qué pasó?
- Gustavo, ¿Qué te dijeron cuando venías a Chile?
- pues... Que tenía que tocar en el festival de Viña
- no, eso no, del gobierno
- eh... Me dijeron algo de un golpe de estado
- sí, Gustavo, no sé qué hora es, pero debe ser cerca de las seis, a esa hora es el toque de queda y los que se encuentran en la calle, los envían a la comisaría y obviamente eso no nos conviene
- ¿Y ahora qué?
- te voy a ir a dejar al hotel
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Girando En Espiral
FanfictionUna joven trabajadora conoce al ídolo del momento y frente a esto, se torna todo de forma extraña, dañando y cambiando sus planes futuros.