- Capítulo 5 -

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- eh hola - saludó entre risas y la gente comenzó a gritar, en especial las chicas, con algunos "washito rico" y blablabla - estamos agradecidos de venir a Chile, y bueno, obviamente a Viña - yo estaba ahí observando y escuchando con atención, pero con normalidad, hablo de que nunca creí que me mirara a mí mientras hablaba, se supone que le estás hablando a la gente, no a mí - es totalmente hermoso - dios, deja de mirarme - bueno, se supone que nos íbamos a presentar ayer, pero hubieron algunos imprevistos - ¿De qué hablas? - uno nunca sabe lo que va a pasar o quien va aparecer en tu camino, pero estoy feliz que todo haya resultado - no sabía si estaba roja o si la gente había desaparecido, pero su mirada era como, como... No lo puedo describir, pero parecía no querer dejarme en paz - pasando a otro tema, literalmente, ésta canción se la dedico a alguien que acabo de conocer y que espero que despierte algo en ella - ok, no entendía nada, osea, después de ese discurso fofo, se pone a tocar una tonadita media pegajosa y toda la gente empieza a bailar

Podrías acercarte
un poco más
podrías delirarte
un poco más
podrías desnudarte
un poco más
podrías arriesgarte
alguna vez
podrías disociarte
alguna vez
podrías excitarte
alguna vez...

Ahora ya no sé qué pasa, ¿esa letra era como un palo o algo parecido? Y esa mirada coqueta y algo salvaje, tratando de ponerme nerviosa quizás, pero a decir verdad, era adictivo mirarlo y pensar hasta donde podría llegar, con razón el tipo mataba, tenía personalidad para ser jote pero con diferencia que a él sí le funcionaba.

El concierto terminó y todos los que estaban presentes, incluyéndome, nos dirigíamos a la salida
- oye, Mara, parece que te llaman - me dijo volteando el rostro varias veces. Volteé y claro, Carol tenía razón, Gustavo estaba detrás de la cortina, tratando de decirme que lo siga, mi amiga me seguía sonriendo y yo solo volteé y salí de ahí
- oye, oye, ¿A dónde vai? - corrió hacia mi, totalmente descolocada
- a mi casa
- ¿No cachaste? Gustavo te estaba llamando
- ya ¿Y? Me da igual, yo me voy

Y eso fue, decidí irme y nadie, ni mi compañera me detuvo, no es importante que vaya y obviamente no lo soy para él, pero a pesar de qué no quería una falsa ilusión, deseaba sentirme bonita y querida, tal como me hacía sentir él, como me lo decía, aunque fuera mentira.

- disculpa - oí el eco del vacío en el gran estacionamiento, seguí caminando, pero volteé por curiosidad y vi a un hombre que insistió al ver que no le prestaba atención - ¿Sos Mara?
- No - qué le diría, en mi vida había visto a éste tipo
- sí sos, los vi juntos ayer
- eh, perdona, pero no sé a qué te refieres, chao - dije siguiendo el paso
- tenés que ir al 505 - mandó insistiendo - no soy para estas cosas, niña, si querés hacerte la difícil, entonces no vayas con jueguitos
- mira, de lo que me queda de paciencia, te mando a decir que no estoy jugando a nada, simplemente no me interesa, no soy como las chicas a las que ilusiona en cada concierto que da, tengo mejores cosas de las que ocuparme que por un weón que le insiste a una tipa como yo solo por capricho - suspiré dando punto final, me volteé para seguir caminando, viendo mi moto al final
- pues entonces decile vos, no soy paloma mensajera - gritó yéndose harto de eso, al cabo que no quería insistirme ni buscarme
- pues entonces vete a la mierda, tú y tu soda stereo - le grité con el mismo tono y encendí la moto.

- hola, viniste temprano - saludó entre risas
- ya - dije subiendo a la pieza
- ¿Estás bien? - gritó desde el sillón
- sí - cerré la puerta y me tendí en la cama, cerré los ojos de cansancio y algo achacada, solo para calmarme porque de veras que tenía un desorden y no sabía por donde comenzar.

- Mara, oye - siguió tocando la puerta
- ¿Qué pasó?
- te llaman por teléfono
- ya... ¿Quién? - ahora si estaba re confundida
- no sé, mi amor, solo baja

Suspiré super cansada y salí de la pieza, bajé las escalera y fui a contestar
- ¿Aló?
- Mara, ¿Por qué te fuiste?
- ¿Gustavo? - al decir su nombre, mi tía giró la vista hacia mí y me miró expectante - espera - desvíe la mirada y subí con el teléfono a mi pieza - ya, ahora sí
- ¿Qué pasó?
- nada, mi tía estaba de copuchenta y subí el teléfono a la pieza
- ¿Me vas a decir?
- no quería, nada más que eso
- ¿No? ¿Por qué?
- ya te dije, porque no quería
- pero ¿por qué no querías?
- ¿Acaso tengo que querer? No es mi obligación
- quería... Quería verte, Maribel - sonó algo serio y llegué a asustarme, pero solo un poco
- ya me viste ayer y en la mañana - no sé si estaba siendo el límite de fría, pero en otro caso, quería saber si era de verdad, quizás si estaba jugando, ugh, qué tonta
- pero quería verte otra vez, ¿Puedo verte ahora? Te invito a tomar un helado
- no, no creo
- ¿Por qué?
- ¿Qué te tengo que decir el porqué de todo?
- sí, quiero saber, quiero saber por qué eres tan fría, si es solo conmigo o eres así, si estás jugando o si lo usas para atraerme, y si la correcta es la última, créeme que funciona

Ok, ya no sabía qué pensar o qué sentir, si mandarlo a la mierda o seguir con esto, aunque, lo juro, no estoy jugando a nada, pero pareciera qué sí y a éste punto ya no sé si es real o simplemente me mantiene con ese sentimiento de deseo, lo que siempre quise sentir de alguien... No puedo creer que lo esté diciendo en mi mente, yo no soy así. Me hace pensar tantas cosas, y en especial en lo que hago con él, nunca había rechazado a alguien así, de una manera que hace pensar que quería más, creería que por alguna razón esto nace y muere con él, solo con él.

- ¿Dónde estás? - dije casi en sobresalto
- eh... En el hotel, aún, ¿por qué?
- te voy a buscar
- ¿Estás segura?
- ¿Qué? ¿Quieres o no?
- sí, sí, claro que sí
- ok, espera en la calle de ayer
- bueno... - no alcanzó a decir sus palabras en cuanto corté de golpe, ¿Qué estoy haciendo?

Girando En EspiralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora