- Capítulo 18 -

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Narra Mara: 

Estaba anocheciendo, no sé que hora sería, pero regresé como pude al departamento, la puerta estaba entreabierta y me preocupé un poco, entré y cerré la puerta sin hacer ruido alguno.

- ¿Gustavo? - llamé no sonando tan alto

- ¡Mara! - apareció de pronto, me asusté por el estruendoso llamado - ¿Dónde estabas? creí que te habías ido, yo... no sabía que más hacer y...

- Dios, ¿estás bien? te ves un poco estresado 

- Claro que lo estoy Mara, te fuiste de la nada y ni alguna nota dejaste, pensé que... que te habías ido 

- Pues... me voy a ir pronto

- ¿qué?

- Eh... salí a buscar trabajo y tuve suerte, quedé en un restaurante medio cuico por acá cerca, ya cuando tenga el dinero suficiente buscaré trabajo y..

-¿qué? ¿por qué te quieres ir?

- y ¿por qué no? agradezco toda tu ayuda Gustavo, fue caída del cielo, pero no pienses que me voy a quedar haciendo nada y viviendo contigo, no soy así, me incomoda vivir bajo tu techo y no hacer nada al respecto.

Gustavo se puso histérico y claro, yo igual, nos peleamos terrible brigido y no nos hablamos hasta el otro día.

- Lo cierto es que tienes razón

- ¿Eso te costaba decir?

- Una cosa a la vez ¿ok? hablo de que no entiendo mucho lo que está pasando 

- yo menos, todo esto ha ido muy rápido, osea, me gustas y todo, pero de la nada pasé a vivir contigo y creo que no nos llevamos muy bien 

- pues... sí, yo pensé que estaríamos juntos ahora, pero creo que analizándolo así, vamos un poco rápido, pero entendeme, me costó mucho encontrarte y siento que te me vas siempre, eso me hace sentir como si no quisieras nada conmigo

- No es eso, tienes que entender que ante todo voy a preferir mi dependencia, he sobrevivido ante tantas cosas y esto es una prueba más, tengo que adaptarme a estas nuevas condiciones, aunque sea en un país diferente, sin mi familia ni amigos

- sí, lo entiendo, tengo que entenderlo, no es mi realidad y me cuesta un poco asimilarlo, ahora siento que he sido un poco egoísta, te puedo ayudar con tu arriendo 

- Me has ayudado bastante, voy a estar bien 

El tiempo logró que ambos pudieran ver lo diferentes que son y que juntos se sentían en un revoltijo, y pasó lo inevitable. Mara, salió una mañana y nunca más volvió, sus planes eran otros y sin darse cuenta, marcaría algo fuerte en su vida y corazón.

Llegaron los 90 y junto a ello, la democracia en Chile, Mara volvió a su país y sus querencias no solo eran deseos, sino deberes, comenzando así, una búsqueda incansable. En resumidas cuentas, Mara volvió a su antigua casa, donde pudo ver que estaba demolida y en aquel terreno vació, aún se veía a ella misma y a su familia. Fue estremecedor ver aquellos hallazgos, aún se podía ver en su habitación, escuchando algún cassette, mientras que su tía veía la novela con la Jose, quiso llorar y no podía dejar de pensar que ella debió de estar ahí, junto a ellas, pero había pasado por tanto, que aquello era una prueba más, aún no se daba por vencida. 

Mara despertó con un estruendoso sonido, el cual avisaba a los pasajeros del tren que habían llegado a su nuevo destino, miró por todos lados desde su ventana y solo recordó ese olor a lluvia que le recordaba un trozo de su infancia, la infancia donde fue feliz, después de haber vivido aquel infierno en el hogar de menores. 

- Sí, la pinté hace poco 

- Se ve diferente, casi ni la reconocí 

- Le hice muchos arreglos, ya sabes, la casa es media antigua y no quería que se viera como embrujada - Me reí junto a ella - Ame, sé por lo que has pasado, yo... no tengo problema en que te quedes 

- Yo sé, tía, pero tengo que ir donde la Jose y mi tía

- Sí, mi amor, pero tienes que descansar, las puedes llamar mañana.

Esa noche, Mara sintió que durmió tranquilamente después de muchos años, sabiendo que su familia estaba bien y que ya no había nada inminente a lo que enfrentarse, más que el hecho de volver a verlas. 

- Pero y ¿cómo te fuiste pa' llá? ¿qué hiciste? ¿Cómo saliste del país? 

- Ay tía son muchas preguntas, mejor hablamos cuando esté allá

- Sí mi amor, tenemos tanto de que hablar

- Sí tía, yo sé, quiero puro verlas, la Jose debe estar grande 

- Si po, siempre se acuerda de ti, no le he dicho na' que vienes, va a ser sorpresa 

- ¿En qué curso está?

- Ya pasó a Octavo 

- Casi adolescente, camino pal liceo 

- Si po, ya anda saliendo

- Pero allá es más tranquilo

- Bueno sí, pero igual me preocupo po, crecen muy rápido, tú por ejemplo, no puedo creer que ya estás en la universidad

- Estuve, tía, estuve 

- Pero vai a seguir, si eso que pasó no fue cosa de nosotras

- Sí, voy a volver a estudiar


Girando En EspiralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora