- capitulo 16 -

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- Te lo pregunto solo por sí las moscas, yo nunca creería que eres mala chica

- Entonces, ¿Qué es lo que pasa?

- Marita, tienes que irte lo antes posible, los pacos te andan buscando, no sé por qué será, pero si te encuentran, ya sabí...

- ¿Qué? ¿Cómo es eso que me andan buscando?

- No sé, vinieron en la mañana y me preguntaron por ti, yo les dije que no sabía nada de ti, que ni te conocía y fueron como pedro por su casa a tu pieza, mandaron abajo la puerta y revisaron todo, Marita, me dio un susto, tienes que irte, ahora, no pases ni a tu pieza, nada, mándate a cambiar ahora y corre, andate del país si es necesario. 

Estaba totalmente asustada a lo que estaba escuchando en ese momento y tenía muchas preguntas en la cabeza, no sabía que hacer y sentía pánico, nunca me había visto en esta situación y menos creí ni imaginé que pudiera sucederme tal cosa. En estos momentos, me encontraba sola, ya me había visto sola antes, cuando era niña, pero esta vez no tenía refugio alguno y no sabía ni entendía nada. 

Me sentía perseguida y traté de verme lo más normal posible, fui hasta una vencinera y caminé hacia una cabina, era lo único que tenía y por lo menos tenía la suerte de tener algunas monedas en mis bolsillos. 

- ¿Aló? - respondieron desde la otra línea 

- Tía, por favor, dígame lo que está sucediendo - aclamé casi en llanto

- Mara, mi amorcito, no llores ¿ok? eres muy fuerte y sé que puedes con esto

- No comprendo nada, tía, ¿qué hago?

- Mara, escúchame bien, desde hoy, no puedes volver a llamar a este número, no quiero que te encuentren, ni menos viajes a la casa, ¿comprendes?

- Sí

- Tú padre tiene negocios turbios y lo andan buscando, tú eres la única hija que él tiene en el país y te andan buscando para dar con él, yo sé que tú no tienes nada que ver con ese hombre, que ni siquiera lo conoces, pero ellos no entienden eso, Mara, si te encuentran, te pueden torturar, violar y quizás hasta te maten 

No podía creer que lo estaba escuchando, tenía rabia e impotencia y no podía parar de llorar

- Tía, ¿ustedes están bien?

- Sí Marita, quiero que sepas que vamos a estar bien, nos vamos a ir de acá y tú debes de hacerlo también, te apoyamos en todo, Mara, yo sé que tú vas a salir de esta, siempre lo haces y por eso estoy orgullosa de ti, quizás no nos volvamos a ver, no lo sé, pero te adoro, Mara, como una hija, tú y la Jose siempre van a ser mis hijas, cuídate y espero logres algo bueno, yo sé que diosito quiere lo mejor para tí, chao - Cortó la llamada y lloré desesperadamente, no sabía que hacer o a dónde ir y tenía miedo. 

Busqué en mis bolsillos confort y no encontré nada, me sequé las lágrimas con mi polerón y me di cuenta que aún tenía monedas para otra llamada, pero ¿a quién llamo?

- ¿Bueno? - contestó desde la otra línea 

- Esto es urgente, dime si estás en Chile aún 

- ¿Mara? ¿tienes otro número? 

- Solo contéstame la pregunta 

- Sí, sí, aún sigo aquí, ¿qué pasa? ¿estás bien?

- Gustavo, me voy contigo a donde quieras

- ¿Qué? ¿es enserio? - sonaba feliz - Mara, decime que no me estás cargando 

- No es broma, Gustavo, me voy contigo, acepto irme contigo, pero tienes que venirme a buscar ahora 

Girando En EspiralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora