- Capítulo 7 -

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- ya, chao - encendió su moto, lista para irse y yo estaba parado al lado de ella, solo observando, me dejó ahí y yo no quería que se vaya
- esperá - volteó a verme, con el motor encendido - ¿Te voy a volver a ver? - ella no evitó sonreír y me asintió
- El lunes, ¿Está bien? Ahí me buscas si quieres... Ok, chao - se acercó y me dio un beso en la mejilla, que, sin mentir, me dejó enganchado

Narra Mara:
- ¿A pasear ibai? - escuché la voz de mi tía, casi de sorpresa mientras trataba de escabullirme hacia mi pieza
- eh, sí - dije volteando
- ya... ¿Y quién es Gustavo?
- ¿Ah? ¿Quién es?
- no te hagai la weona, Maribel - mierda, me llamó Maribel, debe estar super enojada - ¡mira que hora es! ¿Y si te hubieran pescado los milicos?
- ya, tía, ya estoy acá, no hay problema
- ¡pero explícame qué pasa po! ¿Andai pololiando?
- no, tía, solo fui a pasear, nada más, ya porfa, quiero ir a descansar - se quedó callada y fue mi oportunidad para subir la escalera.

Puse un cassette que tenía por ahí y me puse a leer, me tendí en la cama sin nada más que pensar, no quería pensar en nada pero ahí estaba ese rulos, leía la primera línea y la volvía a leer, porque no pensaba en eso, sino en ese tipo, me dio rabia y tiré el libro a la mierda. Y... ¡PUM!

- Mara, abre por fa - estaba súper pava viendo el libro en el piso, como cuando me levanto temprano y me quedo mirando mis zapatos como zombie. Me levanté y abrí la puerta, ella no me dijo nada, solo me pasó el teléfono con cara de pocos amigos, yo quedé como "qué onda" y se lo recibí.

- ... ¿Aló? - respondí cerrando la puerta con el pie
- ¿Llegaste bien? - y éste otra vez
- sí... ¿Por qué me llamas?
- no pensé que te molestara, te molesta verme, salir y hasta que te llame... Ya no sé qué hacer
- no es eso - reí - es que mi tía anda media enojada porque salí y como me llamaste antes, cree que estoy pololiando
- ¿Polo... Qué? ¿Qué es eso?
- que tengo novio po
- ah... ¿Y qué tiene de malo?
- nada, pero mi tía es así
- tu tía... Y ¿Qué piensa tu mamá de eso?
- qué va a pensar si está muerta
- oh... - se calló y parecía algo nervioso - yo...
- oye, está bien, tú ni sabías... Entonces... ¿Llama para algo en especial, caballero?
- eh.. sí, digo... Claro que sí, mi dama, llamaba respectivamente para invitarla a usted y su insuperable belleza a una cita mañana por la tarde
- oh, pero que atrevido, señor cerati, lo siento, pero yo estoy casada
- ¿Qué?
- te estoy webiando, ¿A qué hora?
- oh... Eh... A las dos?
- ok... A las dos, y ¿Cómo es eso?
- ¿De qué hablás?
- ¿Qué a dónde voy... Qué? Dios, Gustavo, pensé que eras un máster en esto de invitar chicas - bromeé
- osea... ¿Yo? Soy todo un matador, Mara, no puedes evitarme si te traigo loca
- ¿ya? Te pusiste ego
- ya, pero bueno - dijo riendo - te invito a mi habitación
- vo creí que soy weona
- es una cita, Mara, ¡CITA! dios, si quisiera lo otro, sería más sofisticado
- ¡a ver! ¿Cómo es eso?
- no, osea... - no podía explicar por la risa - no estoy diciendo qué... Ugh, Mara cochinota, es una cita, nada más, ahora, si andás caliente...
- ya te pusiste weón - reímos - ok, ok, te creo, ahí nos vemos
- oye, mañana tengo conferencia de prensa, si querés verme en la tele
- no veo monos yo
- qué boluda que sos
- no, soy graciosa y tú eres un envidioso que no lo puede notar - él comenzó a reír y se escucharon voces - ¿Dónde estás?
- En el hotel, con los demás
- ah, y... ¿Qué hacen?
- pues... Nada, zeta está viendo tele, Charly está mintiendo en el teléfono - un "dejate de joder" se escuchó a lo lejos - y yo hablando con vos, deseando verte ¿Vos qué hacés?
- eh... Bueno, antes de que llamaras, leía un libro pero lo lancé a la mierda
- ¿Qué? ¿Tan malo es?
- ja, no es eso, es que estaba re concentrada y me vinieron a tocar la puerta de repente por tu llamada
- osea que... Me estás culpando
- no, no es eso - reíamos - el libro es bueno, solo fue eso
- ¿Libro de qué?
- Es de los chacras
- ¿Enserio? ¿Me lo prestarías?
- y sí, lo vas a terminar de leer en tres días
- yo leo rápido, tan rápido como te leí a vos
- ni siquiera lo he terminado de leer, aunque me queda poco
- está bien si no me lo querés prestar
- no dije eso, si lo voy a hacer
- ¿De verdad? En todo caso, si no lo alcanzo a leer lo dejo como excusa para volver a verte
- ¿Qué dices? Cállate, no hables de eso
- lo digo enserio, Mara
- yo también lo digo enserio, acuérdate lo que te dije en la playa, ok
- Entonces, ¿esto solo se queda ahí?
- pues... No sé a qué te refieres, hablo de que nunca hubo algo como para quedarse ahí - Gustavo dejó de hablar y escuché un suspiro después de varios minutos
- yo... - lanzaba palabras solas, tratando de decir algo - yo pensé que ya no ibas a ser fría conmigo
- lo siento, Gustavo, pero yo soy fría
- No, no lo eres, es... Solo lo de afuera, lo sé, es lo que haces para no pasar lo qué pasó tu mamá, sí recuerdo lo de la playa, Mara, claro que lo recuerdo porque nunca podré olvidarlo, como a ti, no lo voy a olvidar, no te voy a olvidar, porque las cosas no son así
- está bien, pero así es, ya te vas a dar cuenta

- ¡Mara, baja a tomar once! - gritaba mi tía desde el primer piso
- eh... Te tengo que cortar, mi tía me llama para tomar once, mañana nos vemos ¿Ok?
- bueno, no sé qué es once, pero bueno
- Es como una merienda, no sé si lo hagan allá en Argentina, pero aquí es desayuno, almuerzo, once y cena
- ¿Por qué comen tanto?
- para olvidar los problemas - se largó a reír - ok, chao, nos vemos mañana
- ¿vendrás?
- Sí, ya te dije que sí, no hay vuelta atrás

- ¡MARIBEL!
- ¡YA VOY!

- ya, chao
- chao

Girando En EspiralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora