Ilusiones ~YM~

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Jimin caminaba tranquilamente con dirección a su escuela, el enorme Instituto Kum, su casa quedaba un poco alejada de éste así que tenía que salir temprano de su hogar, no le molestaba, todo lo contrario, la calma que había por las mañanas en las calles vacías era relajante para él.  Necesitaba tiempo para despejarse, toda la situación que le acarreaba su platónico le ponía mal, muy mal y realmente él no quería volver a caer en depresión, no después de apenas salir de ese horrible episodio causado por su "Sobrepeso"

Desde que lo volvió a ver no había dirigido palabra con él, estaba al tanto de la incomodidad que tenía el pelinegro cuando estaban juntos y le dolía, algo dentro de su pecho se retorcía cada vez que YoonGi evitaba hablar con él o simplemente lo ignoraba.

Todo su día fluyó normal hasta que tuvo que salir al baño a mitad de la clase de literatura, salió del salón y todo fluyó tranquilo hasta estar en las escaleras, al dar su primer paso para descender pudo sentir como su pie resbalaba por el escalón, casi pudo ver su vida pasar enfrente de sus ojos que, obviamente, tenía cerrados fuertemente, no tuvo el valor de abrirlos mientras esperaba la serie de golpes que iba a recibir pero fue grande su sorpresa cuando un brazo lo sostuvo por las caderas antes de comenzar a caer.

Abrió sus ojos lentamente y miró hacia atrás encontrando unos ojos café que reconocía a la perfección, Min Yoongi le había salvado la vida.

— D-Disculpame, soy un torpe, gracias, Hyung.— No tenía confianza alguna dentro de él en ese momento, ¿Cómo tenerla frente a los ojos hermosos de Min YoonGi?

— ¡Deberías tener más cuidado, idiota, casi te mueres en estas escaleras! — Sí, el niño lo ponía de malas pero no tenía porqué ser grosero con él. — ¿Te duele algo? — Suavizó su tono casi por instinto.

Jimin quería asentir y decirle que estaba perfectamente para evitar verse más patético de lo que ya se sentía porque seguramente a JungKook nunca le pasaría algo así; ¡Dios, ¿Por qué era tan torpe?, ¿Por qué no podía ni caminar correctamente?!
En fin, en vez de darle una afirmación tuvo que negar casi al instante.

- Duele...— Soltó al aire casi como para sí mismo pero, claro, eso lo hacía ver raro ante los ojos del pelinegro. —Digo, mi pie, creo que lo torcí— Contestó con un sonrojo por la poca dicción de sus palabras, ¿Por qué le pasaba eso a él?

— Bien.— Soltó un gran suspiro lleno de pesadez, no había otra opción.— Tendré que llevarte a la enfermería.

— ¡No, no, no, si usted no quiere puedo ir yo sólo!— Se negaba rotundamente a ser una molestia para ese ser tan especial pero el argumento que le dió YoonGi fue irrefutable.

— ¿Con un tobillo torcido?, no lo creo.

Se golpeó mentalmente por la coherencia inexistente en su actuar, en sus palabras, en su vida justo en ese momento, vaya manera de quedar en ridículo.

Suga lo cargó a modo de princesa y el más pequeño no pudo evitar ir ruborizado todo el camino hacia la enfermería, seguro estaba soñando, quiero decir, ¡Su platónico lo estaba cargando a la enfermería! Le importaban una mierda cualquier mirada extraña que le pudieran dar los alumnos por los pasillos, el vivía su propio sueño.

Cuando llegaron lo depositó suavemente en una de las camillas del lugar y tuvo que salir de su ensoñación, en cosa de nada llegó la enfermera y preguntó con calidez y preocupación qué había sucedido.

— Bueno.— Dijo Yoongi. —El mocoso de aquí al lado.— Le señaló con el dedo pulgar en un movimiento rápido.— Estuvo a punto de caer por las escaleras y yo, como buena y oportuna persona, lo salvé de las garras de la muerte pero al parecer no lo salvé de torcerse el tobillo.

La mujer de mediana edad no perdió tiempo para revisar a Jimin con una sonrisa en el rostro justo como acostumbraba, era una leve torcedura, nada grave, sólo le colocó una pomada para la inflamación y le vendó el pie.

— Debo ir por unos formularios para que llenes Jimin; Yoongi, ¿Podrías hacerle compañía?

— Claro, no hay problema.— Claro que no había problema si podía matar clases. La mujer salió del lugar de forma tranquila.

— ¿Por Qué estabas afuera cuando yo salí?— No crean que trataba de evitar el silencio incómodo que ya era rutinario entre ellos.

— ¿Ahora es un crimen salir al baño?— Recriminó, ¿Qué clase de pregunta era esa y qué le importaba a ese niño si estaba fuera o no?

El más bajito bajó la mirada y, muy contrario a lo que deseaba, se creó un silencio incómodo entre ambos, silencio que rompió YoonGi.

— Entonces...— Dijo el pálido.— ¿Sales con Zico?

— ¿Eh?, s-si, bueno, quiero decir...— Carraspeó la garganta y se decidió a seguir hablando. —Así puedo impedir que se aproveche de los más pequeños o de los más débiles, tal vez no sea una manera limpia de conseguir un poco de paz en la escuela pero sirve.

— Es algo noble de tu parte.— Era sincero, no podía mentir sobre ello.

— Realmente no, sólo... No es como que Zico sea una mala pareja o que esto sea como estar en un castigo mientras salgo con él, de hecho es muy dulce pero, no sé, no es mi tipo supongo.

— Y ¿Cómo es tu tipo entonces?— No había real interés pero tampoco deseaba volver al silencio.

—Tú, definitivamente tú y solo tú, Min YoonGi, eres tú y siempre serás tú.— Gritó en sus adentros.

— No sabría describirlo bien, ¿Usted tiene un tipo de persona?

—No realmente.— Dijo de forma desinteresada, este tema no era su favorito en especial. — Quien me gusta, me gusta y ya, no es algo en específico que me atraiga, sólo se da, ¿Me explico?

Jimin asintió lentamente y se atrevió a preguntar.

— Entonces, cualquiera de tus amigos tiene probabilidades de gustarte con esa lógica, ¿No?— Un atisbo de esperanza se encendió en el pecho del más pequeño.

— De cierta forma sí pero ahora estoy demasiado clavado en el tema de JungKook.—  Dolió, dolió de una forma que sólo Yoongi podía provocar y aún más por contemplar la sonrisa que tenía pintada en el rostro con sólo mencionar al dentón.

— Pero él está con Yugyeom.— Refutó, ¡Amiga, date cuenta!

— La esperanza es lo último que se pierde. — Lo analizó y se dio cuenta que tal vez no estaba tan equivocado.

Entró la enfermera con los formularios, sin duda esa plática no la olvidaría, "La esperanza es lo último que se pierde..."