'El Escritor' • YoonMin | Completo✔

XXXIII: 'Perdón'

Maratón 8/8

¡Tell me why~!

(Me van a matar)

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Una sonrisa bailaba constantemente en sus labios y un tierno sonrojo surcaban sus mejiilas que normalmente eran pálidas debido a que nada lo avergonzaba.

Pero como iba a mantenerse de piedra e inmutable, como de costumbre, si había conversado y conocido la hermosa voz de quien estaba comenzando a sanar de a poquito su corazón.

Para YoonGi, era increíble como sus problemas habían desaparecido momentáneamente al escucharlo hablar. Había sido como entrar a una burbuja, donde sólo estaban él y JiMin.

Se sintió muy mal al mentirle que había conseguido el número por medio de Min Ho, siendo que en realidad que Jin se lo había dado, pero con la condición de que no mencionara su nombre.

YoonGi se extrañó ante aquello y quiso reclamarle algo, porque al parecer Jin conocía bastante bien a JiMin y se lo había ocultado junto a su hermana, pero se contuvo para no ser irrespetuoso. Además, la pareja le había dicho que le explicarían todo una vez que viera a JiMin, cosa que lo confundía más.

Lo que más le extrañaba, eran las palabras de aquel tipo de afeminados gustos, amigo de Jin, que al parecer había regañado a su cuñado y su hermana.

"Todo se vendrán abajo, deben decir la verdad... Son mayores ahora, Chaerin... Tus padres no pueden reclamarte nada..."

"¿O pretenden que esto siga hasta que Eunha sea mayor y cuestione todo?, o peor... que JiMin y YoonGi se enteren por sus cuentas y terminen odiandolos..."

Aún sus palabras retumbaban en su mente y en especial: "Debes dejar de esconder a JiMin..."

No comprendía a que se refería y un mal presentimiento revoloteaba en todo su organismo instandolo a accionar de alguna manera. Más no podía hacer nada, no conocía las circunstancias y no podía preguntarle al mismo JiMin si sabía algo al respecto, porque probablemente el mismo tampoco supiera algo.

Recargó su frente sobre la puerta del cubículo del baño en que se había encerrado y se centró en pensar sólo en JiMin. Sólo por el aguantaría de no estallar en preguntas, porque sólo faltaban unos minutos para poder conocerlo en persona, aunque ya lo había visto de lejos.

Porque sí, lo había estado observando desde hacía diez minutos desde que Taehyung le dijo quien era, aunque no le hacía falta que le dijeran, él lo reconocería a pesar de que lo vio simplemente por fotografía una vez. Pero no se acercó porque sabía que el menor se pondría nervioso y era lo que menos quería.

Sonrió inconcientemente al recordarlo. Se veía tan tierno, hermoso, como un ángel y debía admitir a pesar de que le avergonzaba pensarlo, se veía a la vez tan comdenadamente sexi luqueado de esa manera para el show, que tuvo que correr inmediatamente al baño para mojar su rostro y esconder su furioso sonrojo ante aquellos pensamientos.

Había estado diez minutos observandolo y diez minutos planteándose en su mandar un mensaje o llamarlo, hasta que finalmente se inclinó por la segunda y se felicitó por haberlo hecho, porque de alguna manera ahora se sentía más calmado y capaz de hacer lo que sea.

— ¿Hyung? — el rubio dio un brinco cuando escuchobla voz de su donsaeng.

— En un minuto salgo, Tae... — caraspeo su garaganta, quitó el seguro y salió. — ¿Qué? — inquirió al encontrarse con la sonrisa burlona del menor.