Cambio de planes

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POV Magnus

Todo esto esta resultando no raro pero algo incómodo. Estar en casa de los padres de Alec, quienes nunca habían oído hablar de mi hasta hace un par de meses y contarles este disparatado plan suena a locura. Pero es un disparate que estoy dispuesto a llevar a cabo. Por Alec. ¿Quién soy yo para negar mi ayuda? No podría decirle que no a nada con esos ojos. 

Durante años he estado siguiendo cada una de sus publicaciones, centrando únicamente en eso. Se que Vogue hace visitas guiadas a sus oficinas, son muy abiertos en eso, pero nunca me he atrevido a ir a hacer una de esas. Pensaba que verlo en persona haría que se me cayera el mito. Me haría ver que no es mas que otra persona como todos los demás. Dos ojos, dos brazos, dos piernas, una nariz y una boca. Nada de especial. Y sin embargo cuando la señora Hibbert me dijo que era mi vecino de enfrente sentí un deseo irrefrenable por hacer lo que llevaba años reprimiendo. Tenía que conocerlo como fuera. Aunque se me cayera el mito. Aunque diez años de mi vida se fueran a la basura. Aunque me rompiera el corazón. Tenía que verle, hablar con él. 

Y sin embargo jamás hubiese imaginado que al contrario de lo que esperaba, Alec resulta incluso mas fascinante de lo que ya me parecía. Tanto su personalidad como su físico resultan altamente gratificantes. Si me había enamorado del Alec que escribía en Vogue el Alec real se había grabado a fuego directamente en mi corazón. Así, sin mas. En cuestión de pocos días.

¡Chhhst! - Giro la cabeza a ambos lados, con las cejas alzadas por la sorpresa. Entonces es cuando veo a Maryse asomada por la puerta de la cocina, haciéndome señas para que entre, manteniendo un aire de misterio que no se si me da mas curiosidad o miedo. Aun así y no queriendo ser descortés dado que Alec ha ido a ayudar a su padre en las cuadras y no tengo nada mejor que hacer, entro y me siento en uno de los taburetes tal y como ella me indica. 

-A mi no me engañas, Magnus. Tendréis las excusas que queráis para lo de la adopción, pero sé ver cuando alguien esta enamorado. Y tu lo estás de nuestro Alec. - Vaya, que directa. Sin embargo, no ha dicho nada que no sea cierto, no tendría sentido negarselo.

 Asiento brevemente, encogiéndome un poco de hombros. - Me trae loco... pero él solo me ve como un amigo. No hay nada entre nosotros, Maryse, no tienes de que preocuparte. 

 Por lo que Alec me ha contado, Maryse es como una loba, y toda madre protege a sus cachorros, incluso a los adoptivos, como Jace. - ¿Preocuparme?¡Estoy encantada de que por fin haya encontrado a alguien! Alec siempre ha sido un chico muy reservado, desde su época en el instituto. - Vale, admito que eso no me lo esperaba. ¿Alec? Conmigo siempre ha sido muy abierto... no parece que estemos hablando de la misma persona.

Giro la cabeza de golpe hacia la entrada cuando oigo la puerta. Maryse se lleva un dedo a los labios y se que es una señal de dejar la conversación en secreto. Tampoco es como si me fuera a atrever a decirle algo a Alec. Nos hemos besado un par de veces, si, pero cada vez que ocurre no lo hablamos y queda como si no hubiese pasado nada. Y no quiero poner en peligro su adopción. Es mejor no decirle nada. De todas formas estoy seguro de que él no siente lo mismo. ¿Cómo podría? Él es perfecto y yo... bueno, un simple maestro de infantil.

-¡Magnus! Te estaba buscando. Me han llamado del centro de acogida, ¡ha quedado un hueco libre y podemos ir ya mismo! - Siento como la emoción se le escapa por cada poro de su piel y no puedo hacer mas que reír cuando me agarra del brazo y tira de mi en dirección a la puerta. - ¡Vale, vale! Déjame coger el abrigo por lo menos. - Le dedico una sonrisa, contagiado de esa emoción que lleva encima. Cojo mi abrigo y me lo echo al hombro, abriéndole la puerta para que salga. Le cojo de la mano sin tapujos. Por suerte el centro no esta muy lejos de su casa, así que podemos ir andando.

My trick to win - MALEC -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora