Nunca hables sin pensar

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-Alec, ¡basta ya! - río levemente, llevándome los restos de mi mokka a los labios, relamiéndome la espuma que queda en ellos justo después. - ¿Qué quieres que te diga, Izzy? Es simplemente genial. Amable, cariñoso y comprensivo además de guapo. ¿Qué mas se puede pedir?

Ya no se que hacer con ellos. Me miran con mala cara, los tres. Miro a Jace con una súplica silenciosa. Él es quien siempre es mas comprensivo conmigo, pero parece estar tan alterado como las otras dos. No hay quien las entienda. Siempre intentando que me abra a los demás, que le de esperanzas al amor, que me eche un novio... y ahora que conozco a alguien interesante se ponen a la defensiva. -Es que eso que nos has contado, Alec...¿cuántos años llevas escribiendo para Vogue?¿nueve?¿diez?¡Un hombre que te persigue desde hace diez años! Te ha dicho que no se mudó a propósito ¿pero quien te asegura que eso es verdad?¿Y si es un acosador?¿o un maníaco?

Bufo rodando los ojos, dejando el vaso que contenía mi café hace unos minutos sobre la mesa. -Nunca ha dado muestras de ello. Lo único que hace es traerme café por las mañanas, ¿es acaso eso un delito? Además resulta una compañía adorable. - Me encojo de hombros con la sonrisa boba que lleva adornando mi cara desde hace dos semanas. Magnus y yo nos hemos reunido unas cuantas veces desde que lo invité a cenar. A veces trae burritos, comida china o una pizza... otras veces simplemente aparece con palomitas para microondas y una amplia variedad de comedias románticas o bobas que ya se han hecho un hueco en mi estantería. ¿Qué mal hay en una compañía así?

 -¿cuantos hombres conoces que tengan Mamma Mia como película favorita, eh? - Río negando con la cabeza. La verdad es que con pocos he salido, pero pese a ser gays no eran tampoco amantes de las comedias románticas, de los musicales o de Whitney Houston y Mariah Carey. Magnus y yo conectamos de una forma en la que nunca había conectado con otro hombre antes. Apuesto lo que sea a que se llevaría de maravilla con Izzy. -Podría ser un psicopata, Alec...

Niego con la cabeza, ya cansado con el tema. ¿Cómo va a ser Magnus un psicópata? Es un cielo de persona. ¿Pero podría demostrárselo a ellos?¿Cómo? 

-Podríamos hacer una cena este fin de semana, en mi casa. Invitaré a Magnus y así veréis que no es un psicópata, ni un acosador, ni un fan obsesionado conmigo, ni un maníaco ni ninguno de esos tarados mentales por los que lo estáis tomando. ¿Qué os parece? - Parecen pensarlo unos segundos pero al final las tres asienten, entre la sospecha y la sonrisa de aceptación. Suspiro y me levanto. - Voy a necesitar otro café.

¿En que demonios estaría pensando? Juntar a Magnus y a mis hermanos puede ser una locura. No habrá forma de que esté tranquilo esa noche. Las chicas pueden ser unas completas locas cuando quieren, Jace seguro que intentará intimidarlo y tampoco quiero asustar a Magnus. No se si me asusta mas la percepción que ellos tengan de él o la que Magnus pase a tener de mi cuando sepa de mis mentalmente inestables familiares. Por otra parte el presentarle a mis mejores amigos significa como que... no se...¿siento algo por él?¿Es como hacerlo todo demasiado rápido?¿Cómo si quisiera una relación? Todo esto es un lío.

De todas formas no lo pienso demasiado antes de llamar con mis nudillos a su puerta en lugar de utilizar el timbre. Parece que se me ha pegado esa costumbre suya. Pasa un minuto y vuelvo a llamar por si acaso pero al no recibir respuesta me doy media vuelta y camino de nuevo a mi apartamento justo cuando oigo su puerta abrirse a mi espalda. 

-¿Alec? - Me giro de nuevo con la mejor de mis sonrisas y tengo que contener mi mandíbula para que no acabe en el suelo cuando veo que solo viste una toalla apoyada por los pelos en su cintura. Todo su cuerpo esta chorreando agua y sus mechones de pelo caen empapados enmarcando su rostro. - Ehh... - Vale, parezco idiota, completamente idiota. 

-¿Quieres pasar? Estoy por ti en un minuto. - Asiento, viéndolo lo mas conveniente y entro por primera vez en su apartamento, percatándome que es muy parecido al mio en distribución, aunque completamente diferente en estilo.

Me quedo en el salón mientras él desaparece por el pasillo y cuando logro separar mis ojos de su espalda observo a mi alrededor, viendo dos camisetas tendidas sobre el respaldo de una silla junto a unos pantalones. Una guitarra reposa apoyada en una de las esquinas del sofá y un poco mas allá hay un piano. Me acerco a las estanterías, donde hay un montón de CD's, así como discos de vinilo y películas variadas, desde mis películas favoritos hasta las típicas en un hombre: monstruos y armas.

 Mis ojos se elevan hasta la siguiente estantería, viendo una increíble colección de Vogue. Llevo mi mano hasta allí, acariciando los lomos. Debe haber como unas ciento cincuenta... menuda pasada. 

-Impresiona, ¿eh? Ya se sabe, la moda siempre vuelve... tener esto es como estar siempre a la última. Solo hay que buscar el viejo número correspondiente a la moda del año. - río levemente y asiento, mirándolo ya con unos pantalones oscuros, una camiseta gris de manga corta y el cabello revuelto, secado con prisas. - ¿Quieres tomar algo? 

Niego y me acerco a él, apartándole un mechón de la frente, mordiéndome un segundo el labio superior de forma imperceptible. -Voy a preparar una cena este sábado con unas amigos y...me preguntaba si te apetecería venir. - Fijo la mirada en sus ojos ambarinos, deseoso de oír que sí y al mismo tiempo rezando porque tenga algo que hacer. No quiero que esos tres lo asusten. O que formen una mala opinión -peor de la que ya tienen- y sigan molestándome con tonterías de neuróticos preocupados hasta por las intenciones de las moscas.

My trick to win - MALEC -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora