XXI

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"Cuando el mar 🌊 sea redondo y el sol ☀️ deje de brillar ese será día en que te podré olvidar"

"Cuando el mar 🌊 sea redondo y el sol ☀️ deje de brillar ✨ ese será día en que te podré olvidar"

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Narra Aurora

La fuerte brisa de la carretera hacia volar mi cabello a medida que mi madre conducía rumbo a la cuidad. La tenue oscuridad de mis ojos han comenzado a disminuir levemente pero aún no le he contado a nadie y mucho a mi madre, no quiero ilusionarla y más ahora que ha vuelto a tocar el tema de que vuelva al doctor. Gris como las nubes nubladas es mi vista.

He dejado todo atrás, mi casa de toda la vida y a Cristóbal, cuando al fin siento que alguien me acepta tal y como soy, que no le importa mi maldita ceguera tengo que alejarme de él para perseguir mi sueño aunque esté dejando otro atrás. Y más ahora que en la noche mágica en donde hable con él por última vez nos dijimos que nos amamos.

Llegamos al lugar que será nuestro nuevo hogar, a diferencia del anterior este es un apartamento, mi mamá no pudo encontrar una casa, es muy difícil en esta cuidad hacerlo. Será difícil acostumbrarme a los lugares de este apartamento y tener que bajar y subir las escaleras diariamente ya que no siempre mi madre estará allí para ayudarme, por suerte en el banco donde trabaja fue transferida a la sucursal de la cuidad y así no perderá su trabajo.

La noche anterior nos quedamos en un hotel para que el camión de mudanza trajese todas las cosas y así tener todo organizado para nuestra llegada. Me siento mal por mi madre, ella tuvo que despedirse de su vida y amigas por venir a cuidarme. Me encantaría ser una chica independiente y no una carga para ella.

—Déjame sola mamá así podré memorizar la casa—le dije con una sonrisa mientras empecé a dar pequeños pasos con mi bastón para memorizarlos. Extrañare el olor peculiar de mi antiguo hogar, también extrañare ir a John y a la maestra Ross, me costará un tiempo adaptarme pero todo sea por cumplir nuestro sueño papá

Dentro de poco tiempo el transporte de Justis pasará por mi tanque hoy darán la bienvenida a los estudiantes de nuevo ingreso. Las clases comienzan mañana, hoy solo mostrarán el lugar y eso pero ya saben yo tengo que limitarme a aprender los pasos como hice en John. Mi mamá me indicó donde está mi habitación, el departamento es más pequeño que la casa así que será más rápido llegar.

Me quito la ropa y me entro a la ducha, quiero ir presentable a conocer lo que será digamos que mi nuevo instituto, aunque con una gran diferencia. Justis no es como John, allí no es un lugar para personas con alguna discapacidad, allí tengo que estar preparada para cualquier adversidad y ser fuerte. Ya no tendré a Cristóbal cuidando de mi, ahora no tendré a nadie más que a mí misma como era antes.

Me vestí con una falsa y una blusa acompañando de un suéter que mi madre me escogió como todo lo que me pongo. Ella cepilla mi cabello mientras yo estoy sentada en la cama cruzando los dedos para que mi primer día en Justis salga bien.

—Cálmate, todo estará bien si quieres te paso a buscar cuando acabe así no tienes que venir en el transporte si no te sientes cómoda—mi mamá siempre quiere que esté a gusto, pero ya viene siendo hora de que sea más independiente aunque obviamente nunca podré serlo mientras sea ciega

—No te preocupes mamá, yo tengo la sensación de que haré buenos amigos en el transporte—le dije para tranquilizarla no quiero que se angustie más por mi de lo que ya está, aunque nunca me lo dice yo sé lo mucho que se preocupa—¿Qué es esa bocina?—pregunté al escucharla

—Creo que es el transporte... si definitivamente es vamos

—Estoy muy emociona, he esperado esto toda mi vida

—Estoy muy orgullosa de ti cielo, pero vamos ya para que no te vaya a dejar

Mi madre me ayudó a bajar las escaleras lo más rápido posible ya ha sonado la bocina tres veces y no quiero legar tarde. Según mi madre me había contado el chofer está enterado de mi condición lo que me hace poner aún más nerviosa. Me subí al transporte y mi mamá me dio un beso en la mejilla susurrándome al odio "suerte" después escuché la puerta cerrarse y deje de percibir su olor cuando la camioneta arranco.

Dentro el aire está muy fuerte así que me aferro más a mi suéter. Se escucha una música de fondo y diversas voces de chicos y chicas hablando de lo emocionado que están por llegar a Justis, seguramente no se han percatado de mi presencia o no se han dado cuenta que soy ciega. Me mantuve en silencio imaginando cómo serían los hermosos ojos marrones de Cristóbal.

—Hola—escuché una voz dulce de una chica—Hey a ti... hola

—Me hablas a mí?—pregunté espantándome

—A quien más, no hay más nadie al lado nuestro—escuché una pequeña sonrisa sarcástica

—No me di cuenta yo...—le dije levantando un poco mi bastón para que lo viese

—Oh lo siento mucho no sabía. Soy Hannah

—Aurora—tengo la corazonada de que esta chica en verdad quiere hablar contigo y no es como las demás personas que solo se acercan para burlarse de mí—Y... cuál es tu talento?—pregunté intentando parecer sociable

—Canto y tu?

—Toco el piano

—Waooo es increíble, como le haces tienes un don

—No es tan complicado—sonreímos a carcajadas

No la pasamos hablando en resto del camino a Justis, empecé el día bien ya he echo una amiga y espero que sean muchas más. Es una chica muy simpática y me cayo súper. Cuando llegamos se ofreció a ayudarme a bajar de la camioneta y guiarme, apenada acepte. La verdad es un gran alivio porque hasta que no me aprenda los pasos no puedo andar sola. Cruce los dedos.

—Sean todos y todas bienvenidos a Justis, una de las escuelas musicales más prestigiadas del país—comenzó a decir una voz de mujer muy alta, como de locutora—Considerada así por su calidad de enseñanza... como ya saben todos los que salen de aquí se vuelven famosos así que no vamos a aceptar a estudiante mediocres

Mis manos temblaban a medida que la voz de la mujer hablaba ¿quién será? ¿Acaso me echaran por ser ciega? Claro si soy una mediocre.

—Mi nombre es Afife Conex. Su coordinadora, me encargaré de que cumplan las reglas al pie de la letra porque con el más mínimo error. Se van—continuó hablando y mi corazón latía fuertemente, me siento en una fortaleza rodeada de maleantes

—Esa es una dictadora—me susurró Hannah, lo cual hizo que me riera—Su nombre parece sacado de una peli de terror—tape mi boca cuando una carcajada salió

—Ustedes, no pueden hablar cuando yo hablo—no puede ser, se dio cuenta? ¿Acaso nos habla a nosotras?—Ya empezamos mal jovencitas... ya empezamos mal

Trague fuerte. Dios lo que me espera en este lugar me late que no será del todo hermoso.

La melodía de tus ojos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora