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"Lo imposible obsesiona"

"Lo imposible obsesiona"

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Narra Cristóbal

El día en la universidad no pudo haber estado más pesado, todo a mi alrededor me parecía desagradable y solo deseaba tomar un avión e irme a un lugar donde nadie me conociera. Pero no podía hacerlo y dejar a la chica que amo sola, ella no lo merece y tampoco saber mi deseo, solo se preocuparía y es lo menos que quiero para ella.

Hoy mi madre me obligó, literalmente, a que la acompañara a la ceremonia de bienvenida para los nuevos integrantes de John, me acuerdo que el año pasado me negué a asistir rotundamente y una semana después conocí a Aurora. Le había dicho en el mensaje que le deje que le hablaría en cuanto pudiera, pero aún no estoy listo para hacerlo. Solo con ella puedo liberar este estrés así que terminaré de todo este rollo primero.

Me aparque justo en frente del lugar en donde la sostuve en mis brazos la primera vez que la vi, traía su cabello rojizo mojado pegado a su cara y sus ojos grises miraban a la nada con terror. "Nunca había visto a una chica como esa" pensé, en ese instante no sabía que era ciega y cuando lo supe no sentí ninguna decepción ni mucho menos, solo me sentí triste de que alguien tan especial como ella merece ver todo lo que la rodea más sin embargo no puede.

—Cristóbal—me gritó mi madre tocando la ventana de mi auto espantándome de mis pensamientos

—Si mamá ya voy—le dije al desmontarme para seguirla, ella suele ponerse muy esterica para estas ocasiones por ende muy insoportable

—Vamos hay alguien que quiero presentarte—me dijo entrando a su oficina

¿En serio mamá? ¿Qué pretendes con esto?. Una chica de cabello muy oscuro y ojos café estaba sentada frente a nosotros con las piernas cruzadas y bronceadas al descubierto, su vestido de cuero tan pegado a su cuerpo apenas dejaba el oxigeno cruzar. Se puso de pie y me dio un abrazo, que chica más atrevida.

—Mucho gusto—dijo con voz insolente—Mi nombre es Karla, soy la nueva asistente de tu madre

—Suerte con eso—le dije y salí de la oficina dejándola en seco

Estoy seguro que mi madre tenía malas intenciones al presentarme a sus nueva asistente, cree que con eso hará que desista de la decisión de estar con Aurora pues está muy equivocada. El único lado bueno de esto es que al fin encontré una excusa coherente para irme de aquí y no estar en ninguna bienvenida. Encendí mi auto lo más rápido que pude y me fui rumbo a casa, no vaya a ser cosa que mi madre le de por salir.

Al llegar a casa me acosté en mi cama y llamé Aurora, su voz y su dulzura es lo único que puede tranquilizarme y hacerme olvidar todas mis angustias.

—¿Cristóbal?—me dijo con voz emocionada. Una tonta sonrisa apareció en mi rostro

—Aurora hermosa ¿cómo estás?

—Estoy mejor que nunca y tú?, todo bien por allá?

—Sí—mentí pero al escucharla tan feliz no quiero preocuparla por mis cosas—Qué tal las cosas por allá?

—Tengo tantas cosas que contarte—se trababa las palabras de emoción—No sé por dónde empezar

—Tengo todo el tiempo del mundo para ti

—Lo primero es que el sábado es el primer recitar del instituto frente a miles de personas y caza talentos... me encantaría que estuvieses ahí conmigo, estoy muy nerviosa

—No te preocupes todo saldrá bien, no me lo perdería por nada ¿Y que piensas tocar?

—Aún no se, estaba pensaba pensando en algo suave pero no quiero aburrir al público

—Tocas como un ángel, les encantará lo que toques

—Muchas gracias Cristóbal, lo otro que quería contarte es que tomé la decisión de operarme después del recitar, el lunes

—¿QUÉ?

—Qué sucede, no estás de acuerdo?

—Por supuesto, es la mejor noticia del mundo. No me lo esperaba me tomaste por sorpresa, pero cuéntame cómo es todo ¿Podrás ver?

—El doctor dice que necesito un donante de retinas, que casi siempre aparecen así que me internarán en la noche después del recitar, rogare que aparezca uno el domingo

—Cómo es eso que un donante de retinas?

—Mayormente lo hacen las personas que están a punto de morir y esas cosas, incluso la mayoría no sobreviven

—Dios eso es...

—Terrible lo sé

—Pero no te sientas mal por eso amor, esas son personas que ya no tienen futuro y ayudarán a otros a tenerlo

—Eso es lo que pienso yo—dijo con voz desanimada

—Estaré contigo en cada momento, en el recital y en la operación

—Lo prometes?

—Lo prometo

La melodía de tus ojos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora