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•HISTORIA GANADORA EN 1ER LUGAR EN CATEGORÍA ROMANCE EN LOS PREMIOS BÚHO DORADO 2k17 EL 3/5/17
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Narra Aurora
Luego de que vi a Cristóbal en un sueño, no volví a saber nada de mi hasta que desperté dos días después, adolorida y con la venda aún en los ojos no sabía si la operación había funcionado o no.
-Ya viene el doctor-me dijo mi madre con voz nerviosa
-Buenos días querida Aurora ¿cómo te sientes?-escuché al doctor preguntar cuando sonó la puerta
-Muy bien doctor, cuándo puedo quitarme las vendas-pregunté ansiosa, ya quería ver el mundo otra vez-Ya me están molestando y me arden los ojos
-Es normal que sientas eso después de la operación, por eso te estamos medicando aún. No te preocupes mañana vengo a quitarte las vendas-dijo con tono profesional-Hasta luego
-Gracias-dijimos mi madre y yo al mismo tiempo
Desde que desperté y escuche la voz de mi madre hace dos días pregunté cómo loca por Cristóbal, el me había prometo estar conmigo al despertar. Su madre tuvo un accidente en el instituto mientras colocaba el letrero de bienvenida a los nuevos alumnos, cayó de la silla y se fracturó un pie. Cristóbal tuvo que ir ya que ella lo empezó a llamar como loco.
Aunque me sentí un poco triste lo entiendo, mi madre me dijo que el estuvo con ella durante toda la operación y que no se movió del hospital ni un instante, quería verlo y pedirle perdón por todo lo que había pasado, no quiero que las cosas terminen así entre nosotros, lo amo y quiero estar con el sin importar que.
Deseo tanto verlo al fin y que mi operación haya funcionado, con un dolor insoportable en los ojos me quede dormida por los medicamentos hasta el día siguiente.
***
El momento de la verdad había llegado, finalmente después de tantos años había vuelto en mi la esperanza de recuperar la vista, de ver a mi madre otra vez, de saber que bellos paisajes me había perdido durante todo este tiempo, ver los pájaros volar, el océano, las montañas... ver a Cristóbal.
Cuando el doctor me cortó los extremos de las vendas, las empezó a retirar suavemente, cuando las retiró aún envía dos gasas en cada ojo. Los cerré y sentí un fuerte dolor cuando las quito. Aún no había abierto los ojos y apretaba con todas mis fuerzas la mano de mi madre.
-Bien Aurora, ahora aprieta bien los ojos, y ábrelos lentamente pestañeando-fueron las indicaciones del doctor-Te pondré una luz y le dirás si la vez ¿de acuerdo?
-Si doctor-dije nerviosa
-Todo saldrá bien hermosa-me dijo mi madre sin soltar mi mano
Hice todo lo que me había dicho el doctor, apreté fuerte los ojos y los abrí lentamente pestañeando. Cuando los abro completamente una fuerte luz me golpea en los ojos y me cuesta mantenerlos abiertos.
-Puedes ver esta luz?-pregunta el doctor
-Si-contesté llorando
-Aurora hija, no lo puedo creer-vi a mi madre llorar a mi lado
-Mamá, puedo verte-le dije emocionada
Casi no había cambiado nada en todos estos años, excepto por algunos reflejos de cana y algunas patas de gallo en su rostro, aún así seguía siendo la mujer tan hermosa que siempre fue, podía ver la habitación del hospital donde estaba, el doctor, un hombre mayor y alto quien me observaba sin decir una palabra.
Tenía tantas ganas de salir, tenía sed de ver el mundo, de ver todo lo que me había perdido todo este tiempo.
-La operación fue un éxito Aurora, me alegra mucho que hayas podido recuperar la vista-me decía el doctor a quien se le inflaba la nariz al hablar-Ya le di todas las indicaciones a tu madre, pueden irse cuando gusten
-Gracias-le dije dándole la mano. Se fue y cerró la puerta
-Mamá quiero irme ahora mismo, quiero ir a todos lados y salir por el mundo entero con Cristóbal
-Primero debes guardar reposo-dijo sonriendo, extrañaba tanto ver su hermosa sonrisa-Vamos a casa
Me pasé el camino entero a casa viendo todo a mi alrededor, volví a ver el hermoso cielo, la luz del sol, las casas, los autos, los niños jugar en el parque. Todo lo que me había privado de ver este tiempo. Al llegar a casa e instalarme otra vez mi madre y yo preparados la cena. Me sentía agotada así que le dije que me iba a recostar.
Al entrar a mi habitación vi en mi mesita de noche una carta que decía "Aurora" ¿de quién será? Y si es de Cristóbal ?.
Me senté emocionada y abrí la carta a toda prisa. Una hermosa letra cursiva escrita con tinta gris se encontraba frente a mis ojos, empecé a leer y supe que era la letra de Cristóbal.
Mi hermosa Aurora si estás leyendo esta carta es porque ya recuperaste la vista, no te imaginas la felicidad que me da saber eso, decidí escribir en tinta gris, porque así recuerdo tus hermosos ojos mientras escribo, aquellos ojos que a pesar de no poder ver el mundo, me miraba como si yo lo fuera. Haberte atrapado aquella tarde fue lo mejor que me pudo haber pasado, este tiempo que duramos juntos han sido los mejores de mi vida, eres una chica increíble y te merecías esto. Ame ser tus ojos todo este tiempo, y ahora a llegado el turno de que tú seas los míos. Si Aurora, yo fui la persona que donó sus ojos para que tú recuperaras la vista, te amo tanto que no me importó con tal de que tú volvieras a ver, sé que te enojaras conmigo al saber esto pero por favor, no quiero que te sientas culpable por esto sino más bien quiero que seas feliz y que disfrutes esta nueva etapa de tu vida, me trasladaron al instituto que visitamos en Venecia ¿te acuerdas? Estaré aquí por si algún día deseas visitarme, no creas que te estoy abandonando, solo necesito tiempo para adaptarme a esta nueva vida. Te amo tanto mi hermosa Aurora te me mereces la mayor felicidad del mundo.