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•HISTORIA GANADORA EN 1ER LUGAR EN CATEGORÍA ROMANCE EN LOS PREMIOS BÚHO DORADO 2k17 EL 3/5/17
•HISTORIA GANADORA EN 1ER LUGAR EN CATEGORÍA ROMANCE EN L...
"Eres y seguirás siendo la mejor historia de mi vida"
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Narra Cristóbal
Aurora es hermosa, su piel es tan suave, sus perfectas curvas, todo de ella es maravilloso. Habíamos Unidos nuestros cuerpos pero sobre todo nuestros corazones, aún no podía creer lo que acababa de pasar, todo fue inesperado, suave y maravilloso. Fue la primera vez de ambos si aunque de vergüenza era virgen y es porque nunca me sentí lo suficientemente enamorado para estar con alguien. Pero esta chica llegó a ser la excepción de todo lo que dije que nunca haría.
Estaba acostada apoyando su cabeza de mi pecho, desnuda a mi lado con la sabana cubriendo su cuerpo. Nos quedamos en silencio y yo aproveché para contemplarla un rato, está mirando a la nada con una ligera sonrisa, está tan hermosa así que no me atreví a preguntarle en que pensaba.
El mágico momento fue interrumpido cuando escuché un auto estacionarse, mire por la ventana que está a tan solo unos cuantos centímetros de la cama y es la mamá que Aurora quien está sacando unas compras del auto.
—Aurora es tu mamá—le dije agitado, creo que no sería correcto que su madre nos encuentre en esta situación
—No puede vernos, vístete pronto—me dijo rápidamente, podía ver el miedo en sus ojos—Dónde está mi ropa—me susurró llevando sus manos a la cabeza
—Cálmate aquí está, pronto ya está subiendo—le dije en trabalenguas mientras le pasaba rápidamente su ropa
Es un momento peligroso y cómico, como en las películas en donde la niña buena es casi descubierta en sus rebeldías. Aurora de veía muy graciosa poniéndose rápidamente la falda y la blusa, nos vestimos casi al mismo tiempo y yo salí de la habitación corriendo para estar en la sala cuando su madre abriese la puerta. Me senté de golpe y tranquilice mi respiración al mismo tiempo que la madre de Aurora entra a la casa con muchas bolsas de compra.
Sin pensarlo me paro para ayudarla, las llevamos a la cocina y la coloqué encima de la pequeña mesa para comer con tres sillas, seguramente era el lugar de su padre y aún la conservan. Ayudé a desempacar las cosas mientras ella las organizaba, respiro de alivio al ver que Aurora llega a la cocina con total naturalidad, como si nada hubiese pasado. Pero su mirada era distinta, aquel toqué de miedo que reflejaba había desaparecido por una seguridad inminente.
—Hola mamá—dijo Aurora sentándose en una de las sillas
—Hola cielo... Wao luces distinta—puse los ojos en blanco ¿cómo es que luce distinta? Las mujeres son extrañas
—Es que estoy feliz de al fin tener un amigo cerca mamá. Gracias por haber traído a Cristóbal—dijo mientras con sus manos buscaba en el frutero de la mesa una manzana y le dio una sensual mordida
—Me alegra mucho hija, lo único que quiero es verte feliz, y me alegra que al fin hayas encontrado un amigo—dijo la madre de Aurora
Sus palabras eran tan inocentes que me causó un poco de pena, ella cree que Aurora y yo somos mejores amigos, está tan feliz que su hija tenga un amigo que no sé si contarle que somos novios o no. Me sentiría mal porque de una manera u otra estaría traicionando su confianza. Nos sentamos en la mesa a comer unas hamburguesas que había traído la madre de Aurora, ella se sentó frente a nosotros y yo al lado de Aurora. Ella tocó mi pierna en señal de "llego la hora", acaricie su mano en respuesta.
—Mamá—dijo Aurora entre dientes
—Si?—respondió su madre con la boca llena tapándosela con las manos y una servilleta.
Mi corazón latió fuerte, me sentía como un niño.
—Mamá yo...
—Hace mucho calor—dije interrumpiendo a Aurora, luego de unos segundos de meditación llegue a la conclusión de que aún no el era momento de contarle—Qué tal unas sodas?
—Si—respondió la madre de Aurora—Pero no te preocupes yo voy por ellas—dijo mientras se dirigía al refrigerador
—Por qué me detuviste?—me susurró Aurora
—Creo que no es el momento de contarle—le musité dándole un rápido beso en la mejilla
—Estas loco, y entonces cuando ah? Yo...
—De que chismean?—interrumpió la madre de Aurora. Puse los ojos en blanco y Aurora se rió
—De nada mami—le respondió a su madre—Por cierto iré a casa de Hannah, una amiga del instituto
—Ay hija, tengo muchas cosas que hacer no puedo llevarte... Cristóbal podrías hacerme el favor?
—Claro que si señora no se preocupe—le dije al instante
—Muchas gracias.Y por cierto tu madre llamó y me dijo que por qué no le has marcado estaba muy preocupada por ti— me dijo la madre de aurora y yo maldije por dentro había olvidado llamar a mi madre desde que llegué, ya me imagino lo esterica que está si de por sí no quería que viniese—Así que no se te olvide llamarla cuando puedas
—Si, lo había olvidado pero ahora mismo le marco... Aurora me avisas cuando estés lista para llevarte. Ya vengo—le dije a Aurora y con permiso de su madre me levanté de la mesa y me dirigí al balcón para llamar a mi madre
Ya me imagino el drama que hará porque no le he marcado aún.
*** —Entonces es en el edifico B Hannah?... Está bien ya casi llego—dijo Aurora y colgó—Es en el edifico B Cristóbal
—Listo ya casi estamos allá
Íbamos de camino a la casa de la amiga de Aurora, los cristales del auto estaban debajo y la fresca brisa hacia alborotar el cabello ondulado y rojizo de Aurora. A pesar de la fresca brisa hacia un sol muy apropiado para ir a una piscina o la playa, tanto que me dieron ganas de ir.
—Vamos a la playa—le solté de golpe
—Jaja estas loco, Hannah me está esperando y además no sé dónde queda la playa en este lugar
—Eso es lo de menos, puedes llamarla y decirle que no podrás ir, ella entenderá ¿no? Me has dicho que es muy "cool"—dije haciendo énfasis en la palabra "cool"
—Si pero además no traigo traje de baño—dijo sonriendo como a punto de convencerse de ir
—¿Alguna otra excusa?—le pregunté caramente
—Espera—dijo sosteniendo su celular—Hannah lo siento mucho no podré ir, debo ayudar a mi mamá con las compras...Si prometo que te lo recompensaré... está bien adiós
—Vez no fue tan complicado—dije cambiando de dirección y buscando la playa más cercana en el GPS
—Ves lo que me haces hacer—dijo sonriendo con cara de rebeldía
Y ahí fue donde empezó nuestra pesadilla... si me hubiese lo que iba a pasar ese día jamás la hubiera convencido.