Sweet Coincidence

Capítulo veintisiete.

Holaaaaaa! Les traigo aquí el capítulo :) espero que les guste, siento mucho haberme tardado, tenía exámenes y debía pasarlos. Pero aquí está, tal vez no esté tan largo pero hay que guardar las mejores cosas para el final juju

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Capítulo veintisiete.

Me puse nerviosa. Pero debo hacerlo bien si no, puede que repruebe el curso y no quiero eso.

Marcel dirigió su mirada a donde yo la tenía y saludo a Harry con la mano, él solo hizo una sonrisa. Zayn me miraba a mi con la boca abierta y los demás chicos sonreían, disfrutando, al parecer.

Sentía que a mi garganta le faltaba agua y a mis piernas equilibrio. Así que paré de cantar y mire al profesor, quien asintió y me indicó que fuera a mi lugar.

Marcel me abrazó y me miró sonriendo.

- ¡Cantas muy bien! ¿Dónde aprendiste eso?

- Me gusta cantar, a veces canto junto con mi abuela...

- ¡____! -Escuché la voz de Niall, que se acercaba a mi, se puso frente a mi y se hincó.- Cantas hermoso

- Gracias -Traté de sonreír y me levanté

- ¿Estás bien? -Marcel me preguntó levantando la vista y acomodando sus lentes

- Si... Debo ir al baño, es todo -Fui hacia la puerta y Lou tomó mi brazo

- Eso fue increíble, ____ -Alzó su pulgar de la mano libre

- Gracias -Sonreí y corrí al baño. Tenía ganas de vomitar, debieron ser los nervios, todos escuchando, Zayn...

- ¡____! -Escuché a lo lejos pero no distinguí quien era, me metí rápido a un baño y dejé que los nervios salieran.

Enjuagué mi boca y me miré al espejo. Estaba pálida, tal vez me enfermaría. Respire hondo y salí, me encontré con Zayn, quien estaba sentado en el suelo con sus brazos sobre las rodillas. Con sus ojos cerrados y su cabeza recargada en la pared. Lucía tan hermoso, su perfil era perfecto y sus pestañas hacían resaltar sus pómulos. Su barba, que no era tan abundante, quise acercar mi mano y acariciarla pero me contuve y no hice nada. Ashley es muy afortunada de tenerlo, él es un buen chico y...

- ¿Te encuentras bien? -Zayn se había parado y tomó mis mejillas alzando mi cara

- Si... No es nada... -Miré sus ojos castaños, casi podía ver mi reflejo en ellos, brillaban

- Me preocupaste... Podemos llevarte a la enfermería

- No, no quiero ir, estoy bien, sólo necesito aire fresco

- Vamos afuera, entonces -Tomó mi mano y caminamos al patio. Se sentó en una banca cerca y yo me puse a su lado

- Zayn, deberíamos volver a clase -Lo miré

- No, nada de eso, me quedaré contigo hasta que te sientas mejor

- No quiero que te pierdas clases por mi Zayn

- Eres más importante que esas clases... Aparte ya me voy a ir, ya no seguiré estudiando aquí

Mi corazón se empequeñeció, sentí que lo exprimían y que lo pisoteaban. Sabía que algún día tenía que irse, por la banda y por el contrato. Pero que esas palabras vinieran de el me partieron el corazón. Bajé mi mirada y separé mi mano, que estaba entrelazada con la de él, dejándola en mi regazo. Miré el suelo. ¿Qué haría si no está él? Su risa, sus ojos, cuando sonríe a los lados de sus ojos se hacen unas pequeñas arrugas y eso es hermoso en él, quiere decir que esta feliz y que disfruta el momento. Su voz, como la voy a extrañar. Mi estómago también se achicó y casi podía sentir lo pequeño que era, por que así me sentía yo, pequeña ante esas palabras.

- No va a ser hoy, pero... Yo te aviso -Asentí despacio, casi inconscientemente. ¿Qué más podía hacer? Mi mundo se derrumbaba poco a poco, pedazo por pedazo.

Hice el esfuerzo por mantenerme y no llorar. Parpadeaba las veces necesarias para impedir que las lágrimas salieran y me delataran.

Estábamos tumbados viendo el cielo, que estaba un poco despejado. Las nubes estaban blancas como la nieve y el sol calentaba algunas partes del colegio. La sombra del árbol nos protegía de los rayos, el césped sobre el que estábamos era húmedo, no mojado, sólo fresco.

Apuntábamos las nubes y les poníamos nombres conforme a la figura que visualizáramos en ella. Algunas hojas del árbol caían sobre nosotros y otras, Zayn las aventaba a mi cara y yo reía quitándomelas.

Voltee mi cabeza para verlo, él me miró también, apoyó su codo sobre el césped y su cabeza la puso sobre su mano, mirándome. Yo aún seguía acostada.

- Cuando esté en Londres, espero ver las mismas nubes que vemos en este momento. Que no cambien de forma... Ellas tienen un poco de ti y no quiero que se alejen así de mi. Si pudiera guardar las nubes lo haría para tener algo de ti cerca de mi -Se acercó más, casi poniéndose sobre mi.- Y las estrellas igual, ellas te ven y guardan tu hermoso rostro.

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