Capítulo cuatro.

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Capítulo cuatro.

- Abuela, claro que no -Dije con mis mejillas rojas

- Bueno, como digas, yo sólo digo lo que veo -Se para y prende la chimenea. Suspiro, voy al sofá y me acuesto en el.- ¿Dormiste bien?

- Si abuela -Esbocé una pequeña sonrisa

- Deberías de dejar de vivir en esos libros

- Es lo único que tengo, aparte de ti, abuelita

- Me refiero a que deberías salir más -Se sienta en el sofá de a lado

- Así estoy bien -Ella suspira y se recarga.- Bueno, ya me voy -Me levanto y tomo mis cosas

- ¿Tan pronto, hija?

- Si, abuela, tengo que ir a trabajar

- ¿No estabas de vacaciones?

- Si, pero me pagarán el tiempo extra, hay muchos clientes hoy

Me despedí de ella con un abrazo, salí de la casa y me dirigí a la estación, donde lo conocí, donde por primera vez vi aquella sonrisa, aquellos hermosos ojos cafés.

¿Qué estoy diciendo? Él no puede gustarme, apenas lo conozco... Pero su risa, esa actitud divertida que tiene cuando está conmigo, esa manera de hacerme reír con cualquier cosa.

Llegué a la estación y subí al tren que me llevaría al centro de New York. Mientras llegaba, me puse a leer un libro. Todas esas historias de amor era sólo imaginación, sé que jamás viviría una de esas que cuentan en los libros.

Llegué a la estación que me toca bajar. Me dirigí casi corriendo a mi apartamento, ya se me estaba haciendo tarde.

Me puse la blusa, la falda, también me puse medias en caso de que me diera frío y me hice una coleta en el cabello. Tomé los patines, un abrigo y salí rumbo a la pizzería.

- Hola -Dije entrando a la cocina

- Hola ____, ¿cómo has estado, querida? -Me dijo Bertha

- Bien, y ¿usted? -Le di un beso en la mejilla

- Muy bien, gracias -Siguió amasando

- ¡_____! -Dijo Sara entrando.- Tengo mucho que contarte -Me reí un poco

- ¿Enserio? -Dejé mi abrigo en una silla

- Si, ¡Brad me invitó a salir! -Yo sonreí, me alegro por ella, Brad es un gran partido para ella, es respetuoso, detallista. Mi amiga estaba feliz y yo también lo estaba. La abracé fuerte

- Que bien amiga, eso es genial -Dije sin soltarla

- ¿Recuerdas a Dean? -Dijo separándose

- ¿Su amigo?

- Si, me dijo que le perecías muy linda y que si querías salir el sábado con él

- ¿Y por qué no me lo dice él?

- Por que no tiene tu número y a la única que vio después, fue a mi -Dice riendo

- De todos modos no puedo el sábado, iré a la pista de hielo de Bronx -Me senté y me puse los patines

- ¿En Bronx? ¿Y con quien irás?

- Con... alguien -Me levanté y fui a revisar las órdenes.- No ha llegado mucha gente, ¿verdad? -La miré de reojo

- No trates de salirte del tema ______ Williams -Puso sus manos en su cintura

- No lo hago, simplemente estoy diciendo que no hay mucha gente -Caminé al horno, saqué una pizza y la puse en la mesa para que se enfriara

- _____, dime ya -Cruza sus brazos, yo suspiré

- Ayer, conocí un chico cuando me iba a subir al tren, se llama Zayn -Sonreí.- Me invitó un café, por que tropezamos cuando iba a entrar al vagón

- ¿Y qué le dijiste?

- Acepté su invitación

- Me alegro mucho, ya era hora de que conocieras a alguien, necesitas un novio

- Sara, así estoy bien, por ahora no quiero un novio, con mis libros tengo

- Tu y tus libros, deberías salir más

- Ya cállate Sara, pareces mi abuela -Reí, tomé la pizza y la llevé a la mesa correspondiente. Fui a otra mesa y me pidieron una pizza familiar, y eso que eran unas mujeres.- Una pizza familiar Hawaiana para comer aquí -Puse el papelito en la barra

- _____

- ¿Si? -Voltee con Sara

- Aquel muchacho te esta viendo, lleva varios minutos así -Sonríe y apunta con la cabeza a la dirección del chico. Yo voltee a verlo y él estaba mirando para dónde estábamos. Iba con otros dos chicos más

- Seguro te esta viendo a ti -Me sonrojé viendo a Sara

- Ah, no, linda, te esta viendo a ti, te sigue con la mirada -Me guiña un ojo. Puse los ojos en blanco.- ____, te hablan -Sonríe picara. Miré todas las mesas para saber quien estaba listo para pedir y ¿saben quién era? Si, el chico.

- Ya vendrá mi venganza Sara -Ella sólo rió

Entregué la pizza familiar y después fui a la mesa del chico.

- Hola, buenas tardes

- Hola linda -Sonríe

- ¿Están listos para ordenar?

- Claro, una pizza familiar con salchicha italiana y jamón

- ¿Refrescos? -Me sentía un poco incómoda, el chico seguía viéndome, lo sentía

- Tres coca colas -Habló él, giré mi cabeza hacia donde estaba, tenía unos ojos color azul cielo, muy lindos

- ¿Sería todo?

- Si, hermosa -Sonríe

- Bueno, enseguida les traigo la orden -Esbocé una sonrisa y me fui de ahí.

Sweet CoincidenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora