Capítulo tres.

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Capítulo tres.

Tomé un profundo respiro y caminé. Sonreí y lo saludé tímida con un movimiento de mano. Él se acercó a mi y besó mi mejilla. 

- Hola -Sonríe.- ¿Vamos al café? -Asentí y empezamos a caminar. 

De vez en cuando volteaba a verme, yo sólo lo veía de reojo y sonreía, él también lo hacia y dejaba escapar una que otra risita. Recodaba mis días aquí. Aunque no salía mucho. Vi mi librería favorita y sonreí, siempre que quería un libro, lo buscaba ahí. 

- ¿Tienes familiares aquí? -Preguntó 

- Si, mi abuela -Sonrío.- Antes vivía con ella 

- ¿Enserio? Y, ¿por qué te cambiaste? 

- No quería depender de nadie, y mucho menos ser una carga para ella -Hice una mueca 

- ¿Y tu madre vive con ella? -Suspiré y bajé mi mirada.- Oh... lo siento, ¿pasó algo? 

- Ella... ella falleció -Apreté mis labios 

- Perdón... no sabía, no quise ponerte así -Se puso frente a mi y tomó mis manos. 

- Está bien, no te preocupes -Sonreí a medias.- No estuve mucho tiempo con ella, falleció cuando era pequeña 

- Enserio, lo siento -Me abrazó. Si, me abrazó, podía sentir su perfume. Cerré mis ojos y sólo éramos él y yo, nadie más. Me sentía protegida en sus brazos. Seguramente pasaron años durante nuestro abrazo, yo lo sentí así. 

Me soltó lentamente, aún tenía sus manos en mis brazos, me miró a los ojos, se acercó a mi rostro y besó mi frente. Tomó mi mano y de nuevo sentí esa corriente eléctrica que recorrió todo mi ser. Entrelazó nuestros dedos y volvimos a caminar. 

Nadie dijo nada hasta que llegamos al café. Pedí un chocolate caliente y un poco de pastel de chocolate. 

Uno no puede estar serio a lado de Zayn, era muy divertido y cada vez que lo veía, hacia algo para que me riera. Todos nos miraban extraño, pero no importaba, me estaba divirtiendo y mucho. 

- Ya Zayn, me duele mi estómago -Riendo 

- ¡Es la verdad! Sólo míralo -Dijo refiriéndose a la mascota de una señora. 

- Pobre perrito, está temblando y tú burlándote de el -Niego con mi cabeza 

- Bueno, ya -Tomó un sorbo de café.- ¿Dónde pasarás Navidad? 

- Con mi abuela, claro. Y ¿tú? 

- Aquí, tal vez con mis compañeros. ¿Ya sabes que le regalaras? 

- Si, una tetera, le encantará -Sonrío 

- Bien, yo no tengo ningún regalo, y quedan menos de dos semanas -Ríe 

- Pues apúrate, ¿qué tal si ellos te regalan y tú a ellos no? -Suelto una risita 

- Tienes razón ____, iré a comprarlos mañana -Come un poco de pastel. 

Nos pasamos toda la mañana en el café platicando. Zayn tenia que irse, ya que sus padres saldrían y sus hermanas quedarían solas, y las iba a cuidar. 

Decidí ir a visitar a mi abuela. Toqué varias veces la puerta, me asusté un poco, por que nadie respondía, hasta que me abrió. 

- Hija, ¿qué tal? -Me dio un cálido abrazo 

- Hola abuela -Sonrío devolviéndole el abrazo 

- Pasa, pasa, debes estar enfriándote ahí afuera -Se hizo a un lado para que yo pasara 

- Gracias -Entré a la casa y dejé mis cosas en el sofá 

- ¿Tienes hambre? 

- No, abuela -Sentándome 

- Estás comiendo bien, ¿verdad? -Me mira.- Te veo más delgada que la última vez que viniste 

- Abuela, vine ayer -Río 

- No importa, hija, te ves más delgada 

- Abuela estas exagerando 

- Te voy a preparar un sándwich -Dijo parándose 

- No, abuela. De verdad no tengo hambre -Voy detrás de ella.- Acabo de comer -Me siento en la silla del comedor 

- ¿De dónde vienes? 

- Del café que está aquí cerca 

- Ah, el café Amour -Sentándose en la silla frente a mi 

- Si, ese -Sonrío 

- Que yo recuerde no conocías ese café -Me mira.- ¿Con quién fuiste? 

- Con alguien -Reí nerviosa 

- Y ese alguien es un muchacho, ¿no? 

- ¿Cómo supiste?  

- Tu mirada lo dice todo, hija, tienes un brillo en tus ojos, y no cualquier brillo, es uno especial.

Sweet CoincidenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora