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Yan An estaba perplejo. No podía creer que existiera una persona capaz de hacer tanto daño.

-¿Entiendes lo que estoy pidiendo Yan An?- claro que Yan An entendía.

-Si, Kino, lo entiendo, pero ¿como vas a desenmarañar todo esto y demostrar que tu eres inocente?- pregunto Yan An pasándose una mano por el cabello.

-No lo sé, amigo, no lo sé- la característica sonrisa de Kino no estaba, ahora su expresión estaba ensombrecida, y no había ni un asomo de sonrisa.

Yan An se volteó a ver a su amigo perdido en sus pensamientos,  Kino sintió la mirada de Yan An. Ambos se miraban a los ojos de una manera intensa.

¿Qué pasaría después? Kino no tenía un plan, ni siquiera sabía que haría al día siguiente.

-Puedes quedarte aquí o en mi cuarto, como quieras.- Yan An interrumpió los pensamientos de Kino.

-Me quedaré en el sofá, gracias Yananie- respondió Kino con verdadera gratitud. Yan An asintió y se fue de ahí.

Kino se recostó en el sofá y cerro los ojos por unos minutos, sintió como una puerta se abría seguramente la de Yan An, y estaba en lo correcto. Kino pensó en que fingir estar dormido sería lo mejor pues ya se sentía demasiado cansado para lidiar con alguien más.

-¿Kino? ¿Estás dormido?-pregunto Yan An, Kino siguió con su perfecta actuación. Yan An se acerco a Kino y acaricio su cabello, luego se inclinó hasta tal punto que Kino sintió su respiración  justo en sus labios, pero de todas maneras siguió actuando.

Yan An rozó los labios de kino en un suave beso, Kino siguió con su imperturbable actuación aunque no estaba seguro si lo conseguiría. Yan An se separó de Kino, y suspiró sabía que no estaba bien lo que acababa de hacer  y menos cuando la persona en cuestión no estaba despierta pero desde hacía un tiempo que Yan An sentía algo por Kino y estaba mas que dispuesto a averiguarlo.

Yan An arropó a Kino, luego le puso una almohada bajo su cabeza, y se dispuso a irse. Con los ojos entreabiertos Kino se aseguró de estar solo.

Kino estaba perplejo, ¿Que había sido eso? Yan An lo había besado, por un instante cuando Kino  volvió a pensar en ese beso, su corazón salto dentro de su pecho.

Pensando en esto Kino empezó a quedarse dormido.

El olor a comida hizo despertar a Kino, apenas abrió los ojos su mente traicionera le recordó los últimos sucesos, trató por unos segundos dejar eso de lado aunque le resultó casi imposible y se encaminó hacia la cocina del departamento de Yan An.

-Buenos días, Yananie- Kino pensó que si fingía que el pequeño beso que Yan An le había dado no lo había sentido, sería mejor para ambos así le daría un poco de tiempo a Kino para aclarar sus emociones.

-Buen día- respondió Yan An con un leve inclinación de cabeza, Kino se sintió aliviado de ver que la actitud de Yan An seguía siendo la misma de siempre -Siéntate-

-Claro, gracias.- un silencio incómodo se instalo entre ellos, Yan An rompió el silencio.

-¿Ya tienes un plan?- la tensión se instalo en Kino.

-No, tengo que hacer unas llamadas, y necesito conseguir un celular desechable, me  preguntaba ¿si podías ir a mi departamento a traerme lo que necesito?- pregunto Kino apenándose por causarle tantas molestias a su amigo.

-Claro Kino - respondió amable Yan An mirando los ojos de Kino.

Kino le sostuvo la mirada pero era demasiado incómodo. Así que la desvió primero enfocándose en el lato con verduras como si fuese algo extraordinario.

-Yan An, ¿Puedo pedirte otro favor?- pregunto Kino con timidez.

-Claro, ¿Que necesitas?-

-Escucha con atención, tengo atrás del armario una pared en falso, te darás cuenta de inmediato cuál es, atrás de la pared hay una caja fuerte la combinación es 2022 abréla. Encontrarás varios billetes tráelos todos.- Yan An puso total atención en cada palabra pronunciada por Kino.

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El departamento de Kino estaba bastante desordenado, pero era algo que a Yan An no le importaba demasiado, poniéndose unos guantes para que no hubiera huellas de él se puso en acción.

Yan An hizo lo que pidió Kino, abrió la caja fuerte y se encontró con muchísimo dinero, estaba sorprendido de que su amigo tuviese tanto dinero en sus manos y no lo hubiese gastado, después de todo eso significaba que Kino era más noble de lo que él creía.

Sin perder un segundo más Yan An metió todo el dinero en una maleta, llevando consigo también ropa para su amigo después de todo lo necesitaría.

Cerciorándose de que no hubiese nadie afuera o en los alrededores del departamento, salió con lentes de sol y una gorra de ahí, para luego meterse en su auto.

Al llegar a su departamento la primera imagen que vio fue la de Kino durmiendo en el incómodo sofá, se acerco un poco más para ver bien a Kino pero se percató de una cosa, Kino estaba llorando. Todo el asunto era muy difícil, y el haber perdido a su madre de manera tan cruel le había dolido a Kino, eso era algo que Yan An lo sabía más no  presionaba a Kino para hablar del tema.

Yan An se aclaró la garganta, haciendo a Kino sobresaltarse.

-Ah Yananie, estás aquí, ¿Todo bien?-  pregunto Kino secándose las lágrimas.

-Si amigo aquí están tus cos...- Yan An fue interrumpido por unos golpes desesperados en su puerta-¿Quién?- pregunto Yan An con miedo viendo a Kino que  estaba mas blanco que el papel.

-Policía, abra la puerta-

Yan An se tensó y cuando dirigió su mirada nuevamente hacia donde estaba Kino no lo encontró, ni a él ni a la maleta que Yan An le había traido.

-Un segundo por favor- Yan An tomo tres respiraciones profundas y lanzó una mirada a su alrededor buscando algún indicio de Kino. Fue interrumpido otra vez por la puerta, Yan An armándose de valor se dirigió a la puerta con una tranquilidad muy bien fingida.

-¿En que les puedo ayudar?- preguntó con una sonrisa tranquila, observando a los dos hombres que estaban en su puerta.

-Venimos a hacerle unas preguntas respecto a su amigo- Yan An fingió estar confundido- Hyung Gu- Yan An asintió y los dejo pasar.

-¿Que necesitan saber sobre él?- pregunto Yan An sin ser rudo, pues lo que menos quería era levantar sospechas.

-¿Cuándo fue la última vez que lo vio?- pregunto un oficial de aspecto severo mirando directamente los ojos de Yan An.

-Pues no tiene mucho que regresé de China, por lo menos en la semana que he estado aquí no nos hemos visto-  respondió sin titubear  Yan An sosteniéndole la mirada al policía.

-¿Se ha comunicado con usted hoy o ayer?-

-¿Que ha pasado?- preguntó Yan An como si no lo supiera-  ¿Él está bien?- preguntó  Yan An con preocupación.

-No podemos decirle nada, lo lamento- el pelinegro solo asintió como si comprendiera, sintiéndose muy orgulloso de su actuación.

-No oficial, no he sabido nada de él- respondió nuevamente.

-Bien, eso es  todo, por favor si sabe algo no dude en llamarnos, es de vital importancia encontrarlo- finalmente habló el otro policía dejando una tarjeta con sus números telefónicos.

-Claro, cualquier cosa que sepa se los comunicaré- Yan An les dio una sonrisa como despedida y después cerro la puerta.

-¿Kino? - preguntó Yan An esperando oír respuesta.

InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora