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Cuando Kino despertó ya se encontraba en una pequeña cama, siendo aprisionado por el cuerpo de Yuto.

Kino se sintió muy cómodo tanto así que ni siquiera trato de moverse, observó con detalle el cuarto en el que se encontraban. Aunque sencillo y pequeño era lindo, estaba pintado de blanco solo tenía una cama y cerca de esta se podía apreciar una puerta que Kino suponía era el baño.

Inmerso en sus pensamientos Kino no notó cuando Yuto despertó hasta que dejo de sentir la presión en su cintura y la respiración de Yuto en su nuca. Cuando el castaño buscó al pelinegro este ya no se encontraba a la vista, así que Kino parándose para ir al baño tomo su maleta del piso y se metió al baño, casi al instante se arrepintió de no tocar.

Yuto se encontraba en frente del espejo con solo una toalla cubriendo su cintura dejando ver su bien marcado abdomen, gotas caían por la espalda del japonés dejando a Kino impactado por el derroche de sensualidad que emanaba el chico tan solo unos años mayor que él.

Después de unos segundo sin reacción alguna por parte de los dos Yuto se sonrojo

- ¿Podrías salirte?- pregunto Yuto con cierta irritación, pues él odiaba que lo interrumpieran mientras estaba pensando pero odiaba más que el que lo interrumpiera fuera el causante de que su mente se encontrara en dicho estado.

Kino avergonzado hizo una reverencia pidiendo disculpas casi inaudibles y salió del baño cerrando sin delicadeza la puerta.

Sentado en la cama espero con paciencia a que Yuto saliera del baño, en cuanto Yuto salió Kino se metió muy sigilosamente para evitar llamar la atención de su mayor pero fue en vano, desde que Yuto había salido tenía puesta toda su atención en estudiar a Kino por lo tanto el castaño no pasó desapercibido.

Kino observó su reflejo, tenía ojeras bajos sus ojos y se veía un poco más delgado y pálido que de costumbre producto del estrés al cual estaba sometido. Terminando de desvestirse se metió a la regadera.

El agua cayó por sus hombros relajándolos casi al instante, lavando tanto su cuerpo y su cabello de la suciedad que traían, Kino se sintió en definitiva más relajado y dando una última enjuagada a su cuerpo para eliminar el exceso de jabón salió de la regadera.

Cinco minutos después ya estaba limpio y cambiado. Salió del baño aun con vergüenza de lo ocurrido con el japonés, pero el chico ya no estaba en la habitación.

Kino un tanto extrañado por esto salió para ver si lo encontraba pero al ser una habitación sencilla no tenía mucho donde buscar, las cosas de Yuto seguían ahí pero no había ni rastro de él.

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- Jefe, ya sabemos en donde se encuentran los chicos, ¿Los llevamos? -

- Si, no pierdan más el tiempo y traiganlos sin demora-


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Yuto luchó por salir del agarre de aquel hombre antes de que el cloroformo hiciera algún efecto en él, para su mala suerte el hombre era mucho más alto y fuerte que él.

Kino por su parte había salido a buscar a Yuto al estacionamiento del pequeño hostal sin embargo al no encontrarlo decidió entrar nuevamente a su habitación pero antes de poder entrar, un hombre lo agarro con sus brazos la reacción de Kino fue rápida pero no lo suficiente para evitar que el hombre pinchará su brazo con una aguja inyectando un calmante el cuál actuó rápidamente, dejando a Kino dormido.

Poco más de dos horas Yuto despertó en la parte trasera de un auto, con las manos amarradas y con Kino sobre su regazo quién al parecer seguía dormido.

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