19 (final)

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In Soo pasó más de tres horas hablando con Kino, le contaba cosas sobre cómo había sido su vida o cómo había conocido a  So Hyun. A Kino le surgían más preguntas, estaba totalmente emocionado por su reciente descubrimiento. ¡Que alegría! ahora tenía un padre que no era tan maldito, y que aparte se preocupaba por él desde antes de saber la verdad, ¿Así era una familia?

La hora de comer se hizo presente junto con un aroma exquisito, ¿Acaso era sopa lo que olía tan bien? Kino olfateó discretamente, no, era más bien como ¿estofado con carne?. Su estómago gruño fuertemente haciendo incomodar a Kino.

-Veo que tienes hambre, ¿Por qué no vamos a ver que han preparado?- Kino asintió entusiasmadamente.

  Cuando entraron en la cocina inmediatamente ambos se tensaron. Jin Hee se encontraba ahí, los chicos también; solo que estos estaban amarrados a las sillas con unas mordazas bien apretadas.

Cuando Yuto consiguió ver  a Kino trato de decirle con su mirada que se alejaran, al final del día Jin Hee quería muerto a Kino no a ellos, pero Kino en ningún momento lo vio.

Jin Hee se giró.

-Veo que ya estás aquí, querido hijo.- Jin Hee tenía una sonrisa que solo podía significar una cosa; problemas.

-No soy tu hijo- respondió Kino con veneno en cada una de sus palabras- No soy, ni seré tu hijo-

- Ah, con que ya lo sabes-

-¿Qué haces aquí? sabes que estás arriesgándote, la policía te está buscando- In Soo mantenía la cabeza fría.

-¿A mí?- Jin Hee dirigió su mirada a In Soo por primera vez- Yo digo que más bien lo buscan a él, ¿No crees?-

-Jin Hee, al parecer no eres nada inteligente, ¿Quién coño deja tan a la deriva ese tipo de información?  verás, me llego un audio en la que claramente se puede escuchar quién fue el que ordenó matar a So Hyun, diste la orden muy clara mi querido Jin Hee, inclusive dejaste pruebas pruebas- Jin Hee palideció.

-No, eso es mentira- pero Jin Hee sabía que era cierto- ¿Co-como lo obtuviste? -

-Recuerda que siempre fui más astuto que tú- el silencio cayó pesado sobre la estancia.

-Bueno, eso creo que es lo que menos importa ahora ¿No In Soo?- Jin Hee sacó una pistola y apuntó a Kino con ella- ¡Ah! pero antes.... ¿Por qué no nos divertimos un poco?- ahora la pistola no apuntaba a Kino, sino a Yuto, quien al sentir el frío cañón de la pistola se tensó y palideció tanto que sus rojos labios ahora eran blancos como la nieve.

-Mi querido Yuto, ¿Cuánto tiempo que no nos veíamos? Mírate ¡Como has  crecido! ¿Cómo está la pequeña Mizuki? ¡Oh! es cierto está muerta- Las mejillas de Yuto se tiñeron de rojo, de la ira que recorría su sistema, Jin Hee retiró la mordaza de su boca. Kino miró la cara de Yuto, ¿En serio Jin Hee era tan maldito como para gritar libremente que había matado a una niña?

-Idiota- Yuto apenas y logró susurrar ese pequeño insulto. Aún le dolía y lo recordaba como si hubiera sido ayer.

Yuto era cuatro años más grande que Mizuki, eso no les impedía ser unidos, y a pesar de los apenas diez años de la pequeña cargaba con una madurez impresionante al igual que Yuto.

Apenas era una niña, una pequeña inocente que apenas empezaba a vivir cuando un encuentro desafortunado le arrebató la vida. Yuto aún tenía pesadillas sobre ello. Recordaba  a la perfección la manera en que había encontrado muerta a su hermana, con su muñeca teñida de rojo escarlata aprisionada en su frágil y frío cuerpo, sus mejillas que casi siempre solían tener un pálido rosa del cual no quedaba ni rastro, sus ojos rasgados y grandes como si de un anime se tratase se encontraban abiertos sin su característica expresividad. Demonios, como se odio por no haber muerto en lugar de su hermana, como odio no haberla podido proteger, pero más que nada odio al maldito bastardo que le había arrebatado a su pequeña.

Yuto fue sacado de sus recuerdos por un dolor punzante en su mejilla y el sabor metálico de la sangre en su boca. Volteo su vista para ver a Jin Hee enojado y desesperado por razones que Yuto desconocía.

-No le pegues- Kino trató de mantener la calma.

-¿O qué?- Jin Hee hizo un amago con su mano izquierda. Kino casi enloquece de cólera.

- Vamos, se supone que a quién quieres es a mí, no a ellos; Déjalos ir, no lo repetire- Jin Hee miró impactado a los ojos de Kino.

- ¿Me amenazas?- contestó retador Jin Hee.

-No, no es amenaza, es advertencia. Creeme cuando digo que puedo meter tu culo viejo a la cárcel para siempre- Jin Hee rió con sorna ¿Cómo podía ser eso posible?- Veo que no me crees, solo escucha- Kino sacó una grabadora de bolsillo de su pantalón y puso sin dudar el play a la grabación.

A Jin Hee se le borró la sonrisa, palideció y su boca se secó dejando un amargo sabor. Claramente era su voz dando órdenes de cuándo, cómo y dónde debían a matar a So Hyun, sin exceptuar a quien debían de echarle la culpa.

-Dudo mucho que puedas llevar la grabación estando muerto- Jin Hee nuevamente apuntó con la pistola a Kino.

-¿Fuiste tu?-

-Creo que debería responderte, te lo concederé como un deseo, si, si fui yo, yo ordene que la mataran para así poderte culpar, pero nada de esto va a importar-

-Yo creo que sí importa, y más de lo que crees- Kino sacó del bolsillo de su sudadera un teléfono, y cortó la llamada.

Jin Hee por tercera o cuarta vez en menos de una hora palideció.

-Podrás matar a todos, pero ¿Que crees? te pudrirás en la maldita cárcel, nos vemos en el infierno Jin Hee- Kino sonrió cuando vio que logró fastidiarlo.

-No estarás ahí para verlo- y sin más disparó.

La bala impactó en el pecho de Kino, una ola de dolor lo tomó de inmediato, sus ojos se volvieron cristalinos y sus oídos zumbaron. Lo último que vio fue a In Soo sacando una pistola, y sus oídos lo único que captaron fue el sonido de un grito lejano, pronto todo desapareció en profunda oscuridad.

*********

Yuto al ver a Kino caer al suelo, mientras su sangre rápidamente cubría las inmaculadas baldosas del suelo, entró en desesperación. Un nuevo ruido inundó sus oídos, un nuevo disparo había retumbado en la habitación, su cabeza giró para ver quién era el herido ahora; poco se sorprendió cuando se dió cuenta que el que ahora estaba tirado era Jin Hee, rápidamente se acercó a Hui quién aún con la mordaza en la boca, y a pesar de tener las manos amarrado logró soltar las muñecas de Yuto quien a su vez soltó sus pies de la incómoda silla y saltó al lado de Kino para tratar de para la hemorragia.

Todo alrededor era desastre y caos en su totalidad. Pasaron escasos tres minutos que a Yuto le parecieron horas cuando al fin escuchó la llegada de una ambulancia ¿O era una patrulla? No tenía tiempo para ponerse a definir aquel irritante sonido; Yuto entró en desesperación cuando el cuerpo de Kino empezó a perder aún más sangre colocándose aún más frío.

De repente todo sucedió rápido, pronto unos paramédicos llegaron al lado de Kino, Yuto seguía inmerso, pero pronto se retiró del lado de Kino para dejar a los profesionales encargarse de él.

Escuchó nuevamente como la ambulancia o lo que fuera se ponía en marcha; Yuto observó la sangre en el piso luego observó sus manos manchadas de rojo escarlata y apenas dándose cuenta  de los sucesos se apresuró a ir a la camioneta en la que ya estaban todos, apenas y sintió las lágrimas que bajaban por sus mejillas como si de un tobogán se tratase, sentía una fuerte presión en el pecho y lo último que vio fue a Hui tratando de devolverle la conciencia.





Gracias por todo el apoyo al fanfic, pásense por mi otro fic de pentagon (WhatsApp Pentagon) y denle mucho amor.
P.D. Falta el epílogo 😉

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