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Kino abrió los ojos cerrándolos casi de inmediato ante la cegadora luz de la habitación, inhalando un poco pudo deducir que estaba en un hospital; Era un aroma inconfundible.

Nuevamente abrió los ojos acostumbrándose a la luz, escaneó la habitación encontrándose a Yuto en el cuarto con vista fija en él; ambos hicieron contacto visual y parecía que ninguno de los dos estaba dispuesto a bajar la mirada (o eso creían) hasta que la puerta del cuarto se abrió dejando ver a un hombre de unos cincuenta años con el cabello platinado y una bata de médico.

- ¿Kang Hyung Gu? - hablo el hombre con una voz gruesa y poniendo sus ojos sobre el castaño recostado en la cama.

- Soy yo - Kino habló con la voz ronca.

- Soy el doctor Choi, vamos a pasar al punto usted tenía grande concentraciones de atropina en su sistema, por lo que solo le hemos dado suero y oxígeno, será dado de alta en unas dos o tres horas; sus tutores lo esperan afuera. ¿Alguna duda?-

- Si, ¿Qué es atropina?- preguntó por primera vez Yuto.

- Es un calmante que en grandes dosis puede ser letal, el joven tuvo una reacción alérgica debido a la gran concentración, ¿Alguna otra cosa?-

-No doctor, gracias- El doctor asintió y a paso veloz se retiró de la habitación dejando a los dos chicos solos.


-¿Cómo te sientes?- Kino se sobresaltó por el tono duro de Yuto.

-Bien, de hecho tengo hambre- Kino agarró su estómago seguido de un rugido como protesta de no haber ingerido nada en el día.

Yuto lo miró una vez más y sin decir nada salió de la habitación, a unos cuantos pasos divisó a los hombres que los habían secuestrado.

-¿Quién mierda son ustedes y quién los mandó por nosotros?- espetó Yuto con la furia rasgando sus venas.

- Se-señor, nosotros no queríamos causarles ningún daño, pero por favor espere un momento más nuestro CEO vendrá para aclarar las cosas con usted y el señor Kang-

-Me importa un carajo si viene el presidente a aclarar las cosas Kino y yo nos largaremos en cuanto le den el alta-

-Me temo que no se lo puedo permitir Adachi- una nueva voz irrumpió en su plática; los hombres que anteriormente estaban hablando con Yuto hicieron una profunda reverencia.

Yuto se giró sobre sus talones; en su campo de visión apareció un hombre de unos treinta años (o al menos de esos parecía) de rostro amigable pero Yuto sabía muy bien que no debía dejarse llevar por las apariencias.

-Creo que usted y su amigo necesitan de mi ayuda- una voz profunda fue la que tomó la palabra

-¿Quién es usted y que quiere de nosotros?- Yuto lo miró con desconfianza; la situación no estaba como para ponerse a confiar en personas extrañas que en su vida había visto.

- Kim In Soo, un placer al fin conocerlo señor Adachi- el desconocido que ahora tenía nombre miró a los ojos de Yuto.

Yuto se congeló, por supuesto que conocía ese nombre.

Kim In Soo, era el rival de Jin Hee, lo supo cuando al irse de japón investigó a todos los que probablemente querían muerto a Jin Hee.

In Soo había sido un narcotraficante muy conocido e incluso había estado en la cima antes de que Jin Hee se apoderara del comercio; había decidido retirarse cuando su esposa e hija fueron asesinadas por el mismo hombre que lo había desplazado ganando así el odio de In Soo, por supuesto que este último no se quedó de brazos cruzados y jurando venganza desapareció de Corea, nada se supo de él hasta estos momentos en el había regresado a vengar la muerte de su amada esposa e hija quienes adoraba más que a su vida.

-¿Qué es lo que quiere de nosotros?- Yuto seguía tenso.

-Podremos discutirlo mejor cuando el señor Kang se recupere ¿No le parece? Ah cierto en mi casa están sus cosas y algunas otras que yo me permití comprarles, espero que no les moleste- el hombre hablaba con audacia y sus ojos brillaban de ingenio no por nada había estado en la cima del mercado por algunos años.

Yuto iba a abrir la boca cuando el parlante del hospital se encendió

"Habitación 432 código amarillo*"

432. 432.432. Esa era la habitación de Kino. Yuto reaccionó de inmediato esa era la habitación de Kino salió corriendo junto con algunas enfermeras.

Al llegar ahí Yuto no supo si reír o matar a Kino.

-Se cayó- Kino tenía en la mano el cable que se suponía iba en su pecho para medir su oxigenación y su pulso.

Yuto sintió como su alma volvió a su cuerpo, una enfermera se acercó a Kino para conectar el cable nuevamente.

Los médicos y enfermeras se fueron hasta dejar a Kino y Yuto solos.

-¿Te sientes mejor?- Yuto rompió el incómodo silencio.

- Si, gracias- la puerta se abrió dejando ver a el doctor Choi un poco más calmado de cómo estaba la primera vez que revisó a Kino.

-Perdón por la interrupción pero vengo a dejarles los resultados del examen de sangre, usted está perfecto, ya no tiene de qué preocuparse la atropina salió de su sistema, solo tendrá que descansar por uno o dos días, si siente algún dolor no dude en venir nuevamente eso es todo, su tutor ya firmó en un momento la enfermera vendrá a retirar los cables y se podrá ir-

-Gracias doctor- hablaron Yuto y Kino a la vez, el doctor asintió y se marchó silenciosamente.

Segundos después llegó una enfermera de aspecto amable a retirar los cables del pecho a Kino haciéndole preguntas y dándole algunos consejos para que se recuperará más rápido.

La enfermera salió dejando así a Yuto y a Kino en la habitación.

-Ten, aquí hay ropa que te trajeron cambiate, tenemos que irnos rápido- y sin más Yuto salió de la habitación dejando a Kino con su cabeza hecha un lío por las constantes preguntas sin respuesta.

InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora