❝ Cuando Lia se encuentra con varios secretos busca la forma de hallar las respuestas. Pero no todo es fácil. En el camino de lo prohibido ocurrirán demasiadas cosas, unas buenas y otras malas.
Y sí, la mayoría de las veces todos cometemos actos er...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
| La chica que se ha ido Lia
Estar metida un día y medio en la comisaría debía considerarse como la segunda peor cosa que me ha sucedido hasta ahora. Y es que aún estando en una banda de supuestos criminales, jamás había llegado a pisar la cárcel. Esto apestaba, realmente lo hacía. A las celdas les falta mantenimiento y también que el sheriff separe a las damas de los hombres, porque podrán ser cercanos pero algunos siguen siendo unos malditos cerdos conmigo.
—¿Vas a seguir ignorando mis preguntas? —Le cuestioné a Joaquín, el que solo encogió los hombros y volteó a ver a otro lado.
Desde que llegamos he tratado de obtener respuestas sobre la causa por la que fuimos encerrados la mayoría de los sureños y sin embargo nadie me las daba, solo sé lo básico gracias al sheriff Keller: estábamos entrometidos en el encubrimiento de un asesinato.
Además de esa mierda existía otra pregunta: ¿dónde estaba FP?
—Ya pueden salir, alguien se sacrificó por ustedes —Informó el sheriff.
Cerré los ojos con cierto deje de enojo pensando en la persona que se sacrificó. No hay que ser tonto para saber que se trataba de nuestro líder.
Así salimos uno por uno. Fui la última en salir junto a Joaquín, quien se mantenía callado y distante conmigo. Una vez en la entrada alcancé a ver a FP hablando con Jughead. De hecho podría decirse que discutían.
Apresuré el paso hecha una furia y empujé al mayor tomando por sorpresa a ambos Jones.
—¿Eres idiota o qué, Forsythe? —El recién nombrado me miró sorprendido y a la vez confundido.
—¿Qué te sucede? —Intentó tomarme de las manos sin conseguirlo pues lo esquivé y me hice para atrás— Lía, demonios, no hagas esto ahora
—Incriminados en un asesinato —Dije entre dientes— jamás había pisado este asqueroso lugar y tú, señor, conseguiste que media pandilla viniera a parar a este lugar solo porque no fuiste capaz de decir que no teníamos conexión con lo sucedido a las afueras del pueblo
—Eso fue lo que hice —Se defendió. A leguas se notaba que trataba de controlarse.
—Traje a uno de esos imbéciles para que confesara la verdad —Explicó Jughead. Lo observé unos cuantos segundos tratando de analizar las cosas— ellos intentaron derribarnos mintiendo
—Oigan, les dejé ir no para que armaron escándalos aquí —Los tres observamos al sheriff.
—Lo sentimos, señor Keller, ya nos íbamos —Pidió disculpas Jughead y nos arrastró afuera del lugar.
