❝ Cuando Lia se encuentra con varios secretos busca la forma de hallar las respuestas. Pero no todo es fácil. En el camino de lo prohibido ocurrirán demasiadas cosas, unas buenas y otras malas.
Y sí, la mayoría de las veces todos cometemos actos er...
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* Les recomiendo que reproduzcan el audio en la parte de la historia donde dice "Eso fue el detonante".
|Encima del borde (Final) Lia
Érase una vez una joven abandonada en un castillo en ruinas. No era una princesa, era una bruja y eso no estaba mal para ella.
Siempre quiso saber quién era en realidad, el por qué la habían dejado sola o quizá hasta hallar la respuesta a su miserable vida.
Entre resolver los misterios y estabilizar su vida, se encontró a sí misma en un infierno, uno por el cual está pagando muy caro.
—¿Estás loca? ¡Claro que es un malísimo plan!
Chic se movía de un lado para el otro, lo menos que hacía era seguirlo con la mirada. A este punto entendía su preocupación, más todos sabemos que esto es algo que solamente yo puedo resolver.
—¿Por qué necesariamente tú? —Recargó la espalda en la pared y suspiró pesadamente.
Tuve que suspirar por quinta vez, pues este era el quinto intento para que aceptara mi plan.
—Esto va a salir bien, tengo todo listo —Con ambas manos sostuve su rostro, le dediqué una pequeña sonrisa y me permití el entrelazar miradas con él- ¿confías en mí?
—Lo hago, es solo que no quiero perderte una vez más, no lo soportaría —Puso sus manos sobre las mías, después de eso besó mi frente y me rodeó con sus brazos en un fuerte abrazo— cuídate
—Lo haré —Correspondí al abrazo de la misma forma.
Pasadas unas horas me encontraba frente al lugar al que tanto anhelaba volver. Acomodé mi cabello para que quedara de lado, ahora que estaba más largo era una cosa sumamente molesta que se me atravesara por la cara y la mejor forma de impedir ello era ponerlo de lado.
Me armé de valor y en cuestión de segundos ya estaba dentro del bar de serpientes sureñas. Ahí estaba mi segunda familia y al parecer algunos nuevos como Betty Cooper, aunque no tenía chaqueta.
—Vaya, vaya. Veo que hay una víbora de intrusa por aquí —Dije sin dejar de ver a la rubia y deteniendo el paso, colocando ambas manos en la cadera— esta no es la forma en la que pensé que estarían las cosas
—Lía —Murmuró ella con -supongo- sorpresa.
Los demás comenzaron a gritar de la emoción y la mayoría se acercó a abrazarme o a saludar. Al final de la bienvenida caminé hasta estar a un lado de Jughead -quien por cierto estaba cerca de Betty- y este pasó un brazo sobre mis hombros.
El rostro de la joven Cooper era todo un poema, al parecer eso le había dolido. ¿Saben una cosa? Eso me hacía sentir tan bien, se lo merecía.
—De cualquier forma, ¿qué hace ella aquí? —Pregunté a la par que la miraba sin expresión alguna.
