❝ Cuando Lia se encuentra con varios secretos busca la forma de hallar las respuestas. Pero no todo es fácil. En el camino de lo prohibido ocurrirán demasiadas cosas, unas buenas y otras malas.
Y sí, la mayoría de las veces todos cometemos actos er...
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|Los chicos no lloran
El chico de cabellos naranja se encontraba desayunando en Pop's cuando su mejor amigo llegó hecho un manojo de nerviosismo, o al menos así lo veía Archie.
Últimamente Jughead actuaba como si alguien lo observara o tuviera miedo de algo. Evadía el tema cada vez que le preguntaba si había algo mal o había sucedido algo nuevo. Quizá no pasaba nada y se lo estaba imaginando. O tal vez Jughead no quería contarle nada.
Su relación había decaído desde hace bastante tiempo, todo debido a ella, la culpable de tantos males, Lia.
Tan cliché pero cierto, dos grandes amigos, casi hermanos, peleando por el amor de una misma chica.
Y es que no podía negarlo, la extrañaba tanto que daría lo que fuera con tal de verla aunque sea unos segundos. Especialmente quisiera saber por qué se fue repentinamente.
Retomó sus actividades diarias que consistían en tomar las clases, ya que el Riverdale High decidió abrir sus puertas de nuevo. Y luego acompañar a Verónica a cualquier lado menos a su "casa".
Ella se estaba volviendo tan cercana a él, casi podía decir que viejos sentimientos regresaban y tampoco estaba de más que varias veces habían compartido besos e incluso llegado a más allá de eso. Se sentía mal pues Verónica en una ocasión le dijo que lo amaba y Archie simplemente huyó. Fue un gran problema que duró una semana, en la cual ella no le dirigía la palabra. Lo peor fue que igual Betty no le dirigía la palabra. Eso le enojaba pues el problema era entre él y la morena.
—Los ojos sobre la pelota, Andrews —Se burló Reggie, riendo con otros compañeros del equipo de fútbol americano.
En respuesta gruñó y comenzó a jugar con su equipo. Reggie no dejaba de molestarlo cada que podía y todos sabemos cómo terminó, en pelea. Ambos fueron mandados a la oficina del director en donde los reprendieron y mandaron notas para sus respectivos tutores.
Obviamente fueron castigados pero tanto Archie como Regie se largaron del Riverdale High evadiendo el tener que quedarse dos horas en detención.
Esta vez no acompañó a Verónica. Estaba caminando a casa con tranquilidad pero a la vez cierto temor, se sentía observado y tenía la sensación de que lo estaban siguiendo. No tardó mucho en llegar a su casa y evitó a toda costa toparse con la gente adulta. Llegó a su habitación y tan pronto como tiró sus cosas al suelo su móvil emitió un sonido de notificación, era un número desconocido.
"Matar o ser matado. Pecar o ser el pecado. Vengarse o ser parte de la venganza :)"
Decía el mensaje que recibió. Estaba en total desconcierto y no mentiría, se sentía atemorizado. De nueva cuenta el móvil sonó tratándose de otro mensaje.
":( es una lástima que seas parte del problema"
Mordió su labio mientras que arrugaba la frente. Asomó la cabeza por la ventana para ver si había alguien afuera que lo estuviera vigilando, cosa que no era así, no había absolutamente nadie. Alzó la mirada topándose con la de su rubia amiga quien lo miraba con confusión.
La chica se encontraba tecleando algo en su móvil y en ese instante el celular de Archie sonó avisando la llegada de otro mensaje perteneciente a Betty, donde le preguntaba sí estaba bien, a lo que la miró asintiendo y se alejó de la ventana, tirándose en su cama a la par que pensaba en los mensajes del número desconocido.
¿Era parte del problema? Pero, ¿de qué problema?
Lo más importante es saber quién es la persona que le mandó mensajes y si es que acaso era la misma del incidente en el Riverdale High y en la casa de Kevin.
De repente la luz en su casa se fue y pocos segundos después regresó, en eso su madre soltó un grito e inmediatamente Archie bajó las escaleras tratando de no tropezarse.
Visualizó a lo lejos a su madre, en la cocina, señalando la mesa, en donde se encontraba la misma escena ocurrida en la casa de Kevin.
Habían partes de animales y sangre regadas en la mesa y en el suelo. Abrazó a su madre y la sacó de ahí. Llamó al oficial Keller y así inició una investigación.
Los Andrews habían sido los segundos en recibir una visita de la persona misteriosa.
Mientras tanto, en la pequeña morada de los Jones el ambiente era tenso entre la chica y el joven Torombolo. Se miraban fijamente y nadie decía nada.
Por suerte Jellybean no estaba presente pues Toni se la llevó para cuidarla un rato, en lo que Jughead y la otra discutían varias cosas.
—¿Y bien? —Cuestionó el chico del gorro, a lo que ella sonrió de lado— ¿qué vas a hacer ahora?
—¿Qué esperas qué haga? —Alzó y bajó los hombros para restarle importancia al asunto.
—Que seas valiente una vez en tu vida, Lia
La recién nombrada se levantó de la cama en donde ambos estaban acostados y lo miró sin demostrar ninguna emoción.
—Lo estoy siendo, siempre lo he sido. El regresar aquí es... —Pausó sus palabras y luego de soltar un suspiro continuó— jodidamente horrible
—¿Y por qué regresaste? —La ahora castaña se acercó un poco más a Jughead y se inclinó para quedar a escasos centimetros de su rostro.
—Para ver como todo se cae —De nuevo sonrió pero esta vez con malicia.
Jughead se quedó en su lugar estático y procesando lo que Lia había dicho. ¿Acaso ella era la causante de lo que sucedía en el pueblo?
De hecho, la chica frente suyo ya no era más aquella que él llegó a amar. Era distinta, era otra, hasta en su forma de vestir y actuar, ahora era un tanto oscura con un toque de sensualidad y agresividad. Inspiraba rudeza y seguridad. Pero juraría que aún podía ver en ella a la jóven que temía de todo, la débil y destrozada Lia.
Atrajo a la castaña enrrollando los brazos detrás de su espalda y provocando que cayera sobre su pecho. Ella no se resistió y recostó la cabeza en el pecho del chico al cual alguna vez quiso, al que aún le guardaba cierto rencor.
—Te odio —Dijo ella.
—Yo también te odio —Murmuró.
Se miraron e intercambiaron sonrisas breves, entonces ella comenzó a sollozar y Jughead la consoló como alguna vez sucedió en el pasado.
Ambos tenían tantas cosas que decir pero temían arruinarlo de nuevo. Jughead temía perderla una vez más pero sobre todo tenía miedo de que la chica en sus brazos fuese la persona debajo de la capucha roja.
