❝ Cuando Lia se encuentra con varios secretos busca la forma de hallar las respuestas. Pero no todo es fácil. En el camino de lo prohibido ocurrirán demasiadas cosas, unas buenas y otras malas.
Y sí, la mayoría de las veces todos cometemos actos er...
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| Recuerdo
A
brió los ojos lentamente sintiendo la manera en la que la luz le lastimaba los ojos y el ruido de varias voces le hacían querer volver a cerrarlos. ¿En dónde estaba?
La cabeza le producía mucho dolor acompañado de punzadas fastidiosas. El resto del cuerpo lo sentía débil y magullado. ¿Qué era lo que exactamente había sucedido?
—Definitivamente me la llevaré conmigo —Escuchó de lejos una voz femenina.
—Señora Lawliett, con todo respeto, usted no es la mejor para cuidar de ella —No conocía al dueño de esa voz. De repente estaba formulando en su cabeza un montón de preguntas.
¿Acaso su madre estaba ahí o era una imaginación suya? Iba más por la primera opción porque, claro, cuando algo terrible le sucedía, aparecía su madre dispuesta a hacer el papel de progenitora responsable.
Y lo segundo: ¿quién estaba hablando con ella e intentando detener sus intentos de llevársela?
—Solo mira su cuerpo. Dios, mi bebé sufrió mucho y yo no estuve ahí para ella —Dijo apretando los dientes mientras contenía un par de lágrimas.
Entonces fue cuando recuerdos vagos aparecieron en la mente de Lía justo como si se tratara de una película del género que te causa miedo, ganas de gritar y llorar al mismo tiempo. De hecho, las escenas representaban cada una de las torturas por las que tuvo que pasar. Algunas eran borrosas y confusas, inclusive maldijo internamente en cuanto se percató que no podía recordar el rostro de su secuestrador.
¿Por qué la suerte no estaba apostando a su favor?
—Chic, eres el menos indicado para hablar. Te encargué que cuidaras de ella pero no lo hiciste y mira lo que le sucedió por eso —Su madre pasó de estarse lamentando a ser la arpía que realmente es. Con ello su hija estaba enterándose de cosas que quizás le reclamaría cuando estuviera en sus cinco sentidos.
Ahora ya sabía el nombre del hombre con el que la mayor conversaba hace unos instantes. Sin embargo, ese nombre no estaba almacenado en su memoria, no obstante le sonaba bastante.
Suspiró en cuanto su vista se acostumbró a la luz, pudiendo visualizar la habitación blanca de hospital. "Aquí estoy, de nuevo" pensó.
Miró a un costado, justo donde había una ventana. En las afueras estaban su mamá y su acompañante, al que fue sorprendente ver porque resultó no ser un hombre mayor sino que un muchacho aparentemente en sus veinte.
Enseguida tomó asiento, arrepintiendose de ello porque un dolor agudo en su viente le hizo soltar un quejido. Por instinto miró donde estaban su progenitora y Chic, ella no estaba pero el rubio sí, quien la miró y entró a paso lento a la habitación.
