Special III

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Ella se lamió los labios como por quinta vez consecutiva, elevó la mirada para ver de nuevo aquel lugar al que estaba dudando sobre si entrar o no.

Suspiró frotando ambas manos en su suéter y decidida dio el primer paso pero con la misma dio dos hacia atrás. Necesitaba ser valiente y no lo estaba logrando.

Apretó los puños recordando la razón por la que haría todo eso, entonces se acomodó la ropa que no dejaba nada a la imaginación y que no solía usar, para después ingresar al lugar, el escondite de las serpientes sureñas.

Una vez dentro recibió algunas
miradas y alcanzó a escuchar que varios murmuraba cosas que no lograba decifrar de qué se trataban.

—¿Se te perdió algo, zorra? —Escuchó una voz chillona que le provocó asco de lo aguda que era.

Observó a la mujer frente suyo y tan solo sonrió de forma socorrona  era una rubia con toda la pinta de ser una mujer de esas "fáciles".

—Te voy a borrar esa estúpida sonrisa si no me respondes

—Se me perdieron las ganas de estar parada cerca tuyo —Alzó los brazos en señal de darle menor importancia.

Estuvo a punto de seguir su camino cuando la rubia la jaló del cabello. De repente el bar se quedó en silencio y lo único que se logró escuchar fue el fuerte golpe que le propinaron a dicha rubia.

—Asco —Ni siquiera ella sabía de dónde salió ese lado tan salvaje, aunque suponía que todo se debía a que su padre le enseñaba defensa propia pero nunca le enseñó a controlar su fuerza.

—¿Qué rayos le hiciste a mi novia, pedazo de puta? —Rodó los ojos al ver al supuesto novio de la chica a la que golpeó.

Este al ver que no respondía alzó la mano dispuesto a darle un golpe, más sin embargo un grito lo detuvo.

—¡Paren ya con la mierda! —La castaña giró a ver a la persona que era dueño de aquella voz que asustaba un poco.

—Pero FP, ella me golpeó —Se quejó la rubia.

—Exacto, es una vergüenza que lo haya hecho —Pasó cerca de Lia y le dedicó una mirada fugaz para dirigirla hacia la otra— ella vino a  buscarme así que cuidado con lo que hagan, ¿entendieron? —Nadie respondió— ¡Dije "¿entendieron?"! —Todos gritaron un "sí" en unísono y prosiguieron con lo suyo.

FP jaló a la castaña hasta llevarla a un lugar más adelanto del resto, siempre en el bar, para ser exactos era la parte alta de este en donde nadie solía ir a menos que necesitaran privacidad.

—Y bien, ¿qué hace una chica del lado norte aquí? —Cuestionó con calma a lo que ella desvió la mirada tras perder la poca confianza que tenía, el hombre le daba miedo, no iba a mentir.

—Vine a...

Pausó moviéndose un poco en su lugar, en ese momento tenía frío e incluso se maldijo por haberse vestido tan provocativa y con prendas que no le cubrían todo el cuerpo.

Lo que más le sorprendió fue que el hombre se quitara una bufanda que ella había notado que traía y se la colocó a la menor.

—Yo vine a encontrar a mi padre pero veo que... No está aquí —Respondió aún confundida por el acto amable del adverso.

—Ningún hombre del lado norte es un serpent y sé que eres del norte porque jamás te había visto en la lado sur —Le pareció un hombre inteligente y por alguna razón creyó que era bueno confiar en él.

—Bueno, hace tiempo que no lo veo y creí que podría encontrar información aquí o algo parecido, pero veo que no es así. Yo de verdad lamento haber venido, me iré ya mismo

—No tan rápido, te salvé la vida así que espero verte de nuevo por aquí porque ya eres parte de esto y no puedo dejarte ir solo así —Abrió la boca dispuesta a decir algo en contra de ello pero él continuó hablando— además golpeaste a una de las mías, consideralo como tu perdón

—Pero ella se lo merecía —Apretó los labios al darse cuenta que lo que dijo fue muy malo.

—Lo sé, ella es muy fastidiosa, detesto su voz chillona —Lia tan solo se rió y FP la siguió— pero ella es de la familia, así que por tu bien ya sabes lo que te conviene

—De acuerdo —Pasó una mano por su rostro y asintió— ¿ya puedo irme?

—Claro. Por cierto, quédate con la bufanda, se nota que te estás muriendo de frío y, ah, cierto —Se quitó la chaqueta que era de color negro y se la puso sobre los hombros a ella— procura no vestir así cuando vuelvas

—Entendido —Le sonrió recibiendo una sonrisa de vuelta y se fue de ahí sin decir nada más.

El tiempo pasó, para ser exactos fueron dos semanas en donde ella ya se había integrado a los serpent.

En su momento fue mal recibida pero tras cumplir con ciertos requisitos logró ganarse la confianza de los demás, ganándose así su chaqueta y apodo. De hecho FP le obsequió la chaqueta negra que le dio aquel día en el bar cuando se conocieron y desde entonces ella lo usa cuando está en el Riverdale High o en otro lugar que no sea donde sus compañeros de "pandilla", esto lo hacía como señal de agradecimiento hacia el mayor.

Quién diría que al final lo detestaría.

Apology ↬ RiverdaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora