Ellison.
El corazón me palpitaba rápidamente, no podía gesticular palabra alguna. El tenerlo al frente mío casi parecía irreal. Lucía diferente, más maduro quizás. Más fuerte, más hombre. Sus rasgos ahora lucían más esculpidos; producto de la madurez, aunque su boca seguía siendo la misma, seguía siendo igual de fina. Sus ojos, por otro lado, mantenían aquel brillo juguetón que había heredado de su madre y aquellos hoyuelos aun aparecían en sus mejillas cada que me sonreía. Su cuerpo había cambiado; lo recordaba más delgado, al igual que en masa muscular, pero definitivamente había trabajado en su cuerpo ¿Y cómo no? Si es un marine. El niño de diecinueve años del que me enamoré había sido reemplazado por un hombre más duro, de complexión más fuerte, pero de ojos suaves.
Tragué pesado y aparté mi mirada de él, al darme cuenta de que llevaba observándolo más de lo que se consideraría correcto. Y como acto nervioso, alisé mi vestido una vez más. ¿Qué me pasaba? Era Trevor. Sin embargo, ese era justo el problema, era Trev. No podía pensar con claridad con él cerca en el pasado y eso seguía igual.
—Así que... te comprometiste. —susurró él rompiendo el hielo. Mis ojos se levantaron de mi falda y me fijé él.
— ¿Creíste que te esperaría para siempre? —solté en son de broma, esperando que él riera; sin embargo, me miró profundamente y dijo:
—No para siempre, claro. —admitió. Lo miré a los ojos extrañada, como si hubiese dicho alguna tontería.
—Trevor... no creo que sea conveniente que hablemos de esto. —confesé. No quería que esto se volviera una discusión sobre mi vida personal.
—Entonces, ¿De qué piensas hablar? —preguntó el levantando un poco el tono de voz— porque, es lo único que me interesa discutir.
Fruncí el ceño.
—Tu madre te heredó el restaurante en el que trabajo actualmente, a medio tiempo. Cuando te fuiste, tu padre me pidió que me hiciera cargo, hasta tu llegada. Creo que es... tiempo de que hablemos sobre la administración del lugar. Escucha, sé que no es bueno momento, pero... quiero acabar con esto lo más rápido posible. —concluí.
El pestañó incrédulo y abrió y cerró la boca sin poder creer lo que acababa de decir. Luego, cerró su boca en una línea y suspiró.
—No me interesa el restaurante de mamá. Me interesas tú. Quiero saber... en que momento exacto, decidiste olvidar lo nuestro y... comprometerte con Dawson. —gruñó al final su nombre y yo, no podía creer lo que escuchaba. No podía, me había convencido de que él había madurado, había entendido mis motivos... que él era diferente.
Así que, sin decir palabra alguna, me puse de pie, aun con mis ojos sobre los suyos y me di la vuelta dispuesta a irme.
— ¡Ellison! —gruñó él. Me giré furiosa y lo miré a los ojos.
— ¡¿Y tú?! —grité con rabia— ¡¿Cuándo creíste que era hora de dejarme e irte?! ¡Yo... estaba dispuesta a dejar a Dawson por ti, mi felicidad, seguridad, para que huyéramos juntos y fuéramos felices lejos! ¡En otro estado! ¡En otra vida! Estaba dispuesta a dejar todo lo que conocía, lo seguro... el amor de Dawson, romperle el corazón... sólo porque te amaba. Así que, dime Trevor, cuando tú decidiste darme la espalda.
El me miró sereno, sin decir palabra alguna y yo contraataqué empujándolo.
— ¡Responde! —grité.
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Cada Parte de Ti #1
RomanceTrevor al cumplir los diecinueve años, se unió a las fuerzas armadas y ahora, con veinticinco años, es dado de baja por una lesión que le pudo causar la vida. Eso significa que tiene que volver a Mill Valley; su pueblo natal, donde creció y se enamo...