At the end of the day

31.- El cometido de Angie (Parte 2)

**Wlaking in the wind**

Habían pasado un par de semanas desde aquél incidente cuando Sophia y Pía se encontraban saliendo de un departamento en una zona turística de Londres, era su nuevo departamento, Rose se había mudado con Agnes luego de que decidieron no rentar más la casa en Fulham. La pelinegra y la pelirroja cargaban solo un par de valijas y Pía tenía en la mano su mochila de laptop.

—No puedo creer que estamos haciendo esto—. Dijo Sophia, quien lucía algo recuperada del shock. Paul, el ex guardaespaldas de los chicos las estaba esperando fuera de los condominios en el auto de Louis.

—Soph, trata de relajarte y solo pensar en que debemos estar bien por los chicos—.

—Ya que hablamos de chicos... ¿Qué ha sucedido entre Niall y tu?—.

—Nada, hemos hablado un par de veces, pero solo me ha preguntado cómo estoy, no hay tema de conversación. ¿Sabes algo? Creo que lo nuestro no volverá a ser como antes—.

—Pues obviamente no, y menos cuando Liam ya le confesó todo, creo muy sinceramente Pía, que es tu turno...—.

—Pero ¿Y cómo estoy segura de que es Liam lo que quiero?—.

—Oye Pía, soy tu amiga, tu parabatai, sé cuándo te duele la uña, cuando estás en peligro, cuando estás desesperada, enojada, cuando estás enamorada y hasta cuando mueres por ir al baño... ¿Crees que te lo diría si no estuviera segura de que lo sientes?—. Pía rio ante el comentario de Sophia y le propinó un golpe en la cabeza. Paul las riñó levemente, él siempre había sido como el papá de los chicos.

—Ya, está bien... la verdad es que no he podido dejar de pensar en ese beso y lo que hizo por nosotras, debo confesar que no quería que alguien más viniera a salvarnos más que él—.

—Pía, en realidad tú me salvaste a mí y estoy segura de que también te hubieras salvado sola... pero si lo que querías era verlo, lo lograste—. Las chicas no habían tenido esa conversación desde que había pasado aquello y Pía le sujetó la mano una vez que estuvieron en el auto. — No te he agradecido lo que hiciste por mí, entré en un colapso muy fuerte, pero es que... no es normal que te digan esas cosas y menos cuando Louis tiene toda la seguridad del mundo... gracias, Pía—.

—Soph, ¿Sabes algo? Me di cuenta cuanto lo amas, porque de verdad te preocupaste y luego en la casa de Liam cuando al fin escuchaste su voz, tu cara se iluminó por completo—.

—Pía no digas esas cosas delante de Paul—. Sophia se sonrojó y el guardaespaldas sonrió. —Te espanta ¿Verdad Paúl?—.

—Claro que no, solo una vez escuché que una chica amara tanto a uno de mis chicos... y esa fue Eleanor... las demás no son tan especiales, parece que Louis tiene un encanto natural —.

—¡Lo tiene! Es divertido, ocurrente, sensible, romántico, hogareño, dulce, tiene la voz más hermosa...—. Dijo Sophia y Pía miró a Paul por el espejo y ambos se sonrieron.

—¡Basta! Liam tiene la voz más hermosa—. Dijo la pelirroja algo ofendida.

—¡No!—. Reclamó Sophia y ambas rieron mientras su guardaespaldas meneaba la cabeza sonriendo.

Unas horas más tarde, Angie las estaba esperando en el hotel donde se hospedarían en Detroit, la rubia les regaló un enorme abrazo a las chicas mientras Rosella se asomaba desde la cocina, Agnes no había podido viajar con ella por cuestiones laborales, sin embargo, alguien estaba sentado en el sillón mayor, era un chico de cabello castaño y ojos azules que hipnotizaron a Sophia, pero sus ganas de abrazarlo fueron mayores y corrió casi tropezando con la alfombra. Louis no pudo levantarse cuando ella ya había llegado y se tiró encima de él, la escena fue algo romántica pero incómoda pues Sophia había caído en las piernas de Louis y el beso se había tornado apasionado.