Desperté en la habitación de un hospital, no sé quién soy, ni que me ha pasado, hay unas personas que dicen ser mi familia pero yo no las recuerdo, en mis sueños hay dos versiones distintas de mi vida, en una soy una mujer feliz, estoy con el hombre...
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Le digo a María que estaré en la habitación, que me avise para cenar con ellos, deposito nuevamente el contenido en el sobre y hago un tubo, y me las ingenio para meterlo en el pequeño bolso bandolera en el que cabe poco más que mi móvil y un monedero.
Al llegar a la habitación me pongo cómoda en la cama y saco nuevamente el contenido del sobre, se me escapa una sonrisa boba, es una postal grande, el triple del tamaño de las habituales, pone en letras blancas cursivas "Mónaco" y un poco más abajo "Good Night" (Buenas Noches) en la imagen se puede ver toda la ciudad al atardecer, predomina el color naranja en el cielo y ya se ven luces en los edificios.
Al girarla me encuentro con una perfecta caligrafía escrita con un bolígrafo de color negro, esta vez mi sonrisa va de oreja a oreja.
"Hola campanilla, estoy completamente seguro que te he sorprendido. Tienes que saber que me estoy perdiendo una gran fiesta mientras cumplo mi promesa de enviarte una postal desde esta ciudad".
Hay un dibujo con un guiño después de esas palabras.
"Nos vemos pronto y espero que ya no lleves esa fea escayola, besos. Matthew Towsend".
Este chico piensa en todo, no dude en que me enviaría una postal, tan solo pensé que llegaría después de que el regresara, cojo el móvil para enviarle un mensaje, pero me lo pienso mejor y no creo que sea buena idea, ya le daré las gracias cuando lo vea.
[....]
Después de cenar y tras hablar con Joshua, Alexander y Bryan, le envío un mensaje a Sheryl para recordarle que tiene que estar en casa antes de que Bryan vuelva, ella me contesto enseguida con un simple ok "espero no haber interrumpido nada", me rio sola, de pensar en que podrían estar haciendo.
Apago el móvil, la luz de la mesilla y me sumerjo en un profundo sueño.
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— Hola Ayrin— Me saluda un chico con media sonrisa, le he visto por los pasillos del instituto, sé que es popular y que las chicas babean por él, sonrió ya que yo no sé ni cómo se llama, creo que el interpreta mi sonrisa de forma distinta y su sonrisa se extiende. — ¿Quieres tomar algo?— Me señala un vaso de plástico.
—No gracias, estoy servida—. Le respondo mientras le enseño la botella de cerveza que tengo en la mano.
—¿Quieres bailar conmigo?— Parece un poco inseguro, pero es tan solo el efecto que causo en los chicos, estoy a punto de declinar su invitación con un simple no, cuando cruzo mirada con Chloe y su séquito de tontas babeantes, que me ven con odio, seguramente este bombón será el príncipe de una de ellas.
Doy un trago al líquido que contiene la botella, mientras observo al chico que espera mi respuesta. No está nada mal, me saca una cabeza y eso que llevo diez centímetros de tacones, bueno tampoco es que yo sea una jirafa, tiene el pelo castaño y corto, ojos verdes, la camisa le marca los bíceps y esos vaqueros ajustados, le sientan muy bien.
