Dedicado a @DavidCate
Le he pedido a Bryan que me ayude a subir a mi habitación, su ayuda no fue la que esperaba, ya que simplemente quería su apoyo mientras subía por las escaleras, su interpretación de ayuda es cargarme hasta dejarme frente a mi habitación.
En el armario de la habitación que ocupo abajo, solo tengo tres vestidos y una infinidad de pantalones cortos y camisetas, tengo que encontrar algo menos veraniego y de andar por casa, para ponerme esta tarde, ya que iré con mi hermano y sus amigos al concierto.
Bryan me deja a solas, así que voy directamente al vestidor, y mientras deslizo mis manos por la ropa solo puedo observar vestidos cortos y recuerdo que esto ya lo había hecho antes, aquí solo hay ropa de fiesta, escucho unos toques en la puerta y salgo del vestidor, veo a mi Nana, hacer una seña dando paso a la persona que la acompaña, es Daniel.
— Si necesitáis algo, solo tenéis que llamarme—. Nos dice muy amable mi Nana y se retira dejándonos solos.
— Buenos días Señor Meyer—. Bromeo.
— Ni en tus mejores sueños, te llamare Señorita Collins —. Me saca la lengua y se acerca a mí. — Buenos días preciosa—. Me da un par de besos en las mejillas y al separarse me guiña un ojo. —Mejor así ¿no?
— Mucho mejor—. Le sonrió.
— Cuéntame, ¿Qué haces aquí arriba?—. Comenta Daniel, mientras observa cada detalle de la habitación.
— Está es mi habitación—. Le informo pero no me deja acabar.
— Hasta ahí llego, pero pensé que haríamos la rehabilitación abajo.
— Hoy iré a un concierto con mi hermano y sus amigos y nada de lo que hay en ese vestidor—. Señalo la puerta. —Me gusta—. Dejo escapar un suspiro de resignación.
— Hagamos un trato, si te portas bien, después de los ejercicios te ayudo a buscar algo adecuado—. Me sonríe complaciente.
— Me gusta tu idea.
Daniel me explico el proceso de la rehabilitación, al principio iremos poco a poco y a medida que los días vayan pasando ira aumentado la intensidad de los ejercicios y masajes.
Así que por ser el primer día, según él no me hará sufrir, tan solo me dio un masaje en la pierna que según él es relajante, como buena chica no me queje, pero hubo un momento en el que dolió un poco.
— Listo, ahora puedes enseñarme esos trapitos que tanto te gustan—. Suelta con ironía.
Entro con él en el vestidor y me siento en una banqueta blanca, tapizada en gris que está justo en el centro de este, mientras tanto Daniel parece estar disfrutando sacando "los trapitos" como los ha llamado y después dejándolos donde los encontró.
ESTÁS LEYENDO
AYRIN
RomanceDesperté en la habitación de un hospital, no sé quién soy, ni que me ha pasado, hay unas personas que dicen ser mi familia pero yo no las recuerdo, en mis sueños hay dos versiones distintas de mi vida, en una soy una mujer feliz, estoy con el hombre...