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Y no se olviden de sonreír

Así di por finalizada la primera charla a los nuevos en la empresa, aquella de la que me había hablado mi jefa hace unas cuantas semanas.

Cuando todos habían salido de la sala Sandra se acercó a mí. Era una señora regordeta, morena y chaparrita aproximadamente de unos cuarenta años.

-Muy bien hecho chico, Celeste no se equivocó al elegirte para esto -me apremió

-Muchas gracias Sandra la verdad es una tarea fácil

-Yo no podría decir lo mismo a mí me pones a hablar en público y me da algo- ríe bajito

-No es tan difícil, en mi caso amo lo que hago así que intento enseñarle eso a los demás- me encojo de hombros

-Sabes chico hace unos días escuche que Celeste te quería ascender, así que aquí entre nos ponte las pilas y así lo hace—me dio un leve apretón en el hombro

--Gracias por la información -le guiñe un ojo- voy a poner de mi parte para que lo haga

--No estaría mal tener a un joven tan guapetón como tú por aquí

Me guiño un ojo

--Bueno Mark te dejó y de nuevo felicidades fue una buena charla para ser la primera sigue así.

Ya era tarde así que salí del edificio, fui hasta el estacionamiento por mi coche, el tráfico era algo típico a esa hora por lo que tarde demasiado en llegar casa

***

-Tu siempre te tardas una eternidad en venir, es que ni aunque te llame una semana antes estas a la hora Mark.

Vamos otra vez con la misma cantaleta Rubén, mi mejor amigo siempre me reclamaba de lo impuntual que era pero díganme ¡¿Qué culpa tenía que cuando venía de regreso a casa en hubiera un choque?! ¡Yo no controlo los descuidos a la gente! Y a eso súmenle el tráfico que de por sí ya había, llegue alrededor de las diez y mi amigo me había estado esperando desde las ocho.

-Sabes que creó que jamás en la vida voy a volver a quedar contigo

No pude evitarlo solté una carcajada, así de dramático podía llegar a ser Rubén, le encanta pelear es algo tan característico de él que es muy difícil distinguir cuando algo si lo llega a molestar de verdad.

- Ya cálmate Rubén que seas gay no significa que la tengas que hacer de novia celosa y posesiva

-Lo siento, pero a veces se me sale de las manos -se tira al sofá frustrado

-Además que estés peleando con Klahr no significa que me vengas a echar la bronca a mí—le di un golpe en la cabeza cuando pase a su lado antes de tirarme en el otro sofá que estaba enfrente de él

Klahr es algo así como su pareja todavía no están juntos pero tampoco salen con nadie más, llevan viéndose tres meses pero la verdad parece que llevan toda una vida juntos, una vida llena de peleas.

—Yo no estoy peleando con alguien que no existe

—Ay aja y ahora que se supone que hizo—le pregunté rodando los ojos, de seguro iba a ser otra de sus exageraciones, es que es en serio cuando les digo que a Rubén le encanta pelear.

—De se supone nada ¿Recuerdas a Tatiana?

—La chica con la que trabaja, la que creo que es asistente de su jefe o me equivoco –le dije alzando una ceja

—Ajá esa misma—rodó los ojos-resulta que me encontré al muy imbécil coqueteando con ella

—Rubén te recuerdo que es lo que tiene que hacer si no quiere perder su trabajo.

Dos Cafés, por favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora