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Querido diario:

Querido diario, hoy es jueves y Amber a elegido este día para ir a la playa. Tengo un nudo en la garganta, nunca avía echo esto antes pero, relajarme y no pensar en la escuela por un día me sienta bastante bien. Envés de coger en rumbo hacía la escuela, me desvié a la playa que está a unas cuadras de mi casa. Cuando llegue a la playa, visualice a Amber debajo de una palmera tendida en la arena.

-¡Hola loca!- salude.

-Lina, estás aquí- se levanto y me abrazo.

-Obvio, ¿lo dudabas?.

Hizo una mueca- Un poco, porque eres el tipo de chica que sigue órdenes pero a la misma ves no te dejas controlar.

-Sii, soy complicada!!- reímos las dos.

Tendí mi toalla a lado de la de Amber y me puse el protector solar. Mire a mi alrededor y avían pocas personas.

-Parece que la playa está desierta- dije sentándome en la arena.

-Es cierto que no hay mucha gente pero así mejor, estamos tranquilas.

-Si, un poco de paz y tranquilidad, al fin.

Nos quedamos en la playa como tres horas y luego a Amber le apeteció ir al centro comercial. Yo no opuse ningún quejido, ya que a mí también me gustaría ir de compras.
Llegamos al centro comercial y rápido Amber se dirigió a una tienda de ropa. Me encantaba esa tienda, avían conjuntos de ropa que eran completamente mi estilo. Amber después de probarse la mitad de la tienda compro una camisa blanca de escote en forma de (v). Y yo compre unas botas de tacón negro que combinaban muy bien con una falda negra, que compre una semana atrás.

Después de unas cuatro horas de compras, ya era hora de volver a casa. Me despedí de Amber y me dirigí a mi casa con una sonrisa de oreja a oreja. Realmente necesitaba ese día de relajación con mi amiga.

#Gracias por escuchar

1. El diario de una CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora