Secreto de Amor

Capitulo 16

Anastasia se levantó a la mañana siguiente con un nudo en el estómago. ¿Quién hubiera pensado que el saber que estaba embarazada de Christian la habría preocupado tanto? No era que no estuviera contenta. Estaba feliz. Era Christian y la reacción que pudiera tener lo que la preocupaba.
Unos días antes habría estado segura de que Christian se alegraría como ella. Pero ahora... no estaba segura...
¿Qué era lo que había dicho Kate la otra noche? ¿Algo así como que una vez que te enamorabas no veías la hora de casarte, de estabilizarte y tener un hijo? Coincidía con lo que ella sentía últimamente, pero no estaba segura de que Christian sintiera lo mismo. Él no había hablado nunca de matrimonio, a pesar de haber estado de acuerdo en comprar una casa para llevar a Lucky a vivir con ellos.

Y anoche...

Anastasia miró a Christian, que estaba dormido todavía. Estaba preocupada. Él le había dicho que había estado bebiendo whisky pero no le olía la boca a alcohol. Le había mentido. Y luego no había querido hacer el amor con ella.

¿Habría estado con alguien? ¿Habría aparecido nuevamente Leila, con sus pechos grandes y su complacencia?
Anastasia suspiró estremecida ante la idea. Christian se dio la vuelta y abrió sus ojos grises.

-¡Oh! -exclamó Anastasia -. Yo... Pensé que estabas dormido todavía. Iba a levantarme y preparar el café, pero tengo que ir al cuarto de baño primero - Anastasia se levantó y se puso el kimono. Luego fue hacia el baño.

Cuando volvió del baño Christian la miró de aquella forma tan extraña y fría.

-¿Pasa algo? -le preguntó ella ajustándose el kimono a la cintura.

-Depende - Christian se estiró, luego se puso los brazos debajo de la nuca.

-¿De qué?

-De cómo actúes cuando te diga lo que te voy a decir.

Anastasia sintió pánico. Trataba de mantener la calma, pero no lo lograba.

-Entonces será mejor que digas lo que tengas que decir.

-Muy bien. Esto no va a funcionar, Anastasia.

Anastasia tragó saliva.

-¿Qué es lo que no va a funcionar?

-Tú. Yo. Nosotros.

Los ojos de Anastasia se llenaron de lágrimas.

-¿Por qué no? -preguntó ella.

Él se incorporó abruptamente, y luego se sentó en el borde de la cama. Tenía un gesto grave. Se puso el albornoz y se puso de pie.

-Me temo que entre nosotros han pasado muchas cosas. Te amé durante mucho tiempo, Anastasia. Y creí que aún te amaba. Pero ahora me doy cuenta de que estaba equivocado. Era una resaca del pasado. Te había deseado durante tanto tiempo y... Bueno, ahora ya te he conseguido... Y aunque ha sido una satisfacción, en cierto modo no ha sido tan fantástico como lo había imaginado. Para serte sincero, Anastasia, mi pasión por ti se ha apagado. No queda ni un respaldo. No hay... química. Lo siento. No tiene sentido que finja otra cosa. Creo que en estas circunstancias, deberías buscar otro sitio donde vivir.

Anastasia no podía creer lo que estaba escuchando. Se puso pálida. Sintió náuseas.

-Pero... Pero tú has dicho que me amabas. Me dijiste que me amarías siempre.