Capitulo 15

4.5K 385 19
                                    


La vida real con Anastasia era estupenda, a pesar de los temores de Christian de que ella se aburriera una vez que la relación entrara en la rutina de la vida diaria.

Los dos empezaron a trabajar el lunes, después de pasarse el domingo mirando casas. El perrillo estaba mejor. Le habían dado el alta en el hospital veterinario y lo habían llevado a unos albergues caninos en Mona Vale Road, a sólo quince minutos en coche del piso de Christian.

La noche del lunes fue muy agradable. Cenaron y luego vieron una película en la televisión. Después se fueron a la cama, donde Christian le hizo el amor a Anastasia apasionadamente, algo que, al parecer, era compatible con su nuevo estado relajado y feliz.

A Anastasia pareció gustarle, porque se arrebujo contra él y luego se durmió.
Christian, por su parte, sentía cierto alivio de no tener que seguir representando el papel de amante extraordinario y chico malo. Era agradable tener simples relaciones sexuales, llenas de ternura y amor. ¿Quién sabe? Tal vez Anastasia estuviera preparada para una relación de ese tipo.

Tal vez hubiera madurado en lo relativo al amor.

La noche del martes no fue diferente, aunque ese día no había nada en la televisión, por lo que se la pasaron escuchando música y charlaron acerca de los libros que habían leído. Siempre habían disfrutado de su mutua compañía, y eso no había cambiado.
Les gustaba el mismo tipo de películas y el mismo tipo de libros, aunque Anastasia era una apasionada de Stephen King y él no lo era tanto. A los dos les gustaban las novelas fantásticas, con alguna aventura y alguna historia de amor mezclada. En lo único que tenían gustos diferentes era en la música. A Christian le gustaba más el jazz y la música country y a Anastasia el pop y el rock.

El miércoles Christian volvió más temprano del trabajo. Era la última semana del curso, y había poco que hacer.
Anastasia ya había vuelto de la oficina, y estaba tirada en el sofá, con gesto sombrío.

— ¿Qué sucede? —le preguntó Christian. Inmediatamente le dio un beso en la boca y se sentó a su lado.

Tengo el estómago revuelto. Estuve todo el día con la sensación de que iba a vomitar. Al final el jefe me mandó a casa porque no hacía más que estar en el aseo.

—Hmmm... Yo me siento bien. Así que no creo que haya sido la comida de la cena lo que te sentó mal. Quizás sea algún virus. Pobre Anastasia... —murmuró él, quitándole el pelo de la frente—. Estás pálida. Deberías ir al doctor, y que te vea.

Quizás... —le dijo ella.

No te preocupes por la cena. Iré a comprar comida preparada. Me parece que no tienes muchas ganas de comer.

— ¡No, por Dios!

Anastasia se quedó en silencio, con el gesto grave. Parecía en otro mundo. Como si estuviera preocupada por algo.

Él se quedó sentado acariciándole el pelo. Ella cerró los ojos, y dio vuelta la cara levemente. Él no era un experto en el lenguaje de los gestos, pero aquél le molesto. Parecía un rechazado físico y emocional hacía él. La idea de que Anastasia no quisiera que él le hiciera el amor ese día le resultaba insoportable. Estaba un poco paranoico en ese sentido, de acuerdo. Pero nadie le quitaba la idea de que pasaba algo más.

Antes de que me olvide. Hay una fiesta de fin de curso en la universidad el viernes por la noche. Así que vendré a casa tarde.

Anastasia abrió los ojos y volvió la cabeza con un suspiro.

Secreto de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora