—¿Era necesario matarlo?—Me pregunta Hunter.
—Ammm... no lo sé. ¿Tú sabes quién es Satanás?—Ni siquiera yo sé por qué lo maté.
Hunter se queda callado.
—Uhg...-suspiro—No importa. Volvamos al valle.
Una vez en el valle, bajamos al abismo a ver la situación y el tema del que tanto quiere hablar Azazyel.
—Saurom, Argthor, Azazyel. ¿Cuál es la situación?
—Los humanos han estado explotando los recursos de Anagantios como si fuera su planeta, hay titanes del agua y del fuego que ya se alzaron en su contra. Las legiones del norte del golfo de una tierra llamada México, del Mar Caspio y el Mar Muerto ya se alzaron y destrozaron varias ciudades. Las cazadoras de la luna y los guerreros del sol en Grecia ya atacaron algunos otros lugares en las naciones europeas en su camino al abismo.
Hay soldados mayas que se fusionaron con sus animales representativos y han salido a aterrorizar ciudades latinoamericanas llamados nahuales, pueden ser jaguares o águilas. Los informes me están dando esperanzas de que por fin se puede derrotar a Deus.
—Y todos estos sucesos... ¿Con qué fin?—Les pregunto.
—El cielo se está debilitando, nuestro infiltrado nos ha informado que los humanos están perdiendo la fe en Deus, están dejando de creer en él y eso lo está debilitando.—Me responde Azazyel.
—Debemos aprovechar esta oportunidad para acabar de una vez con ellos. BlackJack debe salir del abismo y empezar a atacar las legiones angelicales que queden en el paraíso.
—Acabas de decir... ¿Que quedan?
—Se han desplegado legiones de ángeles que al llegar a su misión luchan para proteger a los humanos que pueden y después... luchan por sobrevivir. Deus tiene menos de doscientas legiones en el paraíso, las restantes ya fueron diezmadas o eliminadas.
—Los titanes se están reuniendo en lo que era la antigua Atlántida, disponen de al menos ciento veinte legiones.—Nos informa Saurom.
—¿Quienes están ahí?—Les pregunto a Saurom y a Argthor.
—Agua, fuego, aire y tierra.—Me responde Argthor.
Mi sorpresa es enorme, no puedo creer lo mucho que se han expandido a lo largo del escudo de Deus.
—Quiero creer que encontraron una manera de entrar sin pasar por el puente.—Si no, se están reuniendo sin razón.—Si se reúnen, deben estar esperando al resto de BlackJack.
Anubis saca un pergamino y me lo da.
—Mandaron un llamado en busca del resto de BlackJack, los titanes que faltan han decidido encaminarse hacia la Atlántida, pero debieron haber humanos en su camino, así que ya varias ciudades fueron devastadas por ellos.
Recientemente, no es ninguna novedad que una ciudad humana sea devastada por los titanes. Pero, que uno encuentre nuestro centro de mando...
El puente fue destruído y actualmente, la única manera de entrar al paraíso es por portales de teletransportación, mi gente ha investigado y desarrollado esa tecnología y la prueba se hizo con un caído que infiltramos en el paraíso: Turel. Ahora, se están produciendo en cantidades masivas y hay algunos que transportarán a legiones enteras en la Atlántida. Nuestro próximo destino.
—Tenemos que preparar a los soldados para salir... pero... tengo una duda.
—¿Que sucede, Sunktum?
—¿Alguno de ustedes sabe quién es Satanás?—puede ser que alguno de ellos lo sepa.
—¡¿Quien?!—me dicen todos a coro.
—Ya nada. Preparen a las tropas.—Al menos lo intenté. Aún así, no creo que sea nadie importante, al final, el humano dijo que un estúpido ángel muerto lo iba a proteger del tal Satanás.
Salgo a preparar a mis legiones y veo que los velocistas y los chacales ya están saliendo del abismo, listos para destruir las primeras ciudades que vayan a encontrar. Los nahuales y las amazonas están terminando de formar a sus filas y los guerreros del sol están ayudando a las cazadoras de la luna a preparar sus carruajes para salir lo más rápido posible.
Los sátiros se encontraban en Grecia antes de informarnos de su partida, los cíclopes estaban de camino a Roma, pero se desviaron en cuanto recibieron el llamado. Solo faltamos los principales por salir, es momento de volver a salir, e iniciar una nueva guerra.
Los demonios y los caídos están avanzando cerca de la entrada, atrás de los soldados de Saurom y los míos esperándome para salir. Mi guarnición es la única que falta para que el abismo quede vacío.
—Señor...—Me interrumpe Shadow.—Las tropas están listas para salir. Nuestras legiones esperan sus órdenes.
—Entendido, voy para allá. Avancen junto al resto, yo los alcanzaré en un momento.
—Sí, señor.—Se da la media vuelta y sale de la sala de consejo.
Salgo de la sala y me dirijo a mi recámara, paso por algunos pasillos, subo algunas escaleras y entro al cuarto. Es un poco más grande que el que tenía en la capital del escudo, es más cómodo y acogedor, la ventana es solo un marco sin vidrio, por lo que el aire entra y lo ventila.
Subo al valle y veo a la legión formada y saliendo de él. A lo lejos se ven explosiones y un mensajero de Saurom llega.
—Hay una ciudad allá adelante, los velocistas fueron vistos y el avance fue detenido, la ciudad ya fue casi devastada y en poco tiempo, seguiremos avanzando.
—¿Está el general Savitar en la batalla?—Le pregunto.
—Sí, señor.
Este es el inicio de una nueva era: la caída humana.
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Poder y Gloria #2 - Sobrecarga Máxima
ActionA o B, negro o blanco, azul o rojo, si o no, actuar o cruzarte de brazos, opinar o morderse la lengua. Una nueva era, una nueva oportunidad de actuar contra Deus y sus ángeles. Una nueva posible victoria sobre el imperio regido por un tirano. Con fu...