Me despido de Shadow y salgo de la sala donde se encuentra. Me dirijo a recepción y veo al encargado.
—¿Donde está el general Ventus?—Le pregunto.
—Está en terapias intensivas, no se puede pasar a verlo.—Me responde.
—¿La general Hylla?
—Extraintensiva. Debe estar en aislamiento por siete meses, un año en terapia intensiva y otros dos fuera del campo de batalla.
—Es imposible.
—El soldado que ella describió le dejó una de las heridas más difíciles de tratar.—Me dice.
—Es la alta general de las amazonas. Deben poder hacer algo.—Insisto.
—Lo lamento, director, pero nuestros mejores médicos lo recomendaron. No puede y no debe interferir en las terapias de los soldados.
—Necesita volver al campo dentro de una semana. Nuestras tropas se reunirán en el abismo allá y ella debe estar presente.
—Señor. Si continúa, su necedad le va a costar su rango. Un nuevo líder será elegido y posiblemente usted tenga que abandonar su puesto y deberá dejar las filas de la orden de centuriones.
Me doy media vuelta y salgo del edificio. Es imposible, un estúpido médico no me puede decir que hacer. Pero tiene razón. Si me resisto a escuchar a los expertos estaré solo.
Me encamino hacia el portal y lo atravieso. Veo a mis soldados restantes. El abismo parece vacío a comparación de como era antes.
Ha pasado año y medio y las legiones ya fueron reforzadas, las vacantes fueron rellenadas y los sobrevivientes de la última batalla han levantado la moral, Shadow se ha recuperado y ha vuelto, pero la ausencia de Ventus y Hylla en las filas del ejército han marcado de manera negativa a sus legiones.
—Altos generales. Necesito hablar con ustedes.—Ellos me siguen hasta la sala de consejo y toman sus posiciones. Reyna toma el lugar de Hylla y se sienta en la enorme silla en la que Hylla se ha sentado durante más de tres mil años.—Los titanes siguen allá afuera con Araquiel, pero están teniendo problemas en la última base de la resistencia humana. Hace poco recibí una señal de auxilio de parte de Araquiel. Después de que haber exterminado a los últimos humanos con vida, Demogorgón apareció con varias legiones de ángeles y titanes de luz decididas a exterminar a nuestras legiones en pie. Nuestra misión es viajar con los Juggernaut y sacar a los sobrevivientes del campo antes de que sea demasiado tarde. Voy a necesitar caídos y jinetes que carguen cazadoras en sus bestias para que defiendan a los Juggernaut del fuego enemigo. Debemos sacar a todas las legiones que podamos de la zona para reagruparnos con mis hermanos, reforzar a las legiones de titanes y lanzar un ataque masivo en contra de las fuerzas de Demogorgón.
—¿Cuál es la historia del ángel?—Pregunta Anubis.
—Las legiones de titanes terminaron de exterminar a los humanos y en unas tierras conocidas como Himalayas, durante su camino de regreso, Demogorgón los alcanzó y los atacó. Llevan un año entero ahí atorados, sin ninguna posibilidad de avanzar, han parado a Demogorgón todo el tiempo que han podido, pero me temo que no podrán continuar en esa situación por mucho tiempo.
—¿Quién diría que los titanes serían eliminados?—Pregunta Saurom pensativo.
—Demogorgón llevó a sus titanes.—Le responde Argthor.—Deberías considerar el hecho de llegar más temprano a las...—Argthor se empieza a retorcer y volteo a ver a Saurom, que está manipulando su mente.
—Cierra el pico.—Saurom deja a Argthor y él cae, Saurom se vuelve hacia mí y hace una reverencia.—Continúa.
—Ambicatus reunió a nuestros hermanos en la capital del escudo, se reunió con Satán y ahora estamos juntos en esto. Todos ustedes tendrán que dirigirse a las afueras de la ciudad mientras Saurom, Azazyel y yo volamos hacia los Himalayas. ¿Tienen alguna duda?—Todos se quedan callados y se miran unos a otros.—Entonces... la sesión ha terminado.
Los altos generales salen y Azazyel prepara a seis legiones, les dice que se dirijan a los hangares y que esperen órdenes. Saurom y yo solicitamos a los drenix y a los juggernaut en los hangares.
Un par de horas después, los caídos empiezan a subir a los juggernaut y los jinetes empiezan a tomar a las cazadoras y se empiezan a elevar. Saurom sube a un juggernaut de sus legiones y yo a uno de las mías.
Un momento después, el hangar en el que me encuentro tiembla. Nos estamos elevando. Las puertas se abren y me asomo. Trescientos escuadrones de cuatro juggernaut cargan plataformas para llevar a los titanes en ellas, el resto de las puertas se abren y veo qué hay otros soldados asomándose en las aberturas.
El escudo que Deus hizo arde en llamas o es un montón de cenizas, los edificios costeros fueron tragados por los mares y los volcanes están llenos de lava. Pasando tierra, nuestra única vista es hacia el mar y otros dragones. Pasamos por encima de la Atlántida y la perdemos de vista.
Pasamos por otra sección de tierra y llegamos a un lugar parcialmente nevado. Pasamos por algunos lugares con cadaveres humanos, llegamos a unas montañas altas y nevadas y empezamos a recibir disparos de catapultas.
—¡Prepárense para el descenso!—Grito y una catapulta derriba la sección en la que me encuentro.
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Poder y Gloria #2 - Sobrecarga Máxima
ActionA o B, negro o blanco, azul o rojo, si o no, actuar o cruzarte de brazos, opinar o morderse la lengua. Una nueva era, una nueva oportunidad de actuar contra Deus y sus ángeles. Una nueva posible victoria sobre el imperio regido por un tirano. Con fu...