Resurgimiento

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Shadow y Saurom están peleando con furia y astucia, ninguno tiene las de ganar y solo yo puedo marcar la diferencia. Me dirijo hacia Shadow y volando, logro embestir contra él y tirarlo al suelo.

Shadow me mira con enojo y me pide que me aparte de su camino.

—No mientras tengas esa actitud.—Le digo.—Cálmate ya o Demogorgón va a llegar a Anagantios. Livia está bien, está estable y te está esperando del otro lado del portal.

—Eso no cambia el hecho de que Deus la mató dos veces. Tiene que pagar por sus crímenes.

—Después de que esta batalla acabe, el único criminal de guerra que va a ser registrado vas a ser tú por haber atraído a alguien que es casi imposible de detener.

—¡No me vas a detener! ¡Voy a matar a Deus y no vas a interponerte en mi camino!

—¡Debes detenerte ahora! ¡No continúes!

Shadow me golpea y ataca con rapidez, no me puedo defender, tengo que actuar más rápido, si no lo dirijo a una persecución que posiblemente lo obligará a matarme.

—¡Ven acá, cobarde!—Me grita.—¡Te mataré si no me ayudas!

—Tendrás que matarme, por que no te ayudaré a hacer nada.

Shadow me alcanza y me tira, chocamos puños uno con el otro y por fin, su velocidad me es posible de alcanzar.

Ahora puedo atacarlo y al ver sus ojos, me veo a mí al inicio de esta guerra. No es posible. ¿En realidad era yo? Shadow solo es una recreación de mí hace seis mil años. No voy a dejar que Shadow atraiga a Demogorgón hacia Anagantios, y a estas alturas, la única manera de lograr que eso pase, es matándolo.

Mi primera opción sería venciéndolo y dormirlo, pero tengo que descartar la idea ya que no me va a ser nada fácil. Cansarlo posiblemente sea una opción pero para cuando eso pase, Demogorgón ya va a estar aquí. Matarlo es el modo más sencillo que existe de evitar que Demogorgón venga a Anagantios.

—¡Shadow! ¡Detente ahora mismo!—Le ordeno.—¡Demogorgón está percibiendo tu ira! ¡Vas a provocar tu propia muerte!

—Habrá valido la pena.—Me responde. Toma una piedra y me la lanza.

—¡Shadow, no!—La piedra me golpea y noto que mi cuerpo físico se está agrietando. Shadow me vuelve a golpear y yo exploto.

Shadow me voltea a ver, confundido y yo me veo, tengo un nuevo cuerpo, más rápido y más poderoso. Me lanzo en picada hacia él y lo lanzo a una pared destruída, él no se mueve y yo reviso su pulso. Él me toma del antebrazo.

—Caíste.—Me dice y me golpea de una manera brutal, toma una espada y me la clava en el estómago, me clava en otra pared y me deja sentado, intentando sacarme la espada del abdomen.—Quédate quieto. No queremos que hagas una estupidez parecida a esta.

Moribundo, veo como algunos portales se abren y varias legiones angelicales salen de ellos. Mi ejército los repele y hace lo que puede por cerrar los portales o al menos parar los avances angelicales.

Demeritus da una orden para que las catapultas abran fuego hacia los portales y los ángeles dejan de salir de ellos. Los pocos que logran pasar, son atacados y lentamente asesinados.

Intento quitarme la espada, pero mis manos se resbalan del mango y no puedo sacarla de mi cuerpo. Una silueta se para en frente de mí y con una sola mano, arranca la espada de mi pecho y me ayuda a levantarme.

Después de levantarme y tener una vista más clara, localizo a Shadow, que una vez más está por acabar con Deus.

—Tenemos que apresurarnos.—Me dice Saurom mientras me recupero.—Demogorgón está cerca.

Comienzo a correr hacia Shadow y salto hacia él. Lo tiro y lo empiezo a golpear.

—Imposible.—Me dice.—Deberías estar muerto.

—¿Sorprendido?—Si tuviera boca, estaría sonriendo, burlándome de él.—No es lo único que puedo hacer... ¿Sabes?

—Entonces tienes un factor regenerativo.—Deduce Shadow y entrecierra los ojos.—Veamos como te va con esto.

Agarra dos espadas de ángeles muertos y se prepara para atacarme. Agarro otro par y comenzamos a pelear y a intercambiar espadazos. En poco tiempo le vuelo la primera espada y yo tiro una. Él se abalanza hacia mí y yo retrocedo un poco antes de darle un golpe en la espalda.

—Mátame.—Me pide.—¿Qué esperas?

—Has fallado.—Lo golpeo y casi lo dejo inconsciente. Me vuelvo hacia Saurom y el niega con la cabeza.

—Es demasiado tarde. Demogorgón está aquí.—Me dice él y yo me vuelvo hacia Shadow, que se pone de pie y se dirige hacia mí, se para y pone en posición de combate.

—Este es tu fin.—Me dice.—Ni tú ni nadie va a lograr que me detenga. El tonto de Demogorgón no sabrá que le sucedió a su presa y hmm...—Shadow pone una expresión de dolor y abre los ojos como platos, después cae al suelo y una figura aparece atrás de él.

—Ay, perdón. ¿Te dolió?—Le pregunta la figura a Shadow, burlándose de él en su cara.—En serio, lo lamento, pero él es mi presa, no tuya.—Levanta la mirada y toma aire.—Anagantios, el lindo planeta clarividente. He vuelto.

Poder y Gloria #2 - Sobrecarga MáximaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora