Los ángeles sobrevivientes se reúnen alrededor de la figura y ponen sus escudos en posición de defensa completa.
—Demogorgón.—Murmuro.
—Vaya vaya vaya.—Suelta Demogorgón mientras aplaude lentamente.—Pero si es el clarividente más poderoso que existe. ¿Era uno de tus generales?—Me pregunta mientras toma la cabeza del moribundo Shadow.—Me decepcionas. Pensé que tu criterio de selección iba más allá de este debilucho.
—¿Creador?—Pregunta Deus, que tampoco le queda mucho tiempo de vida.—¿Es usted?
—Me decepcionas Deus. Esperaba más de ti.—Demogorgón toma la cabeza de Deus y la aplasta entre sus dedos.—Imbécil. Emmm... los ángeles aquí fueron diezmados... Metatrón está reuniendo a los demás con el resto de mi ejército y creo que ya, es todo.—Suelta mientras pone una pose pensativa.—Oh cierto. ¿Donde está esa bella mujer que tanto se fija en ti? Conocerla al desnudo sería fenomenal. El simple hecho de estar adentro de ella provoca que me den escalofríos.
—No te vas a acercar a ella.—Le advierto.
—¿O qué? ¿Me atacarás para quedar igual que él?—Me pregunta él señalando a Shadow.—Sería una pésima decisión de tu parte, ¿no lo crees?—Se da la media vuelta y se sorprende.—Saurom, mi buen amigo.—Lo llama mientras Saurom lo mira con ira. Demogorgón se dirige al templo.—Saquen a sus tropas de aquí y cuando acaben, véanme adentro.
Los generales se reúnen y yo les tengo que dar la orden de abortar la misión.
—Dime que no lo vas a hacer.—Me dice Hylla.
—Lo lamento, pero esto solo nos concierne a mi hermano y a mí.—Le respondo.
En ese momento, los enormes portales que llevan a la Atlántida se abren y algunos generales empiezan a cruzarlos junto a sus tropas, pero Hylla se queda en su sitio.
—Te dije que no voy a ir a ningún lado sin ti, y eso es lo que voy a hacer.
—Tendrás que hacerlo.
—¡No! Te ayudaré y me quedaré contigo hasta que esto acabe.
—¡Quiero protegerte! No perderte.—Le digo y con lágrimas en sus ojos, ella coloca su boca arriba de mi barbilla.
—Te amo, Sunktum.
Se da la vuelta y dirige hacia el portal.
—¿Que es eso de "te amo"?—Me pregunta Saurom.
—Una estupidez humana.—La volteo a ver y veo que una sombra se la lleva con rapidez hacia el templo.—¡Hylla!
Miro a Saurom y ambos corremos hacia el templo. Demogorgón está sentado en el trono que Deus solía usar, abrazando el cuello de Hylla con su mano. Ella está de rodillas, en el suelo, y llorando de desesperación.
—Hylla.—Intento correr hacia ella pero Saurom me toma del antebrazo, lo volteo a ver y él niega con la cabeza.
—Así que... Hylla.—Dice Demogorgón detenidamente.—Bonito nombre.—Demogorgón pasa un dedo por la armadura de Hylla y alcanza el punto del pecho que está descubierto, comienza a meter la mano y ella se sacude. Demogorgón quita su mano con cuidado y se vuelve a enderezar.
—¡Suéltame, pervertido!—Le dice intentando gritar.
—Eres fuerte.—Le responde Demogorgón y se voltea hacia mí.—No sé por qué no la valoras. Claro que si quieres... me la puedo llevar para que sea esclava de mis soldados.
—No te la vas a llevar a ningún lado.—Le digo.—Ahora suéltala.
Demogorgón suelta a Hylla y la avienta por las pocas escaleras que alzan el trono. Ella gatea lo más rápido que puede hacia mí y se esconde atrás de mi pierna derecha.
—Bueno.—Termina Demogorgón por decir.—Al parecer no es tan valiente como parece.—Apunta su dedo y le dispara. El rayo atraviesa su hombro y ella cae.—Ups. Creo que ese no era mi objetivo.
—¡Maldito!—Grito y vuelo hacia él mientras Saurom intenta contener la herida que Demogorgón le causó a Hylla.
Demogorgón y yo peleamos y cuando Saurom acaba de vendar a Hylla, se une a la batalla.
Demogorgón nos ataca con sus dos espadas y nosotros repelemos sus ataques con las manos, ya que, no tenemos nuestras armas.
Demogorgón se centra en Saurom e intenta causarle el mayor daño que puede. Aún así, lo que no sabe es que el más poderoso es Ambicatus, lo sigue Saurom, después Opeth y al final voy yo. Nosotros cuatro le hicimos frente la última vez que peleamos, después de herir a nuestros otros tres hermanos. Los intentos de Demogorgón por acabar con Saurom están resultando ser inútiles y a pesar de usar ambas espadas para vencerlo, Saurom solo está usando una mano y la otra está posicionada atrás de su espalda. Me uno a la batalla y pateo a Demogorgón en la cara. Él cae y se intenta levantar.
—Me impresionan. La última vez que luché contra ustedes, se necesitaron cuatro clarividentes para vencerme. Ahora que son dos... no importa. Todos han caído en mi juego.
—¿Entonces consideras esto un juego?—Le pregunta Saurom.
—Lo es.—Le responde él.—¿En serio creyeron que los ángeles llegaron a Anagantios por medio de una búsqueda o alguna tontería así?
—Tú trajiste a los profanadores a nuestro planeta.—Le dice Saurom.—Entonces... ¿Todo esto para que fue? Los inocentes, los soldados. ¿Para qué?
—Mi misión, más allá de destruirlos, es crear un universo de sombras, oscuridad y agonía para todos los seres existentes en la galaxia. Mis objetivos secundarios prefiero mantenerlos en secreto, si se los digo, solo joderán más las cosas para ustedes y me las facilitarán. Así que no diré más.—Un portal se abre y él desaparece.
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Poder y Gloria #2 - Sobrecarga Máxima
ActionA o B, negro o blanco, azul o rojo, si o no, actuar o cruzarte de brazos, opinar o morderse la lengua. Una nueva era, una nueva oportunidad de actuar contra Deus y sus ángeles. Una nueva posible victoria sobre el imperio regido por un tirano. Con fu...