Furia antigua

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De las seiscientas legiones que estaban defendiendo las puertas de la ciudad, por mucho, quedan cincuenta en pie. En cambio, los centuriones aún contamos con quinientas legiones y la mitad de una.

—¡Alto!—Grita Deus, que aparece junto al resto de los sobrevivientes.—Shadow, ¿es esta tu mujer?

—¡Livia!—Ella solo lo mira con lágrimas en los ojos.—¡Suéltala ahora!

—Ammm... no lo sé. Tiene un cuerpo bastante sexy, me pregunto qué pasará si...—Deus le corre un dedo de la cintura a la mejilla izquierda.

—¡Maldito!—Suelta Shadow y se dispone a correr hacia Quintus.

—Quédate ahí, o ella muere.—Le ordena.—Vamos a ver cómo reaccionas ante esto.—Quintus le quita la túnica a Livia, que es lo único que la tapaba, así que ella queda completamente desnuda y en cuanto él alza la vista. Shadow ya está en frente de él.

Shadow le lanza un mandoble, otro y otro a Quintus, a la izquierda, a la derecha, por arriba, sin seguir ninguna clase de patrón.

—¡Te mataré!—De un espadazo, Shadow le vuela la espada a Quintus, la agarra y con ambas espadas, lo decapita y con la misma espada que él portaba, Shadow atraviesa su cabeza y la clava en el suelo.

—¡Quintus! ¡Hijo!—Grita Deus con lágrimas en los ojos. Apunta su dedo y dispara. Shadow esquiva el rayo de luz de Deus, que pasa frente a sus ojos y lo pasa sin hacerle ningún rasguño. En eso, la frente de Livia es agujerada con el rayo y ella cae al suelo.

—¡Livia! ¡No!—Shadow corre hacia ella y se vuelve hacia los reaper, gira hacia los ángeles y grita.—¡Mátenlos a todos!

Los reaper obedecen y cargan contra los ángeles.

Deus hace una bola de energía que conozco muy bien. Nos quiere volver a expulsar del paraíso. Shadow carga contra él y lo interrumpe, con sus manos, lo golpea una y otra vez, Deus intenta huir pero Shadow lo toma del pie y lo azota contra el piso, Miguel intenta detenerlo, pero él actúa más rápido y con una sola mano, lo toma por la cabeza y la aplasta entre sus dedos. Otro ángel intenta tumbarlo, pero Shadow le suelta un rodillazo y pisotea su tórax.

—¡Shadow! ¡Para ya!—Le ordeno pero no me escucha. Continúa y Hylla intenta llegar a él para detenerlo pero dos ángeles le prohíben el paso y ella los decapita. Lo toma del brazo, pero él la agarra con el otro y la lanza hacia una estatua afilada, yo salto y desvío su curso.

Shadow tira a Deus y se sienta encima de él, Deus suplica piedad pero Shadow agarra una piedra que está cerca de él y con ella, lo golpea tan brutalmente que le rompe el casco y cuando le va a aplastar la cabeza, Deus entra en velocidad luz y aparece por detrás de él, lo golpea en la nuca y Shadow cae, desmayado. Las pocas legiones que defienden el templo mayor se desmoronan poco a poco y no queda nada que los pueda salvar.

Deus vuelve a crear la bola de energía y se prepara para expandirla.

—No esta vez.—Digo para mí y salto hacia él. Lo tiro con los pies y la bola vuelve a desintegrarse.

Miguel salta hacia mí y me tira hacia atrás. Deus se levanta y entre los dos, me rodean y pelean en mi contra, golpes por aquí y por allá. Intento detener todos los golpes que puedo pero no me dejan atacar, no me puedo mover más que en posición defensiva. Esta batalla no la puedo perder. Miguel me golpea en la espalda y yo caigo, aturdido. Deus se dispone a asesinarme pero Shadow despierta y lo tira.

—No a mi líder.—Le dice con furia.—No vas a volver a tocar a nadie que me importe.

Miguel intenta correr hacia ellos, pero yo lo golpeo y él cae inconsciente. Un ángel menor se dirige hacia mí y yo lo atravieso con uno de mis rayos de energía.

Shadow está peleando con Deus y busco con la mirada a Saurom. Lo veo y me dirijo hacia él. Tiene a Livia en su brazo izquierdo y de la palma derecha sale un rayo que se dirige hacia su frente.

—Está estable.—Me dice.—Pronto se recuperará.

—Bien hecho, hermano.—Lo felicito y me levanto en frente de él.—Sigue así.

Shadow y Deus están peleando pero...  a velocidad de la luz. Shadow ha alcanzado ese poder y ha canalizado su ira para poder luchar a la misma velocidad a la que Deus pelea. Lo miro impactado y me pregunto qué otras técnicas podrá dominar con toda esa ira corriendo por su cuerpo. En eso, percibo una energía oscura acercándose hacia mí. Hay mundos en riesgo y tengo que hacer algo ya.

—Necesito detener a Shadow.—Decido.

—¿Por qué?—Me pregunta Saurom confundido.

—¿No lo sientes? Hay mundos externos que no soportan la fuerza con la que ellos dos pelean. Se están destruyendo, tenemos que hacer algo o toda la galaxia va a explotar.

—Es cierto, pero hay otra anomalía. La percibo.

—Me temo que pronto, Shadow va a ser el menor de nuestros problemas.

Poder y Gloria #2 - Sobrecarga MáximaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora