Capitulo 17

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¡Hola! ¡Siento el retraso! Perdí mi cargador del ordenador (increíble pero cierto). Me ha costado un poco escribir este capítulo, no estaba muy inspirada (sorry).

Ehm, en un par de capítulos creo que puedo decir que habría terminado con el planteamiento de lo que es la historia. Lo que he intentado con los primeros 20 es dar a conocer bien a los personajes principales. Es como si en mi mente hubiese sido una introducción o algo así.

No sé por qué estoy explicando esto, pero en fin, este capítulo no es gran cosa, pero como todos, es necesario. Los dos o tres siguientes son bastante intensos, o al menos así lo veo yo :)

HE TENIDO QUE VOLVER A PUBLICAR EL CAPÍTULO PORQUE UNA PARTE NO APARECÍA EN LA APLICACIÓN PARA EL MÓVIL. Si sigue pasando, comentadlo por favor.

¡Gracias por leer y votar! Es muy importante.

Olía a desinfectante y la luz tenue de la mañana empapaba las paredes blancas. No era consciente ni de mí, ni de Amelle ni de él mismo. Hacía casi una semana, sus ojos, sus oídos, su nariz, sus manos y su boca se habían desconectado de él, Abdel Awad.

No sabíamos nada de su familia, pero de alguna forma le habíamos salvado la vida, así que teníamos vía libre para visitarle. Limpio, curado y entubado, podía ponerle cara. ¿Por qué nos lo encontramos en el escaparate de Juliette's? ¿Había llegado él solo o lo habían arrastrado hasta allí? En caso de ser la última opción, ¿era una coincidencia o habían elegido el lugar donde dejarlo morir?

De nuevo nos marchamos sin respuestas, sin saber cuándo podríamos tenerlas.

Eché la carta que le había prometido a mi hermana una y otra vez por teléfono en el buzón más cercano de vuelta a Juliette's. Una carta en la que le hablaba de Nina, de "una nueva compañera de piso" y de cómo había mejorado con el carboncillo. Una carta en la que describía una vida fácil, segura y monótona del tipo que deja a tu madre tranquila y que nada tenía que ver con la realidad.

Tenía que trabajar duro durante el día si quería irme sin remordimientos en el turno de noche, así que me metí en cocina para preparar la bechamel y el ragú durante toda la mañana. Me gustaba cocinar sin las órdenes de Pierre, era incluso relajante. Nadie vino a mediodía, así que también dejé la lasaña montada y lista para el horno. Cuando volvimos a casa para comer, Nina había preparado caldo de pollo. Desde hacía tres días a mediodía había caldo de pollo.

—Mark tiene que dejar de tratarme como si fuese su hija —se quejaba Amelle mientras ponía la mesa. Es cierto que era demasiado protector con nosotras, a mí de hecho me había interrogado sobre mi salida de esa noche nada más pisar Juliette's por la mañana. Pero a mí me alegraba, ¿qué tenía de malo que la gente se preocupase por ti? Demostraba que le importábamos.

—No sé de qué te quejas, al final nunca lo escuchas —Nina trajo los platos—, ¿a dónde vais esta noche? —oh no. Otro interrogatorio no. Me metí la primera cucharada a la boca olvidando soplarle para enfriar el caldo.

—Claire tiene una cita —automáticamente le di una patada bajo la mesa.

—Oh, ¿una cita? —preguntó sorprendida—, ¿con ese muchacho? Harr-

—Antes de que empieces, no es una cita, vamos a la filmoteca —aclaré esperando que se fuese el escozor de la lengua.

—La filmoteca, el picadero de Koekelberg —fruncí el ceño enfadada, pero no conseguí apagar su risa. No le había vuelto a hablar de mi atracción por él desde que nos vio besándonos (no por falta de intentos de sonsacarme información de su parte). No había nada entre nosotros, y nunca lo habría. No había más que hablar, no quería hacerlo. A ella no le gustaba la idea y parecía tomárselo con humor. Amelle podía llegar ser muy cizañera.

Cierra los ojos (Harry Styles AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora